Un sonido proveniente de la sala retumbaba en mi cabeza una y otra vez, traté de ignorarlo y coloqué una almohada en mi cabeza para no escucharlo, pero fue imposible, el maldito teléfono parecía que fuese a explotar.
-¡¿Quieres contestar esa mierda ya?!- gritó Alex destapandome.
Abrí los ojos y la miré de mala manera, ella estaba despeinada y no podía abrir bien los ojos, reprimí una sonrisa y me restregué los ojos cansada.
-¿A quién coño se le ocurre joder a esta hora?- dije antes de ver el reloj.
-¡cinco de la mañana!- abrí los ojos de par en par- ¡Pero qué...!
-cállate y contesta, por favor- dijo Alex y salió de la habitación.
Me levanté de la cama, me dirigí con flojera hacia el teléfono y contesté rápidamente.
-¡qué!- dije estresada.
Mí madre comenzó a cantar la canción del cumpleaños con la voz más aguda de lo normal.
-no puede ser...- susurré para mí.
Me restregué los ojos sin poder creer qué había olvidado por completo mí cumpleaños. Mí cuerpo se había convertido en un noventa por ciento de estrés y un diez por ciento de vida.
-¡¿como está mi cumpleañera favorita!?- preguntó mi mamá muy alegre.
-cansada, ¿por qué llamas a estás horas?- pregunté.
Me acosté en el sillón y no pude aguantar la pesadez de mis ojos qué los cerré instantáneamente.
-estába preparándome para ir a trabajar, entonces pensé en llamarte y despertarte como en los viejos tiempos.
-pero ma...- suspiré- son las cinco de la mañana y trabajé hasta las tres de la madrugada... podrías haber llamado un poco más tarde- dije suavizando mi tono de voz.
-lo siento... Sólo quería hablar contigo desde temprano...- hizo una pausa breve y tomó aire- porque te extraño- dijo ella con la voz entre cortada.
Abrí los ojos de repente y suspiré, ¿en serio estaba diciendo eso?.
-y no sólo extraño despertarte en tus cumpleaños, también extraño verte sonreír, extraño tu increíble personalidad- ahogó un pequeño sollozo- no sabes cuántas cosas hecho de menos, pero lo que más me duele es no estar contigo y verte crecer, lo odio...
Al escuchar sus palabras mi respiración se entrecortó, me quedé sin aire y una extraña sensación en el pecho hizo que automáticamente las lágrimas invadieran mis ojos. Nunca imaginé querer abrazar a mi madre de ésta manera.
-ahora que tienes la edad suficiente, no podré "joderte" cómo tú sueles decir- aclaró- y es difícil dejarte ir... A vivir a Seattle- dijo con la voz entre cortada.
-mamá, ahora no...- interrumpí.
-ya sé, ya sé... No hablaré del tema hoy- dijo arrepentida- estoy tan orgullosa de ti, moriría por ver la cara de tu padre al verte ser tan hermosa- dijo mi madre casi llorando.
Iba a responder pero de mis labios sólo salió un pequeño llanto.
-te amo...- susurró mi madre.
-mamá... Yo te amo más- dije entre sollozos- quiero qué vengas y estés conmigo hoy... No me importa lo que estés haciendo, solo ven, te necesito- dije autoritaria.
Ella soltó una leve carcajada. Me sorbi la naríz y me limpié las lágrimas de las mejillas.
-haré lo que pueda hija, no te prometo nada, pero haré lo posible para estar ahí- dijo con voz delicada.
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Del amor y otras desgracias
RomantizmEl amor no solía ser una prioridad para la joven diseñadora Nicole Navarro, hasta que decide sumergirse en una relación amorosa con su mejor amigo, quién terminaría siendo una de las leyendas del grunge y una de las voces más poderosas del rock. Per...