JUEGOS DE CRIOS

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Hoy fue un día extraño. Intente olvidar mi sueño con Berlin, a pesar de que tuve otro casi igual, siempre acababan por interrumpirme en la mejor parte, así que nunca llegaba a sentir sus labios.

Me levante algo tarde, me asome por mi ventana y vi a todos desayunando en la mesa del patio. Mi vista se desvio a Berlín, quien como de costumbre vestia esos trajes que me volvían loca. Tenia una camisa blanca, un chaleco gris bastante oscuro, y un saco que nunca se lo había visto. Era un tono verde oscuro bastante apagado como de terciopelo, con los bordes negros, y lo combinaba con una perfecta corbata cuadrille muy disimulada con líneas verdes y rojas. Así estuve un rato admirando a ese hombre, hasta darme cuenta de que una de sus manos temblaba. Lo mire confundida luego de que se metió su mano al bolsillo y con algo de prisa se levanto de la silla para ir a su habitación. Cuando lo vi entrar a esta, salí de la mía, dirigiéndome a su puerta que no había cerrado del todo para ver que le ocurría. Vi como se inyectaba algo en el brazo, lo cual solo me hizo rodar los ojos e irme ya que creí que era droga y quizás esa era la razón de su estúpido comportamiento.

Luego de que se volvió al patio, decidí entrar a su habitación. Realmente no me importaba si se estaba arruinando la vida con eso, solo quería ver de cual era.

Busque por toda la habitación hasta dar con un pequeño estuche negro. Lo abri y dentro tenia varios frascos con un liquido y algunas agujas. Eso no era droga, eran medicamentos. -¿Retroxil?- fue todo lo que llegue a leer del medicamento.

-No sabia que eras tan curiosa.- su voz sono tan grave y algo molesta. Estaba parado en la puerta de su habitación. Yo solo me mantenía de espaldas a él apoyando el estuche negro sobre la mesa donde estaba.

-Lo siento, no debi entrar.- fue todo lo que le dije mientras caminaba en dirección a la puerta para irme de allí.

-Sabes, entiendo que te preocupes por mi, yo sé que en el fondo te caigo hasta simpatico- me dijo mientras me frenaba para no poder salir de allí.

-mira Berlín, no tengo ganas de discutir con vos. Estuve mal con haber entrado a tu cuarto, ya lo sé, pero déjame ir y hagamos de cuenta que no paso nada ¿sí?- lo mire diretamente a los ojos mientras le hablaba, ya no tenia la voz temerosa y se lo dije lo mas firme que pude.

Este solo me observó unos segundos y se corrió de la puerta abriéndome paso para irme. Su cara no hizo ningún gesto, hasta podría decir que estaba molesto. Estuve mal lo sé, pero estoy segura que él hubiera hecho lo mismo.

Ese día durante la cena fue cuando mas alcohol bebimos, lo sé porque hasta el Profesor tomo algunas copitas de vino.

-Venga, vamos a levantar un poco el ambiente que esto parece funeral coño!- Nairobi se paro de su silla diciendo estas palabras para que todos nos animemos un poco ya que solo nos habíamos quedado todos en silencio sentados mientras bebíamos. -Eretria trae unos de tus vinos y Tokio tú el vodka que compramos-

Mi cara se alegro un poco con estas palabras, ya me estaba cansando de solo tomar vino y cerveza, pero algo que no sabían ellos, es que había traído una botella de whisky Johnnie Walker que valía mas de 100.000 pesos argentinos. Si ya lo sé, demasiado dinero para solo un whisky, pero para mi lo valía.

Cuando la lleve a la mesa todos se quedaron en silencio mirándome, como si me estuvieran pidiendo permiso para beber. -Dale loco no se hagan los tímidos que hoy invito yo!-

Yo sabia que les encantaba beber al igual que a mi así que no dude ni un segundo en dejarlos terminarse la botella conmigo. Traje algunos vasitos y servi para cada uno.

Cuando le di su respectivo vaso a Berlín, este solo me miro con una sonrisa seductora a la vez que yo se la devolví mientras le guiñaba un ojo. Si, tal vez estaba retando al león siendo yo un simple ratoncito, pero no habría nada mas que me encante que provocar a los hombres como él para ver la verdadera fiera que tenia dentro. Yo creía que Berlin seguía molesto por lo de hoy, pero me dedico varias sonrisas durante el día lo que me dio a entender que quizás no fue para tanto.

-Bien, ya que estamos todos, vamos a jugar a esos juegos de críos con alcohol- Nairobi hizo que la noche me empiece a gustar, amaba esos juegos, y solía ser muy buena para eso.

Estabamos jugando Nairobi, Tokio, Rio, Berlin y yo. Helsinki y Oslo estaban en la mesa pero solo observaban. El profesor se habia ido a duchar y Moscú estaba en el patio creo que fumando, no lo sé.

-Yo nunca nunca he besado a alguien de mi mismo sexo.- soltó Río, solo Tokio y yo bebimos. Solo fue un pico con una amiga, digamos para fortalecer la amistad jaja.

