13. Información

682 35 0
                                    




El frío me calaba los huesos. El aire de la noche antofagastina, estaba congelado. O quizás solo era mi corazón congelado. Me cerré mi chaqueta de cuero hasta el cuello y me puse unos guantes de cuero también, ya deberían estar aquí, pero aún no había ni rastro de ellos. Mi maldito primo aún no llegaba y me tenía de los nervios.

―Me prometió que estaría aquí y aún no llega―dije mirando la hora en mi celular.

―Tranquila corazón, la gente de la Famiglia es gente de honor―me tranquilizó Pablo. Resoplé.

―No sé qué tanto honor tengan si están aliados con la Camorra. Sabes cómo operan en Italia...―la Camorra, mi padre alguna vez perteneció a ella, pero desertó cuando conoció a mi madre, que era de la mafia rival, la Famiglia o también conocida como la Cosa Nostra.

―Todo va a estar bien, jefa, o sino usted sabe, haremos que el infierno les caiga encima en Santiago―sonrió de manera diabólica, mi ejecutor, mi hombre de confianza, el JP, también conocido como el hermano del Erick.

―Tienes razón JP, de hecho podríamos secuestrar al pololito de mi primo, de seguro eso le dolería bastante.

―O mejor a sus sobrinos―dijo el JP poniendo una mirada peligrosa. Sonreí.

―Ya paren de hacer planes diabólicos ustedes dos, ahí vienen―intervino Pablo. Rodé los ojos, ya estaba pensando en las mil formas que podría hacerle sentir dolor al maldito Marco Fontana, aka pololito de mi primo y además parte de la Camorra.

               Un auto negro se detuvo frente a nosotros, mi primo Matteo se bajó de él, lo siguió Marco Fontana. Se veía igual que en las fotos de las páginas sociales. Sinceramente no sé qué le veía mi primo, aunque bueno para el amor no hay explicación, pudiendo haberme enamorado de cualquiera me enamoré del estúpido del Erick. Caminé hacia mi primo, observando todos mis alrededores, aún habían posibilidades de que esto fuera una trampa. Sin embargo todos los francotiradores estaban en sus posiciones, así que a cualquier movimiento actuarían.

―Prima―dijo Matteo acercándose a mí y haciendo una estúpida reverencia. Sonreí.

―Matteo di Santis―él enarcó una ceja.

―Es Matteo Rizzo―sonreí. Sabía que decirle por el otro apellido lo molestaría, pero a pesar de ser mi primo, no confiaba en él.

―Bien, Rizzo será entonces. Hasta que al fin nos conocemos Marco―dije dirigiendo mi mirada hacia el pololo de mi primo y batiendo mis pestañas hacia él.

―Es un placer conocerte Lucia Falcone―tomó mi mano enguantada entre las suyas y la llevó a sus labios. Me dio una mirada profunda con sus ojos color azul cielo en el momento en que sus labios tocaron mi mano. Todo un seductor, mi primo debería tener cuidado con él.

―El placer es todo mío Marco―le guiñé el ojo―Bien ahora, negocios―dije mirando a Matteo.

―Tu cargamento llegó en perfectas condiciones a Santiago, me encargué personalmente de eso. Nadie en mi ciudad lo interceptó. Así que necesito la información que me prometiste.

―Verás―respondió Marco en vez de mi primo―está bien, un cargamento llegó bien, pero cuando te demos la información, ya no tendremos nada que quieras y tu gente puede volver a interceptar nuestras cosas―sonreí de manera maliciosa. Lo que me esperaba, nunca había que confiar en la Camorra.

―No juegues conmigo Marco Fontana. Soy una mujer de honor y le di mi palabra a Matteo, todos sus malditos cargamentos llegarán a destino. Necesito mi maldita información ahora―Nadie jugaba conmigo, yo era la puta reina de esta ciudad y nadie se iba a atrever a desafiarme en mi territorio―no creo que quieran que esto termine en una guerra sangrienta, porque Matteo solo piensa en esa pobre hermanita tuya, siempre tan ilusa, y mejor aún piensa en esos sobrinitos tuyos, ¿Son mellizos cierto? Igual que tú y tu hermanita, no me agradaría nada la verdad tener que hacerlos sufrir después de todo lo que han pasado por culpa de la familia de Marco―miré a Marco, estaba tenso. Luego miré a mi primo quién suspiró ruidosamente.

Bad Blood || Erick Pulgar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora