Un par de años después...
Caminaba de la universidad cansada y muy hambrienta, mientras recorría por los hermosos atardeceres de California, varios pensamientos inundaron mi cabeza. Solo podía preguntarme: ¿Podría tener algo serio con mi mejor amigo?, ¿En realidad me sentía atraída por él ó solo sentía curiosidad?
El querer ser algo más que amigos era una situación muy compleja para mí, pues no he pensado en tener alguna relación formal y nunca me imaginé qué con mi mejor amigo. Toda esta locura comenzó a llenar mi cabeza con pensamientos de mierda desde ayer:
«« -conserve el cambio- dije mientras esperaba con ansias a que el hombre me entregara el helado.
El carismático heladero alargó su brazo para que recibiera mi anhelado helado, no pasaron ni dos segundos y el helado ya estaba siendo consumido por mí. Me despedí con la mano del hombre y continué caminando por la arena.
Me acerqué a Eddie con el helado en una mano, y con la otra me quité los lentes de sol para observar mejor la escena que tenía al frente, él tarareaba una canción mientras tocaba suavemente la guitarra con los ojos cerrados, cada vez qué cantaba me quedaba atónita, insistía en qué su voz no era de este mundo. Eddie sintió mi mirada y abrió los ojos de repente dándose cuenta de que lo miraba como una idiota.- ¿estás ahí? - preguntó eddie tratando de no reír.- Se que soy irresistible, pero... Me asusta tu mirada- bromeó.
Puse los ojos en blanco mientras me reía.
- ¡oh, por favor!, No te hagas ilusiones- dije en tono sarcástico.Eddie me me agarró del brazo haciendo que cayera sentada en la arena junto a él.
- Necesito que me escuches seriamente por un momento- su tono de voz cambió por completo.
Lo miré sin entender, me senté recta y seguí lamiendo el helado dispuesta a escucharlo.
- Soy toda oídos. ¿Que hice mal esta vez?- pregunté mientras lo miraba seriamente a los ojos.
Eddie volteó la mirada con timidez y tomó aire preparándose para hablar.
- No tienes ni la menor idea de lo que haz causado- dijo sonriendo cabizbajo.
- Deja el misterio y dime qué sucede, me estás poniendo nerviosa.
- Enamorarme- soltó Eddie de repente.- Creo que... Me estoy enamorando de ti.
Abrí los ojos de la sorpresa y sentí como mi respiración se detenía por un momento, ¿¡Que!?.
- Sí, me dí cuenta de lo hermosa que es tu actitud de mierda y tus groserías y te odio por eso, porqué no quería que esto pasara.- dijo Eddie con la mirada en el suelo - Pero ahora es inevitable... creo que me hechizaste- dijo con la voz temblorosa.
Mi corazón palpitaba rápidamente, estaba tan nerviosa que solté el helado que tenía en la mano y éste terminó aplastado en la arena. Me sentí tan extraña y confundida, con Eddie siempre me sentía bien, era la única persona en el mundo que tenía mi máxima confianza y tenía que admitirlo, estaba buenísimo. Pero no necesitaba una relación ahora, no era el momento; desperté de mis pensamientos y miré las olas tratando de buscar una respuesta en ellas.
- ¿Cómo puedes decir que estás enamorado de mí si no te he dado razones para que lo hagas?- pregunté sin mirarle.- ¿Quieres que te diga que podemos ser novios y que vamos a ser felices para siempre?, ¡vamos!, tú más que nadie sabe que las relaciones amorosas no se me dan bien- dije enfadada.
Necesitaba huir del lugar lo más rápido posible. Me levanté, tomé mi bolso y por fín lo miré, aunque seguía con la mirada en el suelo, se notaba su enfado y decepción a metros.
ESTÁS LEYENDO
Del amor y otras desgracias
RomanceEl amor no solía ser una prioridad para la joven diseñadora Nicole Navarro, hasta que decide sumergirse en una relación amorosa con su mejor amigo, quién terminaría siendo una de las leyendas del grunge y una de las voces más poderosas del rock. Per...