Capítulo 30

979 53 0
                                    

Narrador omnisciente

Después de aquella apasionada noche. Neythan no se había despegado de Zalix. Era extremadamente cariñoso con ella.

Le gustaba tenerla en sus brazos y acariciarla. Pasaron múltiples noches juntos. Pero a Zalix también le gustaba su espacio y estar sola en ocasiones. Neythan entendía eso, también era bueno el espacio para uno mismo.

El entrenamiento era bastante duro ya. Ahora todas las mañanas Neythan junto con Zalix, corrían 25 kilómetros e incluso a veces con pesas. Luego regresaban para hacer ejercicios con pesas y practicar los distintos tipos de pelea.

Neythan avanzaba muy bien en el campo de lucha, algunas veces lograba someter a Zalix, sin embargo ella no era un oponente fácil, y muchas veces terminaba perdiendo, no por fuerza, sino por técnica y experiencia.

Cinco meses habían pasado desde que se conocían. Y el recuerdo de Lazuli se había evaporado de la mente de Neythan. Se había enamorado completamente de Zalix y estaba cautivado por ella. Siempre que la miraba él sonreía y sus ojos irradiaban amor en queda vistazo. Se sentía tan bien estar a su lado y llevaba más tiempo que nunca estando con una sola mujer. Se había enamorado de Lazuli por casi un mes más o menos, pero por Zalix había caído rendido.

Extrañaba a su familia, pero tampoco quería que el tiempo estando solo ellos dos acabara tan rápido.

Neythan había aprendido a hablar fluidamente el guaraní. Desde que estaba con Zalix era felíz todo el tiempo, sin preocupaciones, sin malas intenciones, y sin darse cuenta su naturaleza estaba cambiando. No por una mujer, sino porque quería, porque él quería cambiar. Ahora solo quería estar con Zalix.

— Estaría bueno comer pescado hoy ¿Quieres ir a pescar? — Planteó él. Ambos estaban acostados en el sofá y Neythan la tenía recostada sobre su pecho mientras le acariciaba los brazos con cariño. Y antes de que ella lo volteara a ver para responderle él le besó la cabeza.

— No me parece, ya no está haciendo tanto frío...

— Ayer cuando pasamos corriendo vimos a unos pescadores en el río. Deberíamos ir. — Agregó él.

Aunque Zalix no estaba muy convencida finalmente aceptó.

Se habían preparado y equipado para salir.

Caminaban sobre la blanca nieve durante unos 12 kilómetros hasta llegar al río. El agujero sobre el hielo había desaparecido. Las bajas temperaturas de la noche se habían encargado de ello.

Neythan se encargó de hacer el agujero, sin embargo Zalix se detuvo a observar el pedazo de hielo que él había sacado. Alcanzaba a tener 10 centímetros de ancho. Esta sería su última vez pescando.

Llevaban un rato y ya habían sacado algunos peces, pero por las afueras del río apareció un oso siberiano. Se notaba que estaba hambriento, había sido arrastrado hasta esa zona buscando comida. Y en cuanto los vio rugió.

Por suerte como siempre Zalix estaba preparada y había llevado armas. Rápidamente le dio una escopeta a Neythan para que la cargara, mientras ella hacía lo mismo.

Pero el oso corrió sobre el río hacia ellos y se pudo sentir como por su peso el hielo se tensaba y crujía. Zalix comenzó a sentir pánico, no solo por el feroz animal que amenazaba con matarlos, sino que porque recordó la vez que había caído a la gélida agua cuando era niña. Esa vez había estado al borde de la muerte y la había marcado. Pero sin que las piernas le temblaran apuntó con la escopeta al oso y disparó. Eso lo detuvo un poco. Neythan también le había disparado al mismo tiempo que ella. Pero hicieron falta varios disparos más para poder detenerlo.

No te alejes de mi 2 [Neythan James]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora