La primera parte de mi venganza estaba completada, la rata de Leonardo había muerto suplicando perdón. Aunque no me hubiese traicionado una parte de mi plan era matarlo y hacerlo sufrir hasta que rogara por un perdón que no le iba a conceder. Ahora quedaba la otra parte de mi venganza... Pero en este momento no me iba a enfocar en eso porque quería saltar de la emoción, estaba demasiado, pero demasiado feliz, al fin el Pablo había vuelto de su viaje a Italia. Apenas lo vi corrí a sus brazos y lo apreté fuerte, lo había echado demasiado de menos, lo extrañaba demasiado.
―Te extrañé demasiado churri―le dije mientras lo apretaba demasiado fuerte―me hacías demasiada falta.
―Yo también te extrañé corazón―dijo―pero ya sabes dónde está que es lo importante―me separé de su abrazo para mirarlo a la cara. Estaba con un poco más de barba, pero estaba igual a como cuando se fue hace unos meses.
―Sí, lo sé, está en Estados Unidos, en Nueva York... con la famiglia de allá. Hablé con mi tío Stefano y ellos con Matteo contactarán a su gente allá...―mi amigo sonrió.
―Me alegro mucho Lu―sonreí. Yo igual me alegraba mucho, pero aún quedaba trabajo por hacer.
―Lo sé, pero ahora que estás aquí Pablo, me tienes que ayudar, tenemos que comenzar la segunda fase de la venganza―él sonrió.
―Supe por ahí que mataste a la rata de Leonardo―asentí―al fin. Quizás debería contarle a Amalia―le di una mirada.
―Pensé que ya no se hablaban...
―No, no desde lo que pasó... tú sabes corazón, pero parece que el pasado nos estaba siguiendo y nos alcanzó... Tú con el Erick y bueno yo que volví a hablar con la Ami... A todo esto ¿qué ha pasado contigo y el Erick? ―me alejé de mi amigo y me senté en el sillón. Puse mis piernas sobre la mesa de centro. Saqué un cigarrillo de mi bolsillo y lo encendí.
―Nada, ¿Qué va a haber pasado? Todo lo que pasó entre él y yo está en el maldito pasado―me dio una mirada y luego se sentó a mi lado.
― ¿Y no te molesta que esté pololeando con mi hermana? ―le di una calada a mi cigarro. El humo llenó mis pulmones, luego lo expulsé.
―Obvio que no.
―No me mientas, corazón, no a mí, te conozco como la palma de mi mano―me miraba de manera acusadora, maldita sea, odiaba que me conociera tanto.
―Obvio que me molesta Pablo, es ¡Traición! ―él tomó el cigarro que sostenía en mi mano y me lo quitó para llevárselo él a su boca.
―Por suerte mi hermanita no es uno de tus hombres o sino de seguro ya la habrías torturado y hecho desaparecer―rodé los ojos. A veces no me faltaban las ganas, pero no haría eso.
―Sí, además el hecho de que sea tu hermana churri, la protege de mi rabia―él soltó una risa―ahora devuelve mi cigarro―le quité mi cigarro. Tomé una calada y le expulsé el humo en la cara.
―Ya, pero Lucía Falcone Rossi, puede ver en tus ojos algo distinto. ¿Qué pasó con el Erick?
―Nada...―él me dio una mirada inquisitiva. Suspiré―Está bien, pero no le cuentes a nadie.
―Sabes que mis labios están sellados, he guardado todos tus secretos desde siempre corazón―bueno sí, él tenía razón. Él era la persona en la que más confiaba en el mundo. Él siempre ha sabido todo y me ha apoyado.
―Es que... ay, ese hombre me confunde, desearía no haberlo vuelto a ver, así podría enfocarme en lo que tengo que hacer. El estar cerca de él me ha hecho pensar mucho más en el pasado, me ha hecho recordar cómo era cuando más joven, cuando era inocente, cuando no sabía nada de este mundo. Cuando solo era una chica que estaba enamorada de él y haría lo que fuera por él, siento que mi fachada se está cayendo que por culpa del maldito Erick Pulgar no podré ser la reina del hielo, no podré mantener mi fachada...―él me miró atentamente.
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Bad Blood || Erick Pulgar
Fiksi PenggemarSoy Lucía Falcone y esta es la historia de cómo mi loco amor se transformó en mala sangre