- Tus ojos me producen envidia- dije acurrudándome más a su lado.- ¿Porque?- preguntó Marshall sin entender.
- Son excesivamente azules y hasta parece que tienes más pestañas que yo, no es justo- respondí divertida.
Marshall soltó una carcajada y me acercó más a su cuerpo.
- ¿Como es que eres tan observadora después del sexo?- preguntó mientras acariciaba mi espalda.
- No es solo después, es en lo primero que me fijo.- respondí con mi mirada pegada a sus ojos- ¿Que es lo primero en lo que te fijas?- pregunté.
- Uhm...- hizo como si estuviera pensando- En las tetas- respondió divertido.
Nos miramos por un momento y luego nos reímos ante el comentario, lo mejor era que le creía.
- Entonces dime... ¿Estas son buenas?- me senté y automáticamente la sabana se deslizó dejando al descubierto mis personalidades.
Marshall se deslumbró por un momento y luego volvió en sí.
- Hmm... Tendría que hacer una prueba táctica para poder darte una respuesta concreta- respondió fingiendo seriedad.
- Adelante...- le seguí el juego.
- Para que la prueba sea más efectiva, tienes que acostarte- dijo serio.
Hice lo que me dijo y expectante esperé a lo siguiente.
El hombre se puso de medio lado y comenzó a acariciar lentamente mis senos, haciendo que me quisiera reír a causa de las cosquillas que me provocaba, pero luego sus dedos llegaron a mi pezón y las risas pararon. Miré su rostro y me encontré con su sonrisa malvada indicándome que este juego iba a terminar en una posición comprometedora y con mucho sudor.
Y justo cuando Marshall iba a comenzar a usar su lengua, el sonido de mi teléfono interrumpió bruscamente un posible buen acostón.- Debería contestar- dije tratando de quitarmelo de encima.
Él se quitó resignado y volvió a acostarse a mi lado, me levanté rápidamente de la cama y saqué el teléfono del bolso y me percaté de quién se trataba para luego contestar de inmediato.
- Que sucede, Alex- pregunté fastidiada.
Definitivamente debería apodarse la arruina momentos.
- ¿Acaso estoy interrumpiendo algo?- preguntó pícara.
- Ya no hay nada que hacer, ahora dime qué sucede.
- Te iba a informar que ya no te preocupes por llevarme al aeropuerto, Sam me llevará- pronunció lo último casi en un susurro.
- Ustedes dos sí que están progresando- dije tratando de hacerla enojar.
- ¡Cállate!- exclamó.
Reí por lo bajo y volví a meterme entre las sábanas, Marshall vió la oportunidad perfecta para continuar con su juego.
- Alex... Tengo que colgar- dije sintiendo como sus manos hacían de las suyas por todo mi cuerpo.
-¡No, espera!- exclamó con urgencia. - Tienes que ir a casa y vigilar que Jane esté bien- advirtió.
- ¿Qué sucede con Jane?- Pregunté preocupada.
- Ha estado actuando muy raro todo el día, Sam teme que esté volviendo a consumir drogas o algo así- respondió rapidísimo.
- Joder...- suspiré- No hay problema, iré de inmediato- afirmé.
- Gracias y lo siento por interrumpir.
- No es nada- mentí. - Que tengas buen viaje- dije antes de colgar.
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Del amor y otras desgracias
RomanceEl amor no solía ser una prioridad para la joven diseñadora Nicole Navarro, hasta que decide sumergirse en una relación amorosa con su mejor amigo, quién terminaría siendo una de las leyendas del grunge y una de las voces más poderosas del rock. Per...