-Yo nunca apuñale hombre- dijo uno de los siameses, quien me daba mucha ternura oírlo hablar así. Yo tomé mi trago, fui la única así que mas de uno me miro, pero sus caras no eran de desaprobacion, simplemente me miraron.

-Yo nunca me case y me divorcié mas de una vez- soltó Tokio, todos nos reímos como diciendo ¿quien hace eso?, pero para mi sorpresa ví como Berlín tomo de su trago. -Joder tío ¿estas de coña verdad?- Tokio lo dijo muy asombrada casi sin creer que alguien haya bebido.

-No voy a hablar de mi vida personal con ustedes pero sí, tuve 5 esposas, y ninguna fue lo suficiente.- me lo quede observando asombrada, ¿Quién esta tan loco para casarse y divorciarse 5 veces? -Bien, yo nunca he tenido ganas de follarme a uno de mis compañeros-

Senti como su vista se fijó en mi, esperando mi respuesta. Realmente era obvio que mas de uno en esa sala se tenia ganas, pero yo fui la unca valiente que tomo un trago, y bastante largo. Denver soltó su risita tan peculiar mientras me veía beber, ya que él fue quien me escucho en medio de mis sueños algo agitados. Las chicas me miraban haciendo gestos para que luego les cuente de quien se trataba. Denver también bebió incentivando a que lo haga al igual Tokio y Río.

-yo nunca nunca me senti incomodo mientras alguien me observaba de pies a cabeza- estaba claro que no lo iba a dejar incomodarme, no hoy, así que lo mire mientras tomaba un trago tras levantar sus cejas.

-Yo nunca tuve sueños húmedos- el maldito se salteo todos los turnos y volvió a hablar él, generando que todos empiecen a entender que era un problema entre nosotros 2. Yo tome un trago, en verdad me estaba arrepintiéndome un poco de haberle seguido el juego, pero no iba a abandonar ahí.

-Yo nunca tuve una ereccion tras ver a una compañera solo en pijama- eso era verdad, el día que me vio en el patio bajo el sol, pude notar un bulto en su pantalón que podía pasar desapersivido pero para mi no fue así. Lo vi apretar su mandíbula, enderezarse un poco y aclarar su garganta. Pero igual así no perdió un segundo y se tomó lo que quedaba de su vaso. El hijo de puta no le tenia vergüenza a nada.

Todos estaban en silencio pero tenían pequeñas sonrisas burlonas hacia nosotros 2, como esperando a que esa tensión terminara con ambos en la misma cama.

-bueno mejor me voy a mi cuarto porque si sigo bebiendo terminare bailando sobre la mesa- luego de casi 2 horas jugando a ese maldito juego y haciendo que la tensión entre Berlin y yo crezca cada vez mas, decidí irme a acostar. Todos soltaron risas y me saludaron mientras yo subia las escaleras tambaleándome, pero para mi suerte estaba bastante consciente a pesar de los litros de alcohol que había metido a mi cuerpo esa noche.

Lo que si fue casi un reto fue encontrar mi habitación. Era un largo pasillo con puertas, todas iguales, y mi cerebro no lograba adivinar cual era la mia. Fui abriendo una por una. Solo quedaban 2 de ellas, la ultima era la mia, pero para mi desgracia abri la anterior, que la reconoci al instante.

Era la de Berlín.

Él no estaba por lo que solo entre despacio, entrecerrando la puerta detrás de mi. Al entrar a esa habitación, el olor de su perfume y de vino entro directamente por mi nariz llegando a mis pulmones llevándome a aquel sueño donde lo tenia a centímetros de mi.

Observe un perchero que tenia colgado sus sacos. Solo me acerque a tocarlos, e impulsivamente me los lleve directo a mi nariz, para así sentir su perfume pero de una forma mas intensa ya que este era riquisimo y estaba combinado con su olor a hombre.

Decidí irme de ahí antes de que me vea de nuevo como el otro día, así que solo retrocedí hacia la puerta, la abrí, pero para mi tan mala suerte ahí estaba él. Solo estaba parado observándome, probablemente sabía que entraría a su habitación, pero yo realmente estaba buscando la mía, aunque la curiosidad me hizo entrar a la de él.

Solo me lo quede mirando en silencio, queriendo pedirle perdón e intentar explicarle porque estaba ahí, pero él en lugar de enojarse reacciono diferente.

Avanzó al interior de la habitación sin dejarme salir y al mismo tiempo yo retrocedia. Cerró la puerta detrás de él, sin siquiera quitar su vista de mi cara ni yo tampoco. Cada vez se acercaba mas, al punto que yo choque con un escritorio y no pude retroceder mas, por lo que se formo una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios mientras se acerco del todo a mi cuerpo. Esta vez estaba sucediendo como en mi sueño, pero estaba cien porciento segura que estaba despierta y que realmente lo deseaba.

❤🧡💛💚💙💜

Segundo capitulo del diaa! Espero les guste y perdon por mi mala expresion al escribir, es la primera vez q lo hago.
Los quieroo!

Eretria || Berlín×Tú×PalermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora