Neythan
— Dijiste, que el salario mínimo no alcanza para alquilar un departamento, y supongo que a tu casa no regresarás, y no pienso dejarte con cualquiera. Lo mejor es... — Respiré un poco — Que vivas conmigo. — Ok... Para mí esto también estaba siendo muy raro, pero yo sentía que Lazuli me necesitaba y tampoco quería dejarla sola.
En este momento no tiene a donde ir... Y mi casa es enorme.
Y si ella vive conmigo, tendré más oportunidades de tener sexo con Lazuli.
Bueno...
Tal vez no, ya ya. Por todo lo que acaba de pasar y además que no quiero presionarla.
Aaahh, no entiendo que me pasa.
— ¿Pero no seré una molestia para tus padres? — La pregunta de Lazuli me sacó de mis pensamientos.
— No, a ellos no les molestará, además como tú eres; le caerás bien, se que a mí mamá y a Lucinda mi hermana menor, les agradarás, probablemente al único que le caigas indiferente sea a mí papá.
— Pero...
La interrumpí — Lazuli, tranquila, ahora me tienes a mí, ¿Querrías depender un poco más?
Ella no dijo nada y de reojo ví que dejó de verme. Voltee rápidamente a verla bien y fue allí cuando asintió levemente con la cabeza.
Dejé de verla, y volví a fijar mi vista al frente. Levanté mi mano derecha y la coloqué sobre su cabeza, para frotarla, despeinandola un poco — Bien, eso me gusta. — Dije.
(...)
Habíamos llegado a casa, y noté que Lazuli estaba algo tensa.
— Tranquila, les agradarás a mis padres. — Le dije para calmarla, aún en el auto.
— Pero Neythan...
— Nada de peros — La interrumpí. — Bajemos.
Una vez que baje caminé en dirección a la puerta, pero Lazuli todavía no bajaba del auto.
Al voltearme a verla, noté que aún estaba en adentro.
Caminé hasta llegar al auto y le abrí la puerta.
Fruncí el ceño— ¿Qué haces? — Le pregunté.
— No quiero bajar. — Dijo sin verme y con la cabeza agachada.
Suspiré resignado y me incliné para agárrala por la espalda y las piernas. La saqué del auto en mis brazos.
— Neythan, bájame — Se quejó.
Una vez que cerré la puerta del auto con el pie, la baje.
Miré hacia abajo para juntar nuestras miradas, y la observé expectante. Levanté un brazo y señale hacía la puerta.
— Vamos — Le ordené.
Ella rodó los ojos, y le tomé la mano, para que caminara a mi lado, hasta que estuve enfrente de la puerta y la abrí.
Al entrar noté que Lazuli observó el lugar.
Era raro que no hubiera nadie vagando por ahí.
Deben estar cenando. Eso seguro.
Llevé a Lazuli tomada de la mano, hasta el comedor. Cuando llegamos allí... Fue la primera vez que sintí vergüenza ante mi familia.
Mi hermana y mamá estaban con la boca abierta y mi papá se volteó de la silla para ver que veían ellas.
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No te alejes de mi 2 [Neythan James]
Roman d'amour[Nadie puede decirte que sentir, nadie puede decirte con quien estar] En esta parte contaré la historia de Neythan y Lucinda los hijos de Stephen y Lucy. Un hombre que no sabe amar, una mujer inocente y otra mujer que ya aprendió sobre el amor. de c...