[Calidez]

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En la escuela,para una sola clase, YeonJun utilizaba 6 lápices por lo menos para anotar lo más importante de todo. Odiaba cuando el lápiz se ponía caliente por usarlo mucho. Cuando sentía que había utilizado uno por mucho tiempo,lo cambiaba de inmediato.

Tomaba la botellita de gel antibacterial con funda de conejo que su novio le regaló y lo esparcía en sus manos y en el lápiz.

Pero odiaba más las monedas,le daban asco.

Cuando se ponen calientitas por el tacto de una persona,y,que esa misma persona la tuviera por mucho tiempo entre sus manos,simplemente asqueroso.

YeonJun no podía tenerlas en sus manos por mucho tiempo.

El simple contacto con una de ellas,el las metía con velocidad a su bolsillo y trataba de disimular su mueca de asco con unas sonrisa,y cuando salía del supermercado él buscaba con desesperación la botellita de gel y la esparcía por sus manos tallandolas para quitar esa fea sensación de calor.

Siempre las juntaba en todo el día,al comprar helado en el parque y el señor le diera cambio en monedas,las guardaba en el bolsillo.Al pagar el autobús,las guardaba en el bolsillo. Al comprar lo necesario para hacer la tarea en una papelería, también las guardaba en el bolsillo.

Y cuando llegaba a al departamento que compartía con su novio,llegaba con ojitos de cachorro pidiéndole a SooBin que sacará las monedas de su bolsillo por que le incomodaba que pesará más que el otro.

SooBin lo hacía con una sonrisa y le cambiaba las monedas por billetes,echaba las monedas en una alcancía de puerquito que pensaba romper en el cumpleaños de el peliazul para ir a Japón juntos.

Sabía del problema de YeonJun,a él mismo le costó demaciado de el mayor le tomara la mano o que se le acercara.

Pero luego YeonJun se acostumbró al contacto y la calidez del pelinegro.

Amaba cuando Soo lo tocaba y cuando no lo hacía él buscaba su contacto.

En los días que el pelinegro se encerraba en el cuarto a estudiar,el mayor entraba a ella con una manta y caminaba hacia Soo,le pedía permiso con la mirada para sentarse en su regazo.

Aunque SooBin siempre corría la silla para atrás cuando la puerta se abría dándole permiso sin pensarlo.

Y ahí se quedaba el mayor,sentado en el regazo de SooBin a horcajadas,tomaba la mano no dominante del pelinegro y la entrelazaba con la suya y las metía entre ambos abdomenes para que fueran oprimidas por ambos,con la cabeza enterrada en el cuello y hombro del menor amando la calidez y el olor que desprendía su novio.

Y SooBin,cuando solo tenía que leer para hacer un resumen,le acariciaba la espalda metiendo la mano el la camisa para dormirlo.

Besaba su frente y murmuraba cosas bonitas para arrullar al mayor.

YeonJun odiaba cualquier tipo de calor,de contacto físico o acercamiento de un metro de cualquier persona.

Pero amaba todo lo que viniera de SooBin.

Su olor a perfume varonil con el que se sentía protegido,su calor natural,su voz que lo dormía en las noches cantándole canciones de cuna,las grandes y venosas manos que le acariciaban con cariño los cabellos para dormirlo,que tuviera paciencia con él.

Que no lo obligara a hacer cosas que él no quería.

Por que sus padres siempre lo obligaba a tener contacto con desconocidos,antes de conocer al pelinegro,lo dejaban solo en medio del cerro comercial para que socializará con alguien.

Y así fue como conoció a su novio.

YeonJun llorando dentro de una casita para perros de una veterinaria,unos cachorritos lamias las lágrimas de la delicada cara del peliazul.

Drabbles 2 | SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora