33.

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Con el paso de los días y bajo la insistencia de los chicos, sobre todo de Chan, finalmente se armó de valor para encarar a Felix. En cuanto confirmó que lo haría, Chan no dudó en pasar por ella.

—¿Tienes alguna idea de lo que le dirás? —preguntó mientras hacían su camino hasta su auto.

—Actuaré de forma natural, simplemente le diré que soy su amiga y ya.

—Wow, antes te veías tan aterrada de tan sólo imaginar que lo verías y ahora te ves tan determinada a hacerlo. Por esa razón, traje a alguien que sé que te hará sentir más cómoda una vez estando allí. —el australiano sonrió mostrando sus hoyuelos y abrió la puerta trasera del coche.

Un sonriente Jisung la recibió con emoción y ella no pudo evitar contagiarse de su alegría y recibirlo con el mismo entusiasmo.

—¡Hannie! —extendió los brazos. Habían pasado unos días desde la última vez que se vieron y realmente lo había extrañado.

—¿Me extrañaste? —sonrió amplio mientras salía del auto.

—Claro que sí, ¿cómo no extrañar a mi payaso personal? —bromeó ella, dándole un abrazo.

—Hey, más respeto o ¿quieres que te deje sola? —le señaló, a la vez que pasaba uno de sus brazos por los hombros de la chica.

—Sólo bromeo. —alargó, formado un puchero.

—Sí, sí, vámonos ya. —el mayor agitó su mano, ordenándoles que entraran de una vez al auto.

(...)

—¡Hey, Chris! —Felix saludó al mayor tras verlo— Oh... Hola, Jisung.

—¿Cómo vas, hermano? —habló Chan, mientras Jisung sólo sonrió en respuesta.

—Muy bien. Hace poco Hyunjin y Seungmin se fueron, y ahora llegan ustedes. —entonó alegre, mas parecía que aún no notaba la presencia de la fémina, quien se mantenía detrás de Han... ¿O simplemente la estaba ignorando?

—Acostumbramos a estar juntos. —el mayor se encogió de hombros.

—Bien, vamos adentro. —agitó su mano, invitándolos a pasar.

Han se movió de su lugar y en ese instante el pecoso la miró; sus ojos se encontraron con los de ella, quien no pudo mantener el contacto por más de cinco segundos y dirigió su vista al suelo.

—Oh... Tú eres la chica que estaba en el hospital esa mañana. ___, ¿no? —sonrió amigable.

Se sentía tan extraño, su reacción fue totalmente lo opuesto a lo que ella esperó. Tal vez porqué en lo más profundo de su corazón aún flameaba la esperanza de que Felix la recordara; todavía no asimilaba el hecho de que él recordara a todos excepto a ella.

—S-Sí —frotó su brazo con nerviosismo aún sin levantar la mirada—. También soy parte de tu círculo amistoso, así que vete acostumbrando a verme. —finalmente sonrió tratando de mostrarse natural, aunque por dentro se sentía muy insegura.

Felix asintió con una pequeña sonrisa y se giró para entrar, siendo seguido por los demás.

—Tranquila, vas a estar bien. —susurró Han mientras tranteaba sutilmente su cabeza.

—Estaba pensando en hornear algunas galletas pero me di cuenta que no tengo harina —el pecoso colocó ambas manos en su cintura—. ¿No les molestaría esperarme en lo que voy a la tienda? Será rápido.

—Claro, no hay ningún problema —respondió Chan—. ___ podría acompañarte si así quieres. —sugirió.
La chica dirigió su mirada al mayor algo inquieta y luego volteó a Jisung en busca de ayuda, pero este no dijo nada.

Chan y sus ideas.

—Si ella quiere, por mí está bien. —Felix sonrió mostrando su dentadura.

Admitía que se sentía un poco nerviosa, pero claro que sería un placer acompañarlo.

—... Está bien. —ella asintió, alzando ligeramente los hombros.

—¿Necesitan mi auto o...? —Chan agitó las llaves que colgaban de su índice.

—No, no. La tienda está muy cerca, no es necesario —Felix negó y el mayor asintió—. Ya volvemos. Vamos ___.

La chica asintió y caminó detrás de él hasta salir de la casa. No habían transcurrido ni una cuadra y la atmósfera ya se había tornado algo incómoda, pues el silencio reinaba entre ellos, además de que la castaña se mantenía un par de pasos detrás de él. Mordió el interior de su mejilla y respiró hondo; si Felix no pensaba mencionar tan sólo una palabra, lo haría ella. Apresuró su caminar hasta estar a su lado y Felix volteó hacia ella al notar su presencia.

—¿Cómo has estado?

Se suponía que sería ella quien rompería la tensión, pero él se había adelantado.

—Yo debería ser quien te pregunta eso —soltó una suave risa—. Estoy bien. ¿Cómo te encuentras tú?, ¿cómo te sientes desde que saliste del hospital?

—Pues, el medicamento ha ayudado mucho a controlar los dolores de cabeza, se podría decir que estoy bastante mejor.

—Me alegra oír eso. —le dedicó una sonrisa honesta y él le devolvió el gesto de la misma forma.

Deja de ser tan lindo.

—Por cierto, ¿por qué te fuiste tan repentinamente ese día en el hospital? —la observó un tanto curioso.

—... Tenía algo que hacer —mintió, frotando su brazo—. Lamento haberme ido sin despedirme.

—No hay problema, todos tenemos deberes. (Menos yo que me la sopletea la escuela MUAJAJAJA. Okno, sigan leyendo, ah.)

Y así lograron mantener esa pequeña conversación hasta llegar a dicha tienda. Felix tomó una pequeña canasta, pues realmente no iba por mucho.

—Necesito harina, chocolate... —habló para él mismo y mientras trataba de recordar todo lo necesario para preparar sus galletas, notó el cereal por el que llevaba deseando comer desde hace días— ¡Oh, Lucky Charms! —exclamó con una enorme sonrisa.

—Tu favorito. —añadió ella con una diminuta sonrisa.

—Sí —asintió emocionado—. ¿El tuyo también, no? —agitó la caja entre sus manos aún sonriente y la colocó dentro de la canasta para luego girarse y seguir buscando por lo que realmente necesitaba.

La menor asintió cortamente mientras se mantenía detrás de él pero de inmediato se detuvo en seco y miró a Felix con el ceño fruncido, algo de lo que él no se percató.

¿Cómo sabía que ese también era su cereal favorito?

Memories ; Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora