Capítulo 21) Al fondo

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Frío, humedad, falta de aire y dolor. Me desperté hecha un ovillo en el interior de un pequeño nicho lleno de rocas y maleza, las agrestes paredes subterráneas estaban compuestas en su totalidad por rocas y lodo. Frente a mi una pequeña reja que parecía ser de un desagüe me permitía respirar y ver que aun era de noche, o ya, no tenía ni la menor idea de cuanto tiempo había transcurrido, tampoco sabía cuan lejos del instituto estaba, ni siquiera contaba con la certeza de estar viva.

 Analicé mi cuerpo como reacción defensiva, el lugar era tan estrecho que apenas podía moverme dentro de el sin dañar mi piel. No veía mucho pero me había dado cuenta de que no tenia mi calzado, tampoco mis pantalones, solo me quedaba mi ropa interior y la blusa de tirantes hecha girones. Mis extremidades estaban cubiertas de raspones que ardían al contacto y seguramente estaba totalmente vestida de moretones. 

Alguien me había golpeado a traición y ahora estaba condenada a morir en un frio y pequeño infierno. No oía nada mas allá del típico ruido nocturno de un bosque, un búho me hablaba a lo lejos y de a ratos me dejaba sentir la ilusión de voces humanas, pero solo era mi imaginación.

Mi estomago rugía de hambre, mis labios secos suplicaban por una gota de agua. La verdad era la peor muerte que me hubiese imaginado, lentamente me estaba abandonando, condenada a morir de sed sola en medio de un recóndito y oscuro bosque. 

Oí pasos a lo lejos, eran rápidos y hacían crujir las hojas bajo la maleza con sus pisadas, claramente era alguien corriendo ¿Vendrían a buscarme? Quizá solo era un truco mas de mi depresión, me dejé ilusionar, me dejé llevar por la esperanza, aunque fuera mínima. Lentamente me acerqué hasta la pequeña reja, mi cuerpo fue arañado por las paredes y raíces en el proceso pero no podía rendirme. 

Muchas cosas vagaron por mi mente en aquellos escasos minutos ¿Qué sueño me ata a la vida terrenal? ¿Por qué razón me quiero quedar? El futuro de mi reino y los cambios que quería introducir en el eran parte importante, creo que ese era sin duda mi proyecto de vida, eso que iba a perpetuar mi nombre luego de morir. A pesar de eso, no fue lo primero que vino a mi mente al pensar por que luchaba incesantemente a pesar de las escasas posibilidades de sobrevivir. Una imagen, un momento, un aroma, algo tan simple pero tan fuerte que hacia que me moviera aunque no quedaran fuerzas en mi cuerpo. John vestido de traje, con una sonrisa en el rostro. Yo esperándolo en el centro de un gran salón con un lindo vestido rojo mientras de fondo sonaba Can't take my eyes off you. Era una fantasía tonta, sin trascendencia aparente, pero nada deseaba mas que vivir una escena así de cursi. 

Una vez cerca de la reja pude oír con claridad que aquellos pasos no eran ficticios ni un invento de mi mente desesperada, eran fuertes y claros. 

De repente, un disparo, estaba segura que eso había sido. El estruendo me dejó aturdida por unos segundos lo que me demostró que había sido cerca. 

En un abrir y cerrar de ojos el rostro de August se asomó a la reja con una sonrisa siniestra, la abrió sin apuro y de un cinchón me arrastró afuera. Mis piernas estaban entumecidas y dolían al extremo, al igual que mi espalda. Busqué el sitio de destino del disparo y descubrí a la chica pelirroja, aquella que me había metido en todo esto desde un principio apelando a mi bondad e inquietud por las cusas injustas. Tenía una pistola nueve milímetros en su mano y la agarraba con firmeza, como si sintiera miedo de que la robasen. Mire la dirección en que se dirigía la mira y vi  allí un cuerpo tendido en el suelo. Parecía ser la primera vez que disparaba, mantenía la vista en su objetivo, aún después de que había acertado y sus manos temblaban al igual que su labio inferior. 

El cuerpo que había sido destinatario de la bala había caído sobre un colchón de largos pastos, los cuales me bloqueaban la visión. Con dificultad me puse de pie, mis adversarios me permitieron caminar errática hacia el cuerpo, nos separaban tan solo unos cinco metros, pero en mi estado físico parecieron muchos mas. Definitivamente August quería que viera a esa persona, sino me hubiesen detenido mucho antes, a diferencia de ello, ambos se mantenían expectantes a mis actos. 

La Princesa de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora