RECOMENDACIÓN: por si no recuerdan algo, quizas podrian leer el capitulo anterior cerca al final desde que hay un narrador omniciente. Solo si lo necesitan :)
Narra Eretria
Débil, vulnerable, frágil. Así era como se sentía todo mi cuerpo, similar al dolor que había sentido cuando perdí al bebé, pero ahora las punzadas no venían de mi vientre, sino que de mi cabeza. Intenté abrir los ojos, pero la fuerte iluminación de la habitación en donde me encontraba penetraba mis ojos que hacían un esfuerzo por acostumbrarse a ella.
Cuando por fin logré abrirlos, todo lo veía borroso, hasta que pude percibir el lugar en donde me encontraba: uno de los pequeños despachos cercanos a la zona de carga de la fábrica. Agradecí internamente porque no me entregaron y estar en la carpa de la policía a punto de ser interrogada; miré a un lado y distinguí una figura roja sobre una silla. Parpadee varias veces para permitirle a mis ojos aclarar mejor la visión de estos y darme cuenta de que se trataba de Berlín, con todo su torso doblado hacia un lado, intentando desatar sus manos.
Intenté levantarme a ayudarlo, lo que me hizo caer en cuenta de que yo estaba igual que él, atada de manos y piernas, y con un fuerte dolor de cabeza que no cesaba.
-¿Qué ocurrió?- dije en un pequeño hilo de voz, con la garganta seca y dolor que ahora había aparecido en mis muñecas por la fuerza que la soga aplicaba en estas. Berlín se sobresaltó y se giró de inmediato para mirarme, al parecer no se había percatado de que había despertado.
-Eretria- su cuerpo se empino hacia adelante, como si quisiera venir hasta donde yo estaba, pero las sogas se lo impidieron, haciendo que vuelva su espalda hacia atrás, suspirando con frustración. -¿Te encuentras bien?- antes de que yo pueda responder su pregunta, su rostro que sostenía una delicada expresión de preocupación, pasó a una de terror inexplicable. -¡Tu cabeza santo cielo!-
-¿Qué pasa? ¿¡Qué pasa!?- pregunté desesperada, ya que su expresión y su tono de voz habían hecho que me preocup.
-¡Que estas llena de sangre joder!- ahí es cuando noté que lo que decía era cierto. La parte derecha de mi mono estaba manchada de sangre, no mucha, pero era muy evidente, y mi rostro no solo se sentía algo húmedo por la transpiración, sino que también era por las gotas del espeso liquido rojo que bajaban lentamente desde mi coronilla hasta mi cuello.
-Tranquilo no es nada.- intenté tranquilizarlo, aunque yo estaba igual de asustada que él.
-No es nada no, no sabemos hace cuanto estas así. ¿Y si pierdes mucha sangre? ¿Y si te desmayas? O, o, peor, ¿Y SI MUERES? - hablaba rápido y desesperado. Su rostro mostraba una expresión completamente preocupada, lo que generaba cierta ternura para mí por su preocupación en mi bienestar y algo de gracia por el tono que usaba, jamás lo había visto así.
-Eyy, tranquilo Andrés. Nunca te ví tan alterado. - no pude evitar reír un poco por su dramatismo, pero él parecía no querer detenerse.
-No, no, tranquilo nada, que esto te lo tiene que ver alguien, un médico no sé, un... HELSINKI! ¡HELSINKI SOLDADO VEN AQUÍ!- los gritos de Berlín me hicieron sobresaltar, se lo veía demasiado preocupado. -¡HOMBRE HERIDO HELSINKI!
-Ya cálmate, y además no te van a escuchar, seguramente estén en otro lado con los rehenes.-
-¡HELSINKIIIIII!- los gritos de Andrés no cesaban, y al parecer, dieron resultados, ya que en cuestión de segundos, el grandote apareció por la puerta del despacho con un botiquín de emergencias entre sus manos. -Ah, gracias al cielo...- exclamó agotado Andrés, de una forma tan dramática que nunca había visto en él.
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Eretria || Berlín×Tú×Palermo
Random2400 millones de euros sonaba bastante tentador, y pasar 5 meses planeando el atraco no parecia ser un problema, el verdadero problema es cuando los fantasmas de tu pasado aparecen y en esos 5 meses te jodes la vida de mil formas distintas. Al fin y...