Narrador omnisciente
Lazuli se había tomado un descanso de los estudios, por todo lo que le estaba pasando. Hoy finalmente había vuelto a retomar su vieja rutina de la universidad.
Este día le tocaba salir tarde, y debía regresar sola. Neythan estaba muy ocupado, tenía cosas de las que hablar con su padre.
Nadie había ido a buscarla, pero eso fue a pedido de ella, periferia ir y venir sola, sin ningún chófer.
El colectivo solo llegaba hasta una parada y de allí para llegar rápido, debía tomar un atajo de unas 8 cuadras aproximadamente.
Los caminos estaban casi desiertos. En algunas partes había muy pocas personas pasando por allí, y otras estaban muy oscuras.
Escuchaba pasos detrás de ella pero no les tomó mucha importancia. Unos tres tipos se aproximaban hacia ella de frente. Vio como la observaban; pero tampoco le importó mucho, había personas detrás de ella. Así que se consideraba un tanto segura.
De reojo, viendo por encima de su hombro, notó que detrás suyo iba una pareja.
Pero los sujetos que se aproximaban a ella por el frente, la rodearon.
— ¿Estás sola? — Le preguntó el del medio. Un morocho con una cicatriz que casi le rozaba el ojo izquierdo.
— No temas linda, te acompañaremos a dónde sea — Dijo el de la izquierda, un rubio caucásico, un poco más bajo que el morocho.
— Así que tranquila — Le manoseo el tracero, el moreno de la derecha. Ese gesto la asqueo.
— No me toques con tus sucias manos — Le contestó ella y luego vio como la pareja de atrás pasaba sin mirar lo que sucedía, no les importaba nada, solo no querían meterse en problemas. Esos tipos eran conocidos por ser matones.
— Lengua filosa — Dijo el morocho de la cicatriz — Me gustan las mujeres así. — Cuando la sujetó con las manos, Lazuli trató de zafarse, pero no podía hacer nada, eran tres quienes la agarraban.
— ¿Qué están asiendo? — De la nada salió una vos femenina, y los cuatro se voltearon a verla. Era una mujer de piel casi oscura, con ondas en el cabello. Llevaba unos shorts deportivos pegados al cuerpo, que dejaba ver sus piernas marcadas y tonificadas, y una chaqueta enorme de hombre, con un gran bolso en la espalda. Era una linda mujer, pero si la mirabas bien, tenía un severo golpe en la mejilla izquierda. — Suéltenla.
— Niel... — Pronunció el morocho al observarla con atención, y trató de acercarse un poco a ella, pero se detuvo en el camino. — Ya la escucharon — Se dirigió a los otros dos tipos que estaban con él — Déjenla muchachos.
— ¿Es tu amiga Niel? — Le preguntó el moreno.
— Así es — Contestó sin dudar, tenía un tono bastante frío y desinteresado.
El rubio se acercó a susurrarle algo al oído de Lazuli — Tienes suerte que la mujer del jefe te salvara.
Habiendo perdido todo el interés en Lazuli, el morocho de la cicatriz solo tenía ojos para Niel. — Apareciste... Mijaíl te ha estado buscando. Está muy preocupado por ti Niel — Volvió a observar su golpe en la mejilla, y su ceño se frunció cargado de enojo — ¿Qué te pasó?.
Ella sin muchas ganas ni interés, movió los hombros — Continúo viviendo... — Le dijo en repuesta a su pregunta — Dile a Mijaíl que estoy bien, pero que no tengo ganas de verlo ahora, cuando quiera lo buscaré.
— Él estaba como loco buscándote — Habló esta vez él rubio. — ¿Qué mierda te pasó a ti? Cuando él te vea así se pondrá más loco todavía
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No te alejes de mi 2 [Neythan James]
Romance[Nadie puede decirte que sentir, nadie puede decirte con quien estar] En esta parte contaré la historia de Neythan y Lucinda los hijos de Stephen y Lucy. Un hombre que no sabe amar, una mujer inocente y otra mujer que ya aprendió sobre el amor. de c...