-¿Estás segura de esto?- preguntó Alex junto a la puerta.-Alex, lo último que necesito ahora es que me hagas dudar- respondí ya con el estrés en la cabeza.
-Vale... No entres en pánico- dijo Alex apaciguada.
Suspiré y abrí la puerta con inseguridad.
- Estás deslumbrante y todo va a salir bien- dijo Alex animada.
Sonreí y abracé a Alex antes de salir de la casa.
- Si sientes que vas a vomitar o algo así, no dudes en llamarme - me advirtió.
- Estaré bien, tranquila.
Escuchamos la bocina de un carro y mis nervios subieron a tope, Alex me empujó fuera de la casa y lo único que pude hacer fue tratar de convencerme de que iba a tener una cita con alguien después de tanto tiempo.
- ¡Diviértete!- dijo antes de cerrarme la puerta en la cara
Cuántos años creía que tenía, ¿Quince?.
Caminé hasta la camioneta y la ventanilla se bajó dejándome ver a Marshall de conductor.
- Vaya sorpresa que estés de conductor- dije antes de subir en el carro.
- No iba a traer a alguien más a nuestra cita, ¿No te parecería un poco extraño?- dijo divertido.
- En ese punto te doy la razón- respondí mientras me ponía el cinturón.
- A propósito... Cada vez que tengo la oportunidad de verte te ves aún más hermosa- dijo sin mirarme.
Sonreí levemente y éste hizo lo mismo mientras ponía el coche en marcha.
Después de unos minutos llegamos a lo que parecía ser un restaurante bastante reconocido en Los Angeles y por eso solía ser muy concurrido; a este hombre le gustaba la adrenalina pura.Marshall abrió la puerta del lugar como un buen caballero para que yo entrara primero y al adentrarme me sorprendió ver qué el local estaba vacío, luego un camarero se acercó hacia nosotros rápidamente.
- Señor Mathers, acompañeme por favor- dijo el hombre con amabilidad.
Marshall tomó mi mano y seguimos al camarero hacia una zona bastante solitaria del restaurante.
- Vaya...- susurré.
Era una especie de azotea acogedora con unas vistas hermosas de la ciudad y una decoración bastante romántica, en el medio se encontraba una mesa de dos puestos con una decoración muy elegante; traté de actuar con normalidad para no darle a entender que estaba muy impresionada.
Nos sentamos y el camarero nos dejó a solas para mirar la carta.- Que extraño es que uno de los restaurantes más concurridos de la ciudad esté vacío, ¿No crees?- dije haciéndome la tonta mientras miraba la carta.
- Suceden cosas raras en estos tiempos- respondió haciéndose el tonto también.
Sonreí y me aguanté las ganas de preguntarle cuánto le había costado hacer todo esto y decirle que con una ida al cine yo hubiera estado más que complacida, pero no me quejo; es más, esto me encanta.
Después de comer y charlar un poco acerca de situaciones extrañas que nos habían ocurrido, el ambiente se puso más acogedor y el exceso de confianza se notaba en el aire; hablábamos como dos amigos que se conocían desde hace mucho y no se habían visto durante un tiempo, tenía que darle crédito a qué él era muy divertido.
- Entonces dime... ¿hace cuanto que te dedicas a ser exitosa?- preguntó Marshall tratando de ponerle seriedad al tema.
-¿Que?...- solté una carcajada- Me falta demasiado para ser exitosa.
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Del amor y otras desgracias
RomansaEl amor no solía ser una prioridad para la joven diseñadora Nicole Navarro, hasta que decide sumergirse en una relación amorosa con su mejor amigo, quién terminaría siendo una de las leyendas del grunge y una de las voces más poderosas del rock. Per...