6. Cumpleaños

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2009.

Han pasado cuatro semanas desde que conocí al Erick y aunque el día que lo conocí hubo una balacera fuera de su casa eso no me asustó, porque a pesar de ser flaite y hablar mal, me gustaba, así que ahora como que tenemos algo. Todo gracias a que antes de irme de su casa ese día le pedí el número de teléfono, así que hemos hablado todos los días. Al final él decidió fichar por Antofagasta por lo que me ha ido contando todo lo que le pasaba, igual nos hemos juntado aunque solo tres veces porque bueno es complicado escaparme y más para ir a lugares alejados de los que frecuento. Y más como nadie cacha nada. O sea morirían de un ataque. Estuve a punto de contarle al Pablo, pero casi me mata por lo destrozada que quedó su moto así que aborté misión. Pero hoy todo cambiará, hoy el Erick conocerá a mis amigos, no sé cómo va a resultar, no creo que muy bien, sin embargo no me importa.

—Entonces ¿Vas a acompañarme a la fiesta? —pregunté por el teléfono, mientras me observaba al espejo de cuerpo completo con mi vestido color blanco, mi color favorito, sí sé que era muy aburrido, pero me gustaban las cosas de ese color.

—Yusia no creo nah que sea buena idea po—dijo desde la otra línea el Erick.

—¿Por qué no? —pregunté mientras alisaba una arruga de mi vestido. Estaba perfecto. Completamente inmaculado, sin ningún defecto.

—Porque tus amigos son cuicos po, ademá ya conozco al longi culiao ese que tenís de amigo y no es na' wena onda, se 'a a enojar po, quizá' me agarre a combos como le saqué la chucha en el partido pasa'o

—Yapo, no seas pesado, ven conmigo a la fiesta, me dijiste que harías lo que yo quisiera si te iba bien en el partido del finde pasado

—Ay yusia, ya, pero te venís conmigo mañana al partido que tengo con los cabros—ay igual iba a ser difícil escaparme, además que bueno me daba un poquito de miedo ir a esa cancha donde jugaba el Erick con sus amigos, además que él iba a jugar y yo me iba a quedar sola ¿Y si me hacían algo? Deseché esa idea, nada me iba a pasar porque iba a estar con él.

—Está bien. ¿Entonces te veo donde siempre? —pregunté.

—Sí oh, no' vimo' ángel.

Aún faltaba para la fiesta, o sea el cumpleaños de mi amiga Rosalía, hoy cumplía dieciséis años por lo que iba a ser una fiesta en grande. Es decir, mucho alcohol y con permisos de sus papás, porque bueno antes igual tomábamos, pero a escondidas normalmente.

Llamé a mi amiga, Rosalía.

—Hola Ro—dije.

—Hola perri, ¿Dónde estay? Ya deberías estar acá, onda siempre nos vestimos juntas po, y la Pili ya está aquí—dijo mi amiga.

—Ay si, pero es que este año voy a llegar más tarde, voy a ir con un amigo—dije. Escuché un grito de parte de mi amiga. Y luego diciéndole a la Pilar que yo iba a ir con un amigo.

—¿Qué amigo perra? —la imaginaba moviendo sus cejas de arriba abajo— ¿Un amigo especial?

—Sí, un amigo especial. Así que por favor compórtense y trátenlo bien por fis perri.

—Pero obvio amiga nosotras seremos un amor... Ahora ¿Lo conocemos? —preguntó.

—No, no lo conocen, pero el Pablo lo conoce...

—Ese estúpido se entera siempre de todo antes que nosotras—escuché la voz de mi amiga Pilar, probablemente tenían puesto el altavoz—es obvio que prefieres a ese imbécil de amigo que nosotras.

—No seas ridícula Pili, ya mejor les corto que me tengo que terminar de arreglar. Nos vemos allá perris.

—Bye—dijeron a coro.

Bad Blood || Erick Pulgar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora