Las ganas incontrolables y dolorosas de tener a Elain entre sus piernas habían hecho que se alejara de Velaris lo más que podía. Tanto que decidió ir a investigar el rumor de que un Alto Lord en Continente estaba conquistando tierras humanas y faes gracias a una Danzante de Arena. Eran solo rumores, pero Az se había ofrecido como voluntario y Rhys posiblemente leyendo entre líneas le había otorgado el permiso de viajar hasta tierras lejanas sin muchos cuestionamientos.
El maestro de espías quiso irse sin despedirse de nadie, pero se vio bajando las escaleras sonoramente para observar si Elain salía de su habitación. La muchacha no lo hizo. Seguía ofendida. Quizás era mejor. Pensó mientras desaparecía entre las sombras.
Al llegar a la ciudadela antigua de Ranui se sintió aturdido. Creyó tontamente que si llegaba en medio de la noche todo sería pacifico y silencio, que equivocado estaba. Ranui estaba en plena vida nocturna. Llena de gente buscando fiestas y licor. Sus sombras pronto le susurraron que la gente celebraba por otra victoria. La décima desde que su joven Lord llamado Eros había tomado el poder y había decidido conquistar las tierras cercanas con su ejercito de jinetes de fuego.
Los rumores eran que sus estrategias jamás fallaban porque tenia a una danzante de arena de su lado. Algo que le llamaba mucho la tensión porque estaban casi extintas.
Las danzantes de arena veían el futuro con solo bailar. Pero saber exactamente lo que iba a pasar en el futuro no era necesariamente una ventaja, para muchas de las danzantes de arena fue una pena de muerte. Hace mucho tiempo eran consideradas las hijas de los dioses. Un baile les bastaba para saber los distintos caminos intrincados del futuro. Un don que les hizo terminar guerras, pero también iniciarlas.
Un don que hizo que los hombres se llenaran de ambición y de ganas de saber que les deparaba cada instante de su futuro. Pero saber el futuro tenía dos caras, la buena, donde se sabia que el futuro les deparaba fortuna y poder; y la mala, donde no importa hacia qué camino se dirigieran, siempre encontrarían muerte y desolación. La gente no tardó mucho tiempo en darse cuenta de que su preciado don, realmente era una maldición, así que las cazaron, esclavizaron y mataron hasta el punto de casi extinguirlas.
Az había leído mucho sobre ellas creyendo que encontraría alguna respuesta para ayudar a Elain con sus visiones, sin embargo, todo su conocimiento no había servido para nada, después de todo la estaba evitando a toda costa. ¿En que diablos había pensado al intentar besarla? ¿En que su compañero lo aceptaría sin más? ¿En que su vida sería feliz? Estaba destinado a que ninguna mujer le correspondiera. Había pasado con Mor, ¿Por qué esperaba que con Elain fuera diferente? Se quitó esos pensamientos estúpidos de la cabeza y se concentró en las características de las danzantes de arena. Ojos color crisocola, piel color canela y cabellos cobrizos. Siempre los mismos rasgos.
Se adentró a la fortaleza de Eros en búsqueda de la muchacha. Primero busco en las catacumbas y en los pasillos llenos de celdas que tenia en los cimientos de su castillo. No había gente allí, pero todo olía a sangre fresca, como si para festejar su victoria hubiesen matado a todos allí. Continuó su búsqueda en el piso principal. Una fiesta se cernía allí, tan descontrolada que parecía el Calanmai de la Corte Primavera. Se movió entre sombras esperando ver al Alto Lord Eros. Lo observó en un trono de madera, estaba casi echado en el, viendo como su gente bailaba y festejaba mientras el bebía de una copa de vino. Era bastante joven para ser Lord, lo veía en sus facciones, pero también en sus movimientos tan libres. Posiblemente ni si quiera pasaba de los 50 años.
– Alina, ven. Baila para nosotros, dinos ahora a quien tenemos que conquistar – habló el joven Lord mientras todos los demás vitoreaban y hacían espacio en el centro de la sala. Una hembra se paro de los sillones cercanos a Eros.

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Una Corte de Sombra y Estrellas
FanfictionUna Corte de Sombras y Estrellas cuenta la historia de Gwyn, Elain, Azriel y la misteriosa Alina. Una danzante de Arena que tiene el mismo rostro que la hermana asesinada de Rhysand.