09.

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—¡Buenos días familia! —vociferó Felix ingresando a la cocina.

—Buenos días, hijo. —saludaron sus padres al unísono.

Su padre dio un sorbo a la taza de café y se levantó del comedor para salir de ahí. Felix se acercó a la barra y tomó asiento.

—¿Cómo te sientes, cariño? —preguntó dulcemente su madre.

—Pues ayer me dio algo de dolor pero tomé una pastilla y hoy me siento mejor. —sonrió a labios apretados.

—¿Tienes hambre?

—Sí —asintió casi de inmediato—. Por cierto, ___ vendrá hoy.

—¿De verdad?

—Ajá. —asintió emocionado.

—Mhm... ¿Te gusta ella, Felix? —sonrió enternecida y mirándolo de forma juguetona, a lo que él rápidamente negó.

—Es mi amiga, nada más.

—Lo sé, han sido muy unidos desde tercero.

—Eso me ha dicho ella. Me gusta estar con ella. —soltó. Ups, creyó que sólo había sido un pensamiento... uno en voz alta.

—¿Te gusta estar con ella? —su madre amplió su sonrisa.

—En el sentido amistoso, mamá —murmulló avergonzado. ¿Estaba siendo muy obvio?—, ¿crees que si me gustara hubiera dicho eso?

—Bueno, no lo sé —colocó el desayuno frente a Felix—. Me gustaría acompañarte, mi amor, pero tu padre y yo tenemos mucho trabajo. Te veo más tarde —besó su frente—. Si necesitas o sientes algo, no dudes en llamarme. Ten un lindo día. —depositó un beso en el cabello de su hijo.

—Adiós. Tú también.

(...)

—¡Estás aquí! —se lanzó a abrazarla tan pronto cómo abrió la puerta.

—Ouh —pronunció sorprendida—, hola.

—Pasa. —se hizo a un lado para darle paso.

—¿Tus padres no están? —miró a su alrededor y Felix negó con la cabeza— Oh, qué mal, yo quería saludarlos.

—Sí, este... ¿Qué quieres hacer? ¿gustas algo?

—Dime tú ¿qué quieres que hagamos?

—Pues, ¿ver películas? No puedo hacer nada más que eso. —bufó.

—Oh... Pues ver películas está bien. —sonrió compresible.

Lo vio irse a la cocina, se veía bien así de sencillo, con sólo una calzoneta y una polera. Será que le gustaba tanto que lo veía lindo con todo. Fue tras él para ayudarle.

Mientras llevaban algunos bocadillos para la sala el timbre sonó. Felix frunció el ceño, pues no había invitado a nadie más.

—Esperame aquí, iré a ver. Por mientras ve eligiendo la película. —indicó él.

La menor tomó el control remoto y se puso a recorrer los canales en busca de algo que luciera entretenido, sin darle mucha importancia a quién sea que estuviese allí afuera.

—¡Felix! —escuchó esa voz tan molesta e inconfundible. Por instinto se puso de pie de manera fugaz y caminó hasta allá al mismo de paso.

Oh no... ¿Qué hacía esa chica ahí?

—¿Quién eres? —preguntó Felix, frunciendo el ceño.

—¿Qué? —la chica lo miró incrédula— ¿En serio estás preguntado eso?

—¿Qué haces aquí? —intervino la castaña.

—¿Qué no es obvio? Vengo a visitar a Felix. —respondió sonriente, pero aquella sonrisa era la más venenosa que jamás había visto.

La castaña se acercó a Felix y le susurró que regresara a la sala para elegir la película, mientras ella se encargaba de la persona allí. Felix obedeció y regresó adentro mientras la castaña salió y cerró la puerta detrás de ella.

—¿Qué es lo que quieres? —espetó, ni siquiera se molestó por ocultar su desagrado.

—Tú nunca cambias tu actitud —rió la otra chica—. Vine a ver a Felix, ¿no es obvio?

—¿Después de lo que hiciste? —la miró con una ceja elevada.

—Yo no hice nada.

—¿Segura? —sonrió hipócritamente— Recuerdo que por tu maldita culpa Felix sufrió mucho. —la miró molesta.

—Hey, no fue mi culpa que el niño ese se ilusionara conmigo. Él confundió las cosas. —dijo desdeñosa, haciéndose la inocente.

—Pero eso ya no importa, él ya te olvidó, así que te puedes ir. —agitó su mano de forma despectiva.

—¿No estarás pensando que vengo a buscar a Felix para una oportunidad o sí? —rió irónica— Me iré de vacaciones en unos días, sería algo estúpido hacer eso. Así que no te preocupes, sólo quería verlo.

—Mejor vete.

—¿Y tú qué?, ¿aún sigues pensando en que él se fijará en ti? —rió sarcástica— Qué ilusa.

—Qué estúpida. —murmulló a regañadientes.

—¿Qué?

—Nada. Ya te vas. —sonrió. Tomó a la chica por los hombros y la giró para luego empujarla y así entrar rápidamente, cerrarando la puerta con seguro.

—¿Todo bien? —cuestionó Felix desde la sala.

—Sí. ¿Elegiste la película? —caminó a él y tomó asiento a su lado.

—Ajá —apretó reproducir tan pronto cómo la menor se acomodó—. Por cierto, ¿quién era esa chica?

—Nadie importante. —contestó sin dirigirle la mirada.

—¿Estás enojada? —frunció los labios al escuchar su respuesta.

—No, es sólo que... tú sabes que no todos nos llevamos tan bien en esta vida y... Ese es el caso entre esa chica y yo.

—¿Por qué? ¿te hizo algo?

A mí no, pero a ti sí.

No era algo nada grave, pero no está bien ilusionar a alguien si no te gusta. Y eso fue el caso con Felix, a él le gustaba mucho esa chica y, después de ilusionarlo y elevar sus esperanzas, al final sólo le dijo que no quería nada. Aún así Felix quedó bastante mal por mucho tiempo.

—Aún no sé porqué le desagrado tanto —mintió—, y por esa razón ella no me agrada a mí.

—Están locas. —negó sonriendo.

—Creo que sí. —ella también sonrió.

—Oh y sobre eso —añadió. Ella emitió un sonido con su garganta dándole a entender que continuara—, te ves linda sonriendo. No dejes que esa chica arruine tu sonrisa, no creo que valga la pena.

Un sonrojo se apoderó de las mejillas de la chica y sonrió tímida.

—No te preocupes, Lixie, pueda que no la vuelva a ver. —desvió su rostro hasta la televisión para que Felix no se diera cuenta de lo colorado que este estaba.

Demasiado tarde. Él ya lo había notado y eso lo llenó de felicidad, provocándole una sonrisa.

Memories ; Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora