37.

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Al día siguiente quedó en acuerdo de encontrarse con Han, quien le llamó en la madrugada admitiendo que estaba muy preocupado por ella. La idea de pasar el día juntos le emocionaba cómo de costumbre, pues sabía que compartir tiempo con él le haría olvidar la situación, así que cuando Jisung le avisó que estaba en la puerta, corrió presurosa a recibirlo. 

—¡Han! —se lanzó en un abrazo. Jisung sonrió satisfecho por su acción— Gracias por venir.

—No actúes cómo si no me has visto en años.

—Lo sé pero... —un suave suspiro escapó de su boca— tu compañía siempre me hace sentir mejor —sonrió sincera— y definitivamente te necesito en estos momentos... a ti y a los chicos.

Escuchar aquello fue aún más satisfactorio.

—Y bueno, ¿quieres salir o te parece la idea de preparar un picnic en el pateo trasero? —sonrió inclinándose hacia ella, estando seguro que iría por la segunda opción.

—El picnic suena genial. —asintió entusiasta y con una sonrisa amplia.

Su emoción se vio abruptamente interrumpida cuando miró por sobre el hombro de Jisung, quien ladeó la cabeza extrañado y se giró para mirar en la misma dirección que ella.

Felix estaba detrás observando la escena en silencio.

—Oh. Hey, chicos. —este alzó su mano en saludo algo dudoso.

—Felix... ¿y ese milagro que andas por aquí?

—Se me ocurrió invitarte a salir, pero creo que ya estás ocupada. —frotó su cuello, mirándola con una mueca incómoda.

Jisung no estaba consciente que Felix sabía su pequeño secreto, sin embargo, este último no podía evitar sentirse raro frente a él.

—Puedes pasarla con nosotros... si a ella le parece, claro. —sugirió Han.

—¿Te parece buena idea a ti?

Su tono áspero, su mirada fija y su ceja elevada confundieron un poco a Han, pero descartó todo pensamiento negativo y se limitó a alzar los hombros con desdén.

—No me molesta, pero no soy quien decide aquí.

—¡En lo absoluto! —ella respondió titubeante y con una sonrisa notablemente incómoda— Planeamos un picnic.

Pero se suponía que sería una tarde para distraerme y no pensar en ti...

Pese a ello, no quería ser descortés y correrlo, no era propio de ella actuar grosera sólo para "darle una lección a Felix."

—Suena bien. Lamento arruinar sus planes.

—¡No es ningún problema! Vamos adentro.

(...)

Más tarde y aprovechando la oportunidad de que Felix estaba afuera acomodando un par de cosas, Han se acercó a la castaña de brazos cruzados y con el semblante serio.

—¿Por qué lo dejaste unirse?

—¿Perdón? ¿No fuiste tú quien propuso la idea? —lo miró breve y regresó su atención a la fruta que cortaba.

—Pero no con la intención de que accedieras, sólo trataba de no hacerle sentir mal. No había necesidad de permitirlo.

—¿Estás molesto con Felix?

—¿Y tú no? —le miró obvio, siendo que ella tenía mil y una razones para estarlo.

—Pues sí me siento mal por todo lo que hizo pero no quiero ser dura con él.

Memories ; Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora