II.Asesina.

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Abrí los ojos lentamente, mi mirada seguía borrosa y escuchaba mi respiración débil, confundía con ayuda de mis manos me levanté tomando asiento sobre un piso de piedra húmedo y frío, sostuve mi nuca con mi mano derecha sentía un dolor algo agudo pero no estaba sangrando, mientras me masajeaba la zona mire a mi alrededor estaba en una habitación de pura piedra, un pequeño hoyo donde se veía un cielo nocturno y barrotes me daban la vista una especie de estudio con mapas y objetos mágicos.

Entre en pánico al llegar como bombardeo los recuerdos de lo último que recordaba, la furia me lleno las venas - ¡Sal de ahí maldita! - grite tomando los barrotes con fuerza, desesperada ante el silencio revise que todas mis armas las habían tomado, exhale fuerte mientras pateaba la pared, rendida ante al pánico me deslice sobre la pared fría, quería mantener la calma pero algo dentro mío lloraba como un bebé.

- Ay no, pobresilla - la voz venenosa de una mujer resonó, volteé hacia el estudio y ella traía una especie de capucha, la dejo caer dejándome ver ese rostro vil - Ojalá te hubiera matado aquella noche - comento con repudio hacía mi, la mire confundida - ¿Aquella noche?

Ella río mientras tomaba asiento en su mesa y se servía un líquido verde, olió la copa soltando un suspiro y tomo un sorbo - Ay hija, viviste engañada toda tu vida pero la suerte siempre me sonríe, tu serás mi salvación, si - la locura invadía sus rojos ojos, camino de un lado hacia el otro desesperada con una sonrisa infernal - Tu traerlas de vuelta a mi amor, mi señor Saurón - la mire sorprendida ¿Saurón? Luego solté una risa incrédula, ella me miró desafiante - ¿Saurón? ¿En serio? Todo esté teatro por algo que ni siquiera es cenizas.

Escupí y ella se acercó peligrosamente tratando de tomarme a través de los barrotes - Ni se te ocurra pronunciarlo con tu horrible boca - amenazas... Así que Saurón es su talón de Aquiles, camine con un semblante superior - Tu más que nadie deberías saber que el señor traidor no ama a nadie más que a si mismo, entiéndelo solo te uso - su respiración acelerada y la furia en sus ojos comenzó a descender, sonrei a mis adentros - ¿Qué ganarían tu matando a una raza fuerte como los Lunitiar? ¿Respeto, poderes, fama? Por dios entiéndelo te vieron la cara y vienes de estúpida a crear más mierda y embarrar todo a tu alrededor, si el regresa te matará.

Ella me miró sería y después nego riéndose, se encogió de hombros  - Ya veremos qué pasa, ahora te llevaré lejos muy lejos de todo, jamás nadie podrá encontrarte y veré como tú luz se va muriendo poco a poco. Tu sangre es lo suficiente para traerlo de vuelta.

Se marchó, confundida asimile sus palabras ¿Mi sangre? De pronto un poco entro, gruñendo me - Vamos maldita - mire a mi alrededor no había nadie más que el y yo, deje que se acercará y lo mate silenciosamente, mire con asco el cuerpo y suspiré, quitando sus ropas me coloque encima su armadura asquerosa, me encorbe y finji que cogía un poco, mi respiración estaba demasiado acelerada cuando comencé a bajar las escaleras sin que nadie me viera, escuché varias voces venir hacia mi, volteé y encontré un salón por suerte estaba abierta la puerta, entre rápido y me escondí detrás de una cortina de la ventana principal. Recé a todos los dioses que nadie entrara allí, cuando escuché las voces alejarse estaba a punto de salir pero escuché otras más cerca, la cortina era lo bastante oscuro y densa para esconderme detrás de ella, escuché como abrían la puerta.

- Necesito a esa chica viva ¿¡Cómo la pudieron perder?! Es una maldita elfa - escuché un golpe en la mesa - Mi señora, comentaron ver a alguien sospechoso en las afueras, ya revisamos todo el castillo y no se encuentra en ningún lado - seguido de esto soltó un grito horrible, trataba de mantener mi respiración para que no me escucharán - No debió haber llegado tan lejos, busquen en los alrededores.

- ¿Dónde la veremos?

- En Mordor, pude sacarle un poco de sangre mientras dormía espero que sea lo suficiente.

Escuché pasos y cerraron la puerta, un silencio reino el lugar, mierda me había sacado sangre Saurón regresará, después de un tiempo considerable me moví lentamente hacía un lateral de la cortina y revise con cuidado el lugar, estaba solo tampoco se escuchaba todo el ruido dentro del castillo, me acerque sigilosamente a la ventana y la Vi sobre un gigante huargo señaló con su bastón al sur y Vi las tropas desplegarse detrás de ella, suspiré aliviada, regrese mi vista a la habitación no había nada de importancia hasta que la luna iluminó algo que llamo mi atención ¡Mis armas! Sonreí victoriosa colocándomelas junto mi guantelete, pero justo cuando lo estiré la amatista se cayó de éste y se rompió en dos, solté un jadeo y maldije por lo bajo, un pensamiento vino a mi cabeza y mire el cuarzo, encajaba ahí, lo coloque y salí rápidamente del castillo para ir sobre los árboles, me subí a una copa de un árbol cuando estaba la suficiente lejos, logré mirar las montañas y el reino de Rohan se veía a los lejos como 10 kilómetros, suspiré aliviada me encontraré con Eomer y Eowyn, mi cuerpo soltó una gran oleada de adrenalina para resistir hasta llegar a mi refugio.

Pov. Legolas.

- Por favor, tráiganme mi armadura - Lord Elrond comento serio, Gandalf levantó su cejas, y un suspiro salió de mi padre - Yo también participaré.

Ante las voz profunda de mi padre todos lo miramos asombrados, el miro hacía el cielo estrellado - Tengo que vengar a Ilsur, es lo menos que puedo hacer por el, saldremos mañana al am-

Un guardia interrumpió, apresurado y disculpándose se acercó a Lord Elrond - Vimos tropas de orcos dirigiéndose a Rohan.

Aragórn se levantó abruptamente y nos miro - Tengo que cumplir con mi deber, si es que quieren evitar que el se vuelva a expandir les pido que peleen a mi lado - los miro expectantes, Vi como Thranduil y Elrond asentían.

Una voz ronca me saco de mis pensamientos, Gandalf me miró serio - Ella está bien - junte mis cejas con preocupación y solté un largo suspiro, salimos del castillo unos momento a después, varias tropas de mi padre llegaban una tras otra, el ejército de Rivendel estába listo.

- Por si lo extrañaban, hoy pelearemos - Gimli comento subiéndose detrás de mi en el caballo, estábamos a 7 días de Rohan si acortabamos por la llanura solitaria, no tenía ganas ni de hablar, lo único que quería era recuperar a mi aranel.

- Tenemos que apresurarnos, nos llevan la ventaja de cuatro días.

Dicho esto calbalgamos en nuestros caballos y mi padre sobre su hermoso alce hacía Rohan.

La comunidad del anillo ✨ Legolas x T/N ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora