Capítulo 14

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Nota: el ganador fue la opción número 1. Ahora sí, seré constante y todos los lunes tendrán un nuevo capítulo de cada historia

Lucinda

Y luego me puso una mano sobre mi cadera y una sobre mi cabeza, para acercarme a él — Así que ahora eres mi novia.Acercó su cara a la mía. Pero lo aparte con la mano, y me alejé de él.

— ¿Quién quiere ser tu novia? Estás loco.

Hizo un gesto con sus hombros — Puede ser, el acidente me dejó con secuelas.

— ¿Accidente? ¿De que accidente hablas?

— Pues, pasó hace 13 años — Se rasco la nuca mientras pensaba — y desde entonces no tengo ninguna emoción. Pero pero extraño que parezca, tú me hiciste reír luego mucho tiempo, es por eso que quiero estar cerca tuyo, haber si asi puedo volver a ser normal. — Se volvió a acercar a mí, dejando que su cara estuviera enfrente de la mía ¿Pero que tiene este chico con acercarse? — Me preguntó que más puedo llegar a sentir contigo.

Ammm decepción, eso puede sentir — Observé como frunció su entrecejo un poco. Esta por decirme alAsique pero por suerte la campana sonó en se presido momento, que oportuno, nunca estuve tan feliz de ir a clases.

¿Cómo es qué quiere qué esté con él? Aunque lo que me dijo sea cierto, eso significa que quiere usarme.

Pero eso que hizo!, Como se me la forma en que me habló, como me agarró, como se quiso imponer. Me encantó, eso quiero en un hombre, que sea imponente e intimidante. Que traté de dominar, pero que no pueda por mí carácter.

¡Carajo! Ya me llamó la atención.

Neythan

Estaba con Lazuli viendo una película en el sofá. Ella tenía su cabeza apoyada en mi pecho, mientras yo la rodeaba con un brazo.

No sé como podría describir está sensación, más allá de la de confort. Siendo sincero estar con ella, simplemente por el hecho de tenerla a mi lado, me gustaba; tan distinta a mi, tan diferentes... Y creo que comienzo a volverme loco, debido a que estaría mintiendo si dijera que no he empezado a sentir un cariño sincero hacía Lazuli.

— Oye Neyth — De pronto su voz me llamó y giré un poco mi cabeza para verla. Me encantaba el color azulado de sus ojos. La volvía mucho más radiante. Y parezco un puto pringao meloso, pensando en estás cosas.

— ¿Qué pasa? — Le pregunté en un tono suave, casi susurrándole.

— Y si voy a mi casa... — Lleno de sorpresas por su comentario, abrí los ojos, debido al incomodidad sin sentido, que llegó a mi cuerpo — ... Bueno mi antigua casa, quiero buscar mis cosas.

— Mmm — Lo dude un poco. Una mínima molestia empezó a aparecer  — Bien, ve, pero yo iré contigo. Me sentiría inquieto y ansioso si te fueras sola

— Entonces... Vamos ahora — Su tono no sonó como una pregunta, de por favor; sino que casi era como una orden.

— Está bien — Dije finalmente, si en algún momento se tenía que hacer, ella tenía razón en ir justo ahora y no dar más vueltas a la situación.

...

Estábamos en el auto, y mientras conducía noté como ella se ponía nerviosa. Por la forma en como estaba sentada. Tenía sus manos echas un puño sobre su falda, mientras observaba el paisaje a través de la ventanilla del auto; su cara, aunque era débil y muy leve, tenía un entrecejo fruncido. Así que de forma inconsciente y casi sin pensar, coloqué mi mano sobre la de ella, viendo hacía el frente. No sé, sentí la emoción de poder brindarle algo ¿Calma?... ¿Comodidad?... Protección tal vez. Lo que sí... Todo era muy nuevo y demasiado drástico.

Ella se mantenía callada, y aún seguía observando afuera de la ventanilla. Había notado mi mano sobre la de ella, y decidió tomarla con gusto. Todo el viaje estuvo en silencio; pero no me sentía incómodo.

Lentamente fui frenando el asunto cuando comencé a acercarme a la casa, hasta que estacione enfrente.

Lazuli soltó un pesado y cansador suspiro.

— Bajemos — Le dije con cariño, al verla a los ojos. Ella asintió lentamente con la cabeza, y soltó mi mano para bajar; pero en cuanto cerramos las puertas del auto y camine hasta ella, Zuli tomó mi mano, sin demora. — ¿Nerviosa?

— Ansiosa.

Llegamos hasta la puerta y ella sacó una llave, para abrirla. Al hacerlo y entrar se escuchó una voz gruesa

— Al fin te dignas te en aparecer.

— Solo vine a buscar mis cosas, luego me iré

— Hazlo, después de todo ya eres mayor de edad y no tengo porque mantenerte. Vete y no regreses, como tu madre.

Desde el primer momento en que entre tenía el ceño fruncido, y al escuchar sus miserias palabras hacía Lazuli, no pude evitar mirarla. Ella había apretado mi mano, y su rostro de había transformado, se podía notar como desbordaba rabia. Sin embargo sin decir nada, tragándose todas su palabras, como queriendo no discutir con este hombre, para así no perder tiempo, subió hacía su habitación, llevándome arrastras con ella.

Una vez que llegamos busco un par de bolsos y una maleta, para guardar sus cosas, y con rapidez, empezó.

Mientras la observaba detenidamente, ella comenzó a lagrimear.

Me acerqué y la tomé en mis brazos — Shh Shh Shh — Dije con lentitud. Había elevado mi mano, para dejarla reposar sobre su cabeza y acariciar allí su pelo — Mi linda ternurita, si lloras siento como se me aprieta el pecho — Toqué su mejillas con mis manos, y con los pulgares le saqué las lágrimas — Así que ya no llores, porque me volverás maricon — Y de la nada, sonrió, soltando consigo una pequeña risa, que me gustó. — ¿Qué más te falta?

— Creo que nada más, larguemonos de aquí. — Observando su ojos, que estaba un poco rojos, le sonreí sin despegarme de ella.

Tomé algunos de los bolsos, para ayudarla y bajamos.

— Tienes suerte de que hayas venido ahora que estoy calmado y con la cabeza fría — Le dijo ese hombre que nos estaba esperando allí

Ella lo único que hizo fue verlo cortamente, sin dirijirle la palabra. Pero al pasar a su lado, le tomó de la muñeca.
Instintivamente, yo hice lo mismo, agarrándolo a él, e imponiendo fuerza, sobre el agarre para que la soltara.

— Es todo lo que harás — Ignorandome por completo, solo le habló a ella — Dependiendo de un hombre, y sin poder hacer nada tú sola

— Fue así como me criaste, sumisa y dócil, pero yo no quiero ser así, ya no te metas en mi vida, y no pretendas conocerme. Porque no pienso ser dependiente de Neythan, aparento ser inútil, pero no quiero serlo. — Era una nueva faceta de Lazuli que no conocía, imponente y firme, sin rodeo y sin vueltas. Hasta a mí me sorprendieron su palabras, pero a la vez me gustaron.

Él la soltó, y yo hice lo mismo. Ambos salimos de la casa.
Al llegar al auto puse los bolsos en los asientos traseros. Y subimos.

— No fue tan difícil, como pensé — Dijo rompiendo el silencio.

No siendo muy buenos con las palabras, solo me incline para besarla.
Nuestros labios chocaron, y cada roce era encantador. Mi lengua jugaba con la de ella, y cada vez me gustaba más el besarla.

No te alejes de mi 2 [Neythan James]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora