Capítulo 9: La cena

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Lan Zhan, manejo durante varios minutos y cuando llegó a la universidad de Gusu, estaciono su vehículo y les pidió que por favor lo acompañaran adentro. Cuando los tres se habían bajado, el Lan cerró el auto y tomo en sus brazos al pequeño cachorro, causando asombro en Wei Ying, y una alegría enorme en el pequeño, quien disfrutaba muchísimo de esas acciones por parte del hombre. Se sentía en tanta confianza y seguridad, como cuando estaba con su mamá o manzanita.

- Ey, Lan Zhan, no es necesario que lo cargues, él es un niño grande ya y puede caminar solo, no es un bebé.

- Mamá, si soy un bebé, soy tu bebe, así que gege puede llevarme en brazos. – Respondió el pequeño cachorro con tal picardía mientras abrazaba al hombre que lo cargaba y apoyaba su cabeza en el hombro de este. – Además mira cof cof, vez que aún no respiro bien, y tú siempre me dices que cuando no puedo respirar bien debo descansar. – fingiendo una toz.

- ¡Oh!, mi corazón de omeguita ha sido roto en mil pedazos, mi cachorro me ha cambiado por un alfa que acabamos de conocer. – se hacía el sufrido y dolido Wei Ying llevando su mano derecha a su pecho.

- Mamá, lleva a manzanita tú, él te acompañará a que tu corazoncito de omega no sufra tanto. – entregándole el juguete a su madre.

- Mn, claro, manzanita, mi cachorro debería de consolarme no manzanita. Fui yo quien te llevo nueve meses en mi vientre y así me pagas, que niño más ingrato que tengo. – continuaba fingiendo dolor el hombre, casi como que lloraría en cualquier minuto.

- Wei Ying, deja que el niño disfrute un poco, no seas berrinchudo. – Lo regaño Lan Zhan mientras lo tomaba de la muñeca para que caminara junto a él.

Lan Zhan se sentía satisfecho y completo, puesto que no solo había visto a esta pequeña familia, sino que había ayudado fingiendo ser una verdadera familia y aprovechando tal situación beso al hombre que le había quitado el sueño durante una semana. En ese minuto, se prometió a si mismo averiguar todo lo que pudiera de Wei Ying, y poder saber si tenía alguna posibilidad, aun cuando fuera mínima, la tomaría y aprovecharía cada oportunidad que tuviera para ello. Su corazón sabía que él era su destinado, y no lo dejaría escapar tan fácil.

- Lan Zhan, tu ¿Estudias aquí?

- No, acá trabajo.

- He ¿Trabajas acá? ¿Y qué función cumples si se puede saber? Pues no debes ser muy mayor por tu apariencia así que más de 25 años no debes tener.

- Tengo 24, y soy profesor de esta universidad, además de cumplir otras funciones.

- Ja, soy genial calculando la edad de las personas, erre solo por un año. – Se jactaba orgulloso el hombre mientras observaba toda la infraestructura del lugar.- ¿Eres profesor? Woow debes de haber tenido un excelente promedio para lograrlo tan joven.

- Mn, calificación excelente. Wei Yin, ¿Qué edad tienes?

- Mi mamá tiene 22 años, el dos con el dos juntitos. - Respondió A-Yuan mostrando en cada mano dos dedos levantados.

- A-YUAN, Jejeje no debes responder por mí, ya verás pequeño cachorro que hare una zanja y te enterrare ahí como un rábano, recuerda que lo hice la otra vez en el patio de tus tíos Wen cuando te portaste mal. – Provocando la risa en el cachorro al fingir sentirse enojado con el pequeño.

- Disculpa mamá, no lo volveré a hacer. – sin parar de sonreír, ya que sabía que su mamá no se había enojado en absoluto por lo que acababa de suceder.

- Muy bien – Mostrando una gigantesca sonrisa – Bueno Lan Zhan, como dijo mi cachorro tengo 22 años, y al igual que tú, yo soy profesor, pero de niños pequeños. Trabajo en la escuela donde nos topamos el otro día.

La fortaleza de un serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora