Bad Blood || Erick Pulgar

7. Cumpleaños parte 2

         Me mantuve impasible, no les iba a dar en el gusto, no iba a dejar que me afectara, era experta manteniendo las apariencias. Sabía que todos me observaban, era obvio, el Erick era mi ex y la Pilar mi mejor amiga, pero nada importaba, me había convertido en una reina de hielo y eso es lo que los demás verían, nadie vería lo mucho que me afectaba ver esta traición... Me paré de mi asiento junto a Alexis y me dirigí a donde estaba mi primo parado, al lado de muchas copas servidas de espumante, dejé la mía vacía y tomé una llena.

—Primis—escuché decir a Gabriel. Levanté mi mirada hacia él.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—¿Estás bien? —preguntó.

—¿Por qué no lo estaría? —Le di mi mirada de hielo. Él solo asintió. No me conocía tan bien, el único que lo hacía y podría saber que esto me estaba afectando más de lo que demostraba era Pablo, pero él estaba a miles de kilómetros de aquí...—Aunque sabes a esto le hace falta un poco más de entretención—le guiñé el ojo— ¿Qué opinas tú?

—Yo opino que démosle, no soporto estas fiestas—dijo.

—Hola amigui—escuché la voz cínica de mi querida amiga Pilar. Si tan solo su papá no fuera uno de mis mayores aliados y si su hermano no fuera mi mejor amigo en la vida, yo solo... Ay no, contrólate Lucía.

—Hola querida—dije. Con la sonrisa más falsa de mi vida. Y le di un beso en cada mejilla.

—Oye ¿y me vas a presentar a tu cita? —dijo ella con una sonrisa pícara apuntando a Alexis. Le di una mirada, él al parecer ya había encontrado a alguien más interesante que yo, hablaba muy feliz con una amiga de la universidad de la Ro, una niña loca por los perros igual que él.

—Dile a tu cita que te lo presente querida, probablemente lo conoce mejor que yo—ella me dio una sonrisa falsa y se dirigió a saludar a mi primo—Hola Erick—dije al hombre alto y tatuado que estaba detrás de mi amiga.

—Hola... Lucía ¿Cierto? — dijo confundido. Solté una carcajada. ¿Acaso quería jugar conmigo? Eso no lo iba a lograr, si intentaba jugar conmigo iba a salir lastimado...

—Sí, querido, quizás no nos han presentado formalmente. Lucía Falcone, la reina de toda esta región—le dije. Estiré mi mano, él la tomó. Se la apreté en un fuerte agarre.

—Oye—dijo mi primo haciendo que soltara la mano del Erick—necesito pedirte a mi primis prestada—me tomó del brazo y me llevó lejos del Erick.

—¿Por qué me sacaste de ahí Gabriel? —dije cuando llegamos a la biblioteca de la casa.

—Porque tenías cara de querer matarlo.

—Bueno podría haberlo hecho, pero en verdad necesito más que una simple provocación para hacerlo, no soy tan irascible como tú, primito—mi primo era un caso, era demasiado impulsivo, es por eso además que no servía mucho para el negocio...

—Puede ser, ahora lo que me prometiste, mi reina, la entretención—solté una risa. Era obvio que por eso me había sacado de allí. Abrí mi cartera y saqué unos cigarrillos de marihuana

—¿No tienes algo más fuerte? —Enarqué una ceja.

—Bueno podría llamar a alguien, pero ¿Por qué razón querrías algo más fuerte? Sabes que lo fuerte te nubla aún más el cerebro y que la Ro se enojaría mucho si te lo diera—Él suspiró mientras agarraba un cigarrillo y lo encendía. Luego encendió uno para mí. Cuando lo hubo hecho le dio una calada al porro y luego botó el aire.

—Quiere casarse—llevé el cigarrillo a mi boca. Le di una calada profunda, necesitaba relajarme.

—¿Y tú no? —pregunté mientras me apoyaba en una estantería con el porro en la mano. Lo llevé otra vez a mis labios.