14.

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Después de todo, sí era verdad lo que Jisung decía acerca de ir a acampar con los padres de Felix, puesto que él mismo lo había mencionado y, después de pasar el resto de la semana siendo prácticamente la esclava de su madre, consiguió su permiso para ir.

—No vayas a despegarte de los señores Lee ni un momento, ve con cuidado y si es posible dile a los chicos que sean tus guardaespaldas, ponte repelente siempre y...

—Mamá —la interrumpió riendo—... Ya entendí, con tan sólo que me digas que tenga cuidado basta.

—Está bien, ven aquí —se acercó para abrazarla—. Te veo en tres días, no me extrañes ni llores por mí.

—Prometo no hacerlo —rió elevando su palma—. Te amo, adiós. —abrió la puerta y bajó del auto junto a su pequeño equipaje.

—¿Lista? —el primero que la recibió fue Felix que estaba afuera.

Ella sonrió mordiendo su labio y asintió para después acercarse a abrazarlo.

—¡Hola! —saludó a los señores Lee, agitando su mano.

—¡Hola, pequeña! —regresaron el gesto.

—¡Llegaste! —Jisung apareció y corrió para estrujarla en sus brazos— Pensé que no vendrías ya que me dijiste que tu madre se había negado.

—Bueno... pues sí conseguí venir —sonrió. Felix resopló ante la escena y fue con los demás chicos—. ¿Los demás están aquí?

—Sí, vamos adentro. Deja tu equipaje aquí, los señores Lee ya están preparándolos para subirlos. —sin esperar más, Han la tomó de la mano y la llevó hasta adentro.

Allí saludó a los demás, quienes la recibieron con mucha emoción y después de un rato entre pláticas  cosas sin sentido, como usualmente, los señores Lee los llamaron diciendo que estaban listos para irse. Todos corrieron emocionados hacia la camioneta, más Chan quien parecía un niño de primaria en su primera excursión. Todo un lindo bebé.

Baby Chan. —lo llamó Seungmin a lo que los demás rieron.

—El bebé aquí, soy yo. —reclamó Changbin.

—¿No que muy dark? —Minho trató de contener la risa.

—Puedo ser un dark baby. —alzó los hombros.

—Ajá sí, de dark no tienes nada, Hyunjin puede ser más dark que tú. —Minho continuó molestándolo.

—¿Yo por qué? —lo miró serio.

—¡Shh! ¡calla! Sólo quiero que se moleste.

—Me aburren con sus pláticas —se quejó Jeongin—. ¿Podemos hacer algo?

—¿Cómo qué?

—No lo sé, un juego improvisado, tal vez.

—¡Podríamos jugar a...

—¡No jugaremos tus juegos, Minho! —Hyunjin se adelantó, negando.

—¿Por qué?

—Siempre que pierdo me pones de penitencia besar la mejilla de alguien, la última vez casi beso a Jeongin en los labios, ¡los labios!

—Qué dramático, ni siquiera pasó.

—Sí, pero casi.

—Ahg, ni siquiera me prestan atención. —susurró el menor, cruzándose de brazos.

En la mayoría del viaje todos prefirieron hacer sus propias cosas como esta en sus celulares, otros intentando armar un cubo de Rubik y otros dormir.

—¿Te sientes bien, Felix?

—Me duele un poco la cabeza y quiero acomodarme para dormir pero aquí es imposible. ¿Puedo recostarme en tu hombro?

Ella sonrió y asintió.

—Es una costumbre que nunca perderás.

—¿Es una costumbre mía recostarme en tu hombro?

—¿No te das cuenta?, lo haces mucho. —rió.

Felix se limitó a sonreír y se recostó sobre el hombro de su amiga.

Mientras que la mayoría cayeron en sueño prácticamente a mitad del camino, la menor disfrutaba del paisaje. Lo hacía aún más teniendo al tierno de Felix descansando en su hombro. Por momentos se tomaba el tiempo de mirarlo y apreciar su hermoso rostro en completa tranquilidad, no era de dudar que su estómago se revolvía al saber que lo tenía así de cerca y podía mirarlo todo lo que quería sin que él se diera cuenta. Bueno, él no pero los demás sí.

—Mírate, ya te vi —comentó Jisung con una sonrisa pícara mientras movía sus cejas—. Deja de mirarlo tanto, lo vas a desgastar.

—No entiendo porqué aún me molestan si saben Felix me lleva gustando desde hace mucho.

—Es divertido ver sus caras de idiotas cuando lo hacemos. —admitió con total tranquilidad.

—¿No estás cansado? ¿por qué no vas a dormir? —lo miró mientras fruncía los labios.

—Porqué yo no tengo a alguien que me aprecie mientras duermo. Se sentiría bonito tenerlo. —fingió llorar y secar sus lágrimas, sólo para molestarla.

—Yo podría hacerlo. —Minho levantó su mano desde su lugar.

De no ser porqué los conocía muy bien y sabía que así bromean constantemente, juraría que esos dos se gustaban.

El resto del camino se le hizo largo, ¿cómo no? Teniendo a Jisung quien no paraba de molestarla, y lo peor fue que Chan también había despertado, eso hasta que llegaron.

—Felix —agitó un poco su hombro—... Felix, despierta. —colocó su mano en la pierna de este y la movió, pero no dio resultado.

—A ver, déjame esto a mí. —habló Jisung y se acercó a Felix, tomando una bocanada de aire.

—Jisung, no lo vayas a...

—¡Felix, despierta! —gritó y lo zarandeó por los hombros, dándole un gran susto, pero finalmente el chico despertó, soltando un fuerte grito.

—¡Te dije que no lo asustaras! —lo regañó ella, pero no pudo evitar reír por la reacción del chico.

—¡Esto está para recordar! —exclamó Chan mientras sostenía la cámara.

—¿Filmaste mi rostro? —Felix lo cubrió con pena— Ahora seré la burla por muchos días.

—Tranquilo, Felix, aquí el bullying es con mucho cariño. —Seungmin palmeó su hombro.

Todos bajaron de la camioneta para así sacar su equipaje e ir a la cabaña correspondiente. Amaban ir a ese lugar no sólo por el tranquilo ambiente, también las cabañas absolutamente hermosas eran un lugar en el que se podía descansar cómodamente e incluso desde allí poder respirar el aire fresco.

—Nuestra cabaña es la de la izquierda —habló la señora Lee— deben saber que sólo es de dos habitaciones ya que las demás estaban ocupadas.

—¿Eso quiere decir que todos estaremos en una misma habitación? —cuestionó el mayor de todos.

—Así es —afirmó la señora Lee—. ¿No estarás incómoda con eso verdad, cariño? —se dirigió a la menor.

—Oh no, claro que no. Sé que ellos serán cuidadosos conmigo. —sonrió.

—Pues entonces vayamos adentro. —el señor Lee tomó sus cosas al igual que los chicos y comenzaron a adentrarse a la cabaña.

—Sin con cuidadosos te refieres a que no te haremos bromas de noche, te equivocas. —musitó Jisung.

—¡Ya te oí, Jisung! —exclamó desde la puerta a lo que todos rieron menos Felix, quien aún no toleraba el hecho de que fueran tan cercanos. Después de todo era la chica que a él le gustaba y era normal sentirse así.

Memories ; Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora