No te alejes de mi 2 [Neythan James]

Capítulo 13

Tanto tiempo ¿No?

Neythan

Al despertarme, me dí cuenta de que estaba abrazando un pequeño cuerpo. Pero este cuerpito, me tenía pegado a su pecho, mientras abrazaba mi cabeza.

Era increíble la sensación de confort, que Lazuli me brindaba al tenerme de esa forma.

— Mi ternurita hermosa — Me removí sobre ella.

— Mmm Neyth — Comenzó a despertarse y creo que era bastante obvio, que me gustaba esta posición — ¿Tanto te gusta que te abrace así?

— Mucho — Dije sin abrir los ojos, mientras sentía su calor. — También tu aroma.

— Deberiamos levantarnos — Se desperesó  soltando mi cabeza

— Mmm no quiero, 5 minutos más. Siento frío si me sueltas.

Y ella volvió a abrazarme — Eres muy tierno.

— ¡NEYTH! — Ese era el grito de Lucinda. ¡Fastidiosa!.
Y de repente irrumpió en mi cuarto como un caballo — ¡Mamá quiere...! — Se cayó al vernos de esa forma. Se dio cuenta de que estaba interrumpiendo algo — ... Que bajen a desayunar...

— ¡Largo! — Le tiré mi almohada. Pero ella la sujetó.

— Hss, le diré que aún duermen. Ah y esta es ropa para que Lazuli pueda usar.

— Gracias — Dijo un poco nerviosa. Levanté mi cabeza de su pecho para verla.

Y la quilombera al fin se fue, cerrando la puerta.

— Ya no nos molestarán — Me volví acurrucar sobre su pecho. Era tan suave; usualmente las mujeres, se acuestan sobre mi, pero que Lazuli, me sostuviera así, me encantaba. Pero de repente el estómago de Lazuli comenzó a sonar. Tenía hambre, y creo que yo también un poco.

— ¿Bajamos? — Me preguntó.

Suspiré pesadamente — Está bien — Entonces ella me soltó y se levantó y yo repetí la misma acción.

Lazuli entró al baño, con la ropa que le dejo mi hermana, y luego de unos minutos salió. Era una falda, de un rosa claro y una camisa blanca. "Ay los gustos de mi hermana".

Caminé en dirección al baño, y al pasar a su lado, no pude evitar apretar una de sus nalgas. No la ví pero sentí como se exaltó un poco. Sonreí de tan solo pensarlo en mi mente.

(...)

Bajamos juntos, pero al llegar a la mesa, dónde estaba el desayuno servido, ví que solo estaba Lucinda.

Mi hermana estaba sentada enfrente, y nos vio — Que rápido — No tardó en hacer su comentario.

— Y mamá? — La ignore por completo.

— Creo que está desayunando con papá, pensó que Lazuli se sentiría incómoda, y decidió que era mejor para ella, dejarla solo con nosotros.

— Eso solo hace que me sienta como una molesta — Dijo con una risita nerviosa.

— Estupideces — Dijimos en conjunto con mi hermana.

— Ven — La tomé de la mano — Siéntate.

— Mamá solo no quiere que te sientas incómoda, no es que molestes — Le dijo Lucinda.

— ¿Quieres Zuli? — Le ofrecí unas frutillas.

— Mmm si, gracias.

— ¿Zuli? — Y volvió a meter cuchara — ¿Por qué le dices Zuli? ¿Acaso olvídate su nombre?