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—¿Tú desde cuándo conoces a ese chico? —pregunta ella, echando su cabeza hacia atrás. El espeso cabello rubio baila tras su espalda. 

Ann prepara chocolate caliente y luego, al guardar todas las compras, nos sentamos en el sofá a conversar. 

Bebo de mi taza antes de responder. 

—El mismo tiempo que llevo saliendo con James, son mejores amigos. 

—Mejores amigos —repite con una expresión distraída, como si atara cabos. 

—Sí. Dom estudia conmigo en el instituto.

No quiero hacer tan extensa la explicación, pero Ann no parece comprenderlo. Ella alza las cejas, intentando ocultar la sorpresa, pero conmigo se le es difícil, la conozco bien. 

—¿Qué hacía aquí entonces? 

—Bueno, él estaba... no lo sé, conversando conmigo, supongo. 

—Espera un momento, cariño...—. Se endereza y sus labios se estiran, regalándome una mueca extraña que no me gusta ni un pelo—. ¿En una cita?, ¿coqueteó contigo?

—¿Cómo es que piensas una cosa como esa?

—No te puso una mano encima, ¿cierto? —luego empieza a murmurar para sí misma en voz baja—. No, él no haría algo como eso... ¡ah, por todos los Luceros, lo que faltaba!

—¿Qué? —bufo, intentando procesar todo lo que dijo—. Escucha bien, Ann, y que se grabe permanentemente en esa cabecita tuya: Dom Brian no está interesado en mí y yo no estoy interesada en él. Fin del asunto.

Ella pestañea seguidamente, sin dejar de observarme con interés. Si supiera que parece una niña... 

—Sí, él no es de tu tipo, créeme cuando te lo digo. Es demasiado grande para ti...

—¿Estás diciéndome que soy muy pequeña?

—No es por ti, cariño. Tú estás perfecta, lo digo por él, es demasiado grande.

Mis mejillas se encienden. —Por grande te refieres a...

—Mayor, muy mayor para ti.

—¿Cómo lo sabes?, ¿lo conoces?

Ella me mira confundida durante unos segundos. Abre su boca como si fuera a decirme algo y luego la cierra.

—¿Lo conoces, Ann? —repito yo.

Ella niega con la cabeza. —No, pero conozco a los de su clase —hace un ademán con su mano como si con eso lo espantara—. Yo sé lo que te digo, linda, están acostumbrados a usar a la mujeres. Se ve buena gente pero no te dejes engañar por él.

—Dom tiene novia.

Ella arruga su entrecejo mientras me lanza una mirada de soslayo. —¿Ah sí?

—Sí, Tina, también es amiga de James.

—Bueno, eso sí que no me lo esperaba.

—¿Por qué lo dices?

Me regala una sonrisa de boca cerrada. —Cosas mías.

Entrecierro mis ojos hacia ella.

—¿Ya resolviste el problema con James? —comenta dejando el otro tema atrás—, ¿lo has denunciado?

Frunzo el ceño y aprieto los dientes. Ya tenía que traerlo a colación.

—Al final no te la llevarías tan mal con Dom —digo, ahogando un suspiro—. Me quiere lejos de James, al igual que tú. 

Custodio© [¡Completa!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora