Capitulo 9) Lo que esconden las olas

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April:

Siempre me había sentido como en casa estando cercana a la playa, aunque estas aguas no eran para nada parecidas a las de mi hogar. Las aguas cálidas del mar de cristal que bañaba toda la costa sur de Dromania, se veían celestes a lo lejos, bañaban un vasto terreno de arenas bancas decoradas por algunas esporádicas palmeras que arrojaban cocos con frecuencia. Aunque si se parecía a las playas del norte que ya hacia años que se encontraban ligeramente marrones por la contaminación de las minas. La tierra había sufrido los cambios hechos por la humanidad, un paraíso natural repleto de fauna y flora que quizá no se encontraría en ninguna otra parte del mundo, había sido relegado a una sola parte de la isla en pos del progreso. Sin embargo, a pesar de la apariencia que tuviera, siempre me iba a sentir cómoda cerca del agua. 

El beso de Frank era dulce y cálido, tenía un ligero sabor a vino en sus labios, pero lo dejé pasar. A pesar de que parecía estar dándolo todo, no me había sentido especialmente cautivada, realmente creía que mi primer beso me haría sentir por lo menos algo de vértigo, pero por mas que el chico me gustara, sus besos no me habían hecho sentir nada.

Me sentía decepcionada, había esperado esto tanto tiempo, había incluso intentado aplacar mi fulminante personalidad por conseguir que un chico me mirase, pero ahora que lo había alcanzado, no se sentía como un logro, se sentía vacío. 

-¿Por qué no vamos a un lugar más tranquilo?- preguntó él con una sonrisa de lado. 

-Preferiría volver adentro- contesté con la seriedad que requería su pregunta, sabia que era un chico mas grande y a que clase de tratos estaba acostumbrado y yo no estaba dispuesta a ello. 


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Alexia se acercó luciendo su vestido que parecía haberse hecho con oro fundido, se apegaba perfectamente a su cuerpo, a sus curvas prominentes, y por la espalda tenia un largo tajo que no dejaba lugar a la imaginación. Su mascara era de color negro, hecha casi completamente por encaje, y aunque fuera una pieza sexy, nadie la hubiera lucido tan bien como ella. 

-Parece que alguien recibió el primer beso de la noche ¿Verdad April?- dijo con el volumen lo suficientemente alto para que todos lo oyeran, para que todos reaccionaran con una mirada acusadora- al final no resultaste ser tan casta como nos hiciste creer a todos- remató de manera cizañosa.  

-¿Son celos lo que escucho Alexia?- le preguntó April quitándose la mascara. Alexia dio un paso atrás y se paro firme observando detenidamente la sorpresiva actitud de April. A pesar de que ella nunca había sido muy social, jamás se había atrevido a contestar una de sus burlas, nadie en todo el instituto lo hacia, algunos por respeto a lo que ella significaba socialmente, otros simplemente no le daban importancia. 

April sabía que si este pequeño suceso salia a la luz, las cosas iban a estar mal. Arriesgaba mas de lo que se veía a simple vista, arriesgaba la reputación de todo el instituto, de la familia que se encargaba de la dirección, y hasta su propia reputación. Quizá, luego de que el suceso llegase a oídos de su padre, la mandaría de vuelta en un vuelo sin escalas a su casa, tal vez incluso culparía a John por ni cuidarla de la manera adecuada. 

-Enserio... estas jugando con fuego niña- le contestó ella con una mirada maliciosa. 

-¿Por no venerar tu actitud opresora hacia el cuerpo estudiantil?  ¿O acaso sera por no considerarte tan bella como el resto? Seguramente es por que bajo mi criterio, en ese cuerpo- dijo señalándola de arriba hacia abajo- hay mas botox que neuronas- 

April jamás había estado interesada en este tipo de peleas entre chicas, esas que exponen todo lo que puede llegar una a hacer para verse bella, para encajar en un mundo en el que no encajan. Jamás quiso verse inmersa en peleas sin sentido con frases como "que horror esa falda", cada vez que lo pensaba mas repudiaba esa tipo de disputas. 

La Princesa de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora