Capítulo 22) Magnetismo

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Se podía oír música de batalla con tan solo ver la situación que se estaba dando, todo dependía de una persona: si April moría o salía herida los guardias dispararían si piedad, sin embargo por el momento se encontraban en un punto muerto. 

El tiempo pasaba tan lento que cada segundo se sentía como una eternidad, el aire frio rosaba el cuerpo semidesnudo de April haciéndola tiritar, movió los pies sobre la tierra húmeda preparándose para una decisión desesperada, si hacía algo ahora quizá tuviera aun la chance de no morir. Le dedicó una ultima mirada a Jhon deteniéndose unos segundos en sus expresivos ojos rasgados, bajo hasta sus labios carnosos, lo vio respirar con fiereza y le regalo una sonrisa con intención de calma. Él negó con la cabeza asustado y levantó su arma apuntando mas fijamente a la chica detrás de ella. Está advirtió de inmediato su cambio de actitud y nerviosa hizo mas presión con el arma sobre la cien de April. 

Mientras tanto, August que estaba a un lado de la situación y un poco por detrás miro hacia los alrededores buscando alguna escapatoria, segundos después corrió hacia el bosque ocultándose en su espesa oscuridad. Un par de soldados rompieron formación y amagaron seguirlo pero la chica pelirroja lanzo un alarido deteniéndolos. 

-Sí alguien se mueve la mato- 

Dé repente un estruendo y un impacto, la bala golpeo directamente su cráneo lanzando una explosión de sangre. April abrió la boca sintiendo un pitido en el oído, mientras se mantenía estupefacta. Las gotas de sangre recorrían su mejilla y su pelo goteando hacia el resto de su cuerpo. Luego exhausta cayó de rodillas al suelo enterrando ambas manos en la húmeda tierra. 

Jhon caminó dando zancadas hacía ella y en un solo movimiento la cubrió con su casaca azul, característica de la guardia real. Apretó fuertemente sus hombros mientras analizaba su rostro magullado.  Le preguntó una y otra vez si se encontraba bien, pero April se encontraba aturdida, veía sus labios moverse, sus expresiones de extrema preocupación, pero no lograba escuchar lo que decía y tampoco tenía fuerzas para intentar adivinarlo. 

No podía pensar en otra cosa que no fuera la sangre que corría por su piel, sentía nauseas, la chica estaba muerta a su espalda y ella ni siquiera había sabido su nombre. 

Jhon la levantó del suelo y la cargo en brazos, caminaron por la espesura del bosque por al menos quince minutos. 

Al llegar al instituto Jhon fue directo a la enfermería junto con el médico y dos guardias mas, los demás soldados se encaminaron en encontrar al director y a Frank, su hijo. Las cosas no pintaban bien para él. Minutos después llegaron los nueve secuestrados, no estaban heridos y su daño era sólo psicológico. 

Julia corrió por los pasillos hasta encontrar la enfermería pero los soldados la detuvieron en la puerta. 

-Dejadla entrar- gritó el médico desde el interior. 

-¿Cómo estas?- le preguntó a April a quien vio primero. Ella tomó una gran bocanada de aire juntando fuerzas para contestar. 

-Eso no importa ahora, Artemia está muy grave, recibió un balazo y necesita cirugía, perdió demasiada sangre y si la dejamos acá no tiene muchas posibilidades de sobrevivir- contesto todo de una sin respirar temiendo romper en llanto en el proceso. Debía mantenerse fuerte, entera, romperse no serviría de nada ahora que estaba en una guerra, ahora que alguien atentaba con ella. No podía darle lo que quería. 

-Pero llevarla a Dromania es imposible- 

-Va a tener que ser posible. Te necesito conmigo, necesito que pases un tiempo en el palacio, siento que volviendo a casa me meto en la línea de fuego- 

-Te entiendo, ahora voy a dejar que el médico te revise ¿Dónde está Artemia?-  Preguntó preocupada con los ojos llenos de lagrimas. April tan solo hizo un gesto con la cabeza señalando al lado derecho. Julia rompió en llanto al ver a Artemia tendida en la camilla, estaba fría y cubierta de sangre, el medico a había aplicado  un contensor de nanotecnología, la mantenía estable por el momento, pero necesitaba cirugía y una transfusión. 

La Princesa de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora