17

74 20 0
                                    

No pude dormir bien. Siempre es el mismo sueño con el chico de los ojos oscuros: estoy dormida y lo veo ahí parado en mi habitación, observándome; cuando estoy a punto de hablarle y encender la luz entonces me despierto. Es muy frustrante no recordar su rostro, ni de dónde se me hace tan familiar. 

Cuando bajé a la cocina muy temprano por la mañana, me encontré con Ann. Me dijo que iría a una reunión importante con otros Luceros y conversarían sobre la situación de Hiram.

Ya es momento de que le pongan un alto a lo que sea que esté haciendo mi papá. No sé cuál es el propósito de él al aliarse con entes malignos o yo no sé qué... pero si es delito debe pagar por eso. Necesito que Hiram salga de mi vida. Nunca fue un buen padre, nunca me dio lo que más necesité: amor, siempre fueron él y su trabajo.

Aunque, si Ann termina con el caso de mi papá, descubre lo que tiene que descubrir o lo que sea que debe hacer, en efecto, ella se tendrá que ir. Estoy segura que me vendrá a visitar, que nos veremos, no será una despedida en su totalidad, pero viviré sola. No estoy acostumbrada a eso. Tendré que buscar trabajo, pagar impuestos, comprar la comida, todo tendré que asumirlo yo y, pensar que lo haré sin ella, me abruma. 

Estuve pensando toda la noche en James. Me parece inconcebible el hecho de que lo crean culpable de algo como asesinar a un ser de luz.

En primer lugar, para acabar con el alma de otra persona se necesita de un arma lo suficientemente poderosa y no creo que algo como eso estuviese al alcance de él. Segundo, James no es la persona más amorosa y noble del mundo pero de aquí a matar a alguien, o siquiera a un ser tan superior a nosotros es imposible. Además, ¿cuál sería el motivo?

La Corte puede decir, hablar y justificar lo que sea que quiera pero imponer una condena que no tiene ningún sentido, eso sí que me molesta. Dom tampoco hace nada para impedirlo. Cada día se vuelve más indiferente de lo normal con respecto a él. 

De todos modos, no iba a aceptar volver con James. No puedo, ni quiero. Alejarme de él ha sido lo mejor que pude haber hecho en toda mi vida. Necesito liberarme de lo que me hace daño, empezando por él. Luego por mi papá y así, sucesivamente, hasta que mi vida pueda llamarse al menos normal. Sé que nunca lo será debido a lo que yo soy, sea lo que sea, pero mientras tanto estará más equilibrada. 

Ese es otro aspecto que me incomoda: conocer a los seres de luz. Enterarme de que existe una vida divina más allá de todo y superior a la humanidad no me golpeó tanto como debió haberlo hecho; es como si ya lo hubiese esperado. 

Aunque, esa idea de los seres de luz, los títeres y mis habilidades no me convence lo suficiente para sentirme segura.

Ann prometió que Dom lo averiguaría, que él encontraría las respuesta a mi alma extraña y cuando lo hiciera las cosas serían diferentes, pero no sé hasta qué punto llega la diferencia, y de algún modo eso asusta. 

Lo que me lleva a Dom.

Todo el tiempo intentando confundirme. Me atrae con una fuerza impactante que no sé de dónde viene ni cómo demonios detenerla.

Nunca había sentido algo así con respecto a nadie... bueno, excepto, tal vez, por la persona que me salvó, cuya cara es un misterio; sólo sueño una y otra vez con sus ojos oscuros, fríos, que me observan; no logro vincularlo a nada; no sé quién es, ni lo que quiere, pero hay algo en él, en sus ojos, en mis sueños que es familiar y desconocido a la vez.

No sé qué es lo que voy a hacer con Dom.

También se irá, estoy segura. Cuando termine el juicio de James, él ya no estará en mi vida y en serio que no sé cómo sentirme con respecto a eso. Esa situación me aflige más que alegrarme, y no puedo entender por qué. Desde que lo conozco no ha hecho más que molestarme y mortificar mi vida, pero presiento que estoy atada a él de alguna forma, y que se vaya no es algo en lo que quiera pensar. 

Custodio© [¡Completa!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora