PRIMERA CENA

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Luego de esa clase el profesor nos permitió elegir y dejar nuestras cosas en las habitaciones. Fui la última en levantarme de mi banco, por lo que el alto tipo que me recato en aquel callejón me freno frente a la puerta impidiéndome el paso.

-Quiero pedirte disculpas, de verdad. - me dijo mirando al suelo, con mucha vergüenza. Sabía que se sentía mal por su decisión de hacer que yo elija mi nombre y así terminar totalmente ida y distraída en medio de la clase. Pero de todas formas le haría saber que él no era el culpable por los fantasmas de mi pasado.

-No pasa nada Profesor, lo perdono pero en verdad usted no hizo nada, yo tengo una gran conflicto en mi cabeza por cosas que sucedieron en mi vida y con esto último del atraco tengo un lio que debo procesar tranquila.- suelto una pequeña risa un tanto vergonzosa, lo que hace que él suelte un gran suspiro en forma de alivio.

-cualquier cosa me buscas, para lo que necesites estoy aquí, no quiero que estés mal. - me miro con un brillo particular en los ojos. Yo conocía ese brillo, pero preferir ignorarlo, asentí con la cabeza y me abrí paso hacia el pasillo de las habitaciones.

Solo quedaba una vacía, y para mi suerte, no tendría que compartirla con nadie. Entré, deje mi bolso con mis cosas sobre la cama, el cual en su mayoría tenía botellas de alcohol de las mejores, donde gastaba todo mi dinero. Me deje caer sobre el colchón que parecía nuevo, observando la habitación. No era lo mejor del mundo, pero tenia un gran ventanal que mostraba todo el "patio" donde pasaríamos algunos días de sol, una cama para 2 solo para mi, y un escritorio un tanto antiguo.

Casi sin darme cuenta me sobresalte porque alguien tocaba la puerta, me había dormido como 2 horas. - ¿Quién es? - grite mientras me frotaba los ojos para terminar de despertarme.

-La cena esta lista, debes bajar. -

Una voz muy varonil y gruesa sonó del otro lado de la puerta sin abrirla, no logré reconocer quien fue ya que no tuve la oportunidad de hablar con todos los tipos de la banda, pero sea quien sea me dejo un tanto embobada con esa voz. Decidí no darle mucha importancia y me cambié la ropa.

Llegue a esa finca con un jogging bastante ancho, un buzo algunos talles más grandes que el mío, por lo que no se me notaba la forma de mi cuerpo casi; un rodete sostenía mi cabello aunque no se veía por mi capucha que nunca me la quite y usaba unas zapatillas negras.


Ese era el outfit con el que vagaba por las calles, los "más decentes" los tenía bien guardados. Me planche el pelo que me llegaba casi a la cintura dejándolo totalmente lacio, acomode por la mitad mi "flequillo" que era algo largo, me puse un pantalón blanco ajustado que levantaba bastante mi trasero, haciendo que me mire al espejo y me diga a mi misma "escapar de la gorra te ayudo a ponerte más buena", solté una leve risa y acabé por ponerme una remera con brillos un tanto disimulados que apenas llegaban a el borde de la cintura del pantalón, un bléiser negro y unos tacones no muy altos. Me delinee un poco los ojos y pinte mis pestañas, realmente no buscaba nada, solo me sentía más empoderada vistiéndome de tal forma.

Así es como mientras bajaba por las escaleras vi a todos sentados en la gran mesa, y no tardaron ni un segundo en fijar sus miradas en mí. Odiaba que hagan eso, pero debo admitir que en ese momento solo me sentí una diosa con solo ver como algunos de los chicos más jóvenes se habían medio atragantado con la bebida, y como los siameses se codeaban entre ellos, realmente me daban ternura jaja. Las chicas me soltaron algunod piropos y me silbaron lo que me hizo reir un poco. El Profesor estaba de espaldas terminando de cocinar, y Berlín... él fue el primero en clavar su mirada en mí analizándome de pies a cabeza. Realmente no sé porque fue el primero al que busque con la mirada cuando llegue a ese comedor, quizás una parte de mi quería saber si sus refinados gustos aprobaban mi outfit o si me veía como una asesina mediocre que se vestía como chica de la calle.

La cena paso rápida entre risas y anécdotas del padre e hijo, y la comida estaba rica, a pesar de que no sea muy fan del guiso, el Profesor no era nada malo en la cocina, así que comí más de la mitad del plato. Cuando todos terminamos nos habíamos quedados sentados haciendo sobremesa, era un excelente momento para tomar alcohol, pero el de gafas solo se había encargado de la comida de ese día, y mañana deberían ir 2 personas a por el resto de las compras, incluyendo alcohol.

No quise guardármelos, así que subí a mi habitación a por 2 botellas de vino. Cuando me vieron apoyarlas en la mesa casi se me tiran encima para abrazarme y darme las gracias, yo solo las abrí con ansias porque necesitaba una gran copa de vino.

-Me asombra como una chica como tú, compre esta extraordinaria marca de vino. - era obvio de quien provenía ese comentario, sí del señor fino con gustos caros en vinos.

-¿una chica cómo?- le respondi de buena manera, no quería que me vuelva a poner de mal humor


-Una tía que de un momento al otro pasa de ser una indigente a una tia que parece tener clase. Es como si utilizaras un disfraz, y ese disfraz lo quieras completar con este vino tan caro. - no lo decía de mala manera, tampoco soy estúpida entiendo la forma en que hablan los tipos como él, ellos que se creen superiores al resto, con delirios de grandeza, y que no les importa nadie mas que ellos mismos. Pero era obvio que lo hacia para molestarme, y como me encantan esta clase de juegos, decidí seguírsela.

-Mira Berlín, me duele aceptar que estas en lo cierto- todos me miran con confusión -esto es un simple disfraz para ocultar lo que realmente soy. Y no, no soy ninguna indigente-

-¿ah si? ¿entonces que eres?- sus ojos estaban esperando mi respuesta, se había dado cuenta que yo también le estaba siguiendo el juego.

-soy una chica que solo busca algo de sexo, y mi truco es conquistar a los hombres poniendo delante de ellos su bebidas favoritas, así después llevármelos a la cama.- fue lo primero que se me ocurrió para decirle, pero estoy segura que estuve bien ya que todos hicieron caras de asombrados y se reian, mientras que Berlín abrió un poco sus ojos y luego se me quedo viendo con ¿lujuria? Mientras mordía su labio inferior, como si intentara guardarse algún comentario.

-debo admitir que me gustaría saber como son las argentinas en la cama...- fue todo lo que dijo mientras se servía una copa del vino. Ganó, el maldito ganó el juego, ya que logro hacer que me sonroje y todos nos miraban como si esperaban que vayamos de inmediato a la cama.

Esa noche me fui a acostar, pensando en aquello que había dicho Berlín. Es obvio que solo quiere molestarme, quizás es la diversión que encontró para pasar los días en esta casa, y además que tiene la edad que podría tener mi padre. Eso nunca pasaría. (N.A.: jaja ilusa)

Al otro día me levante mas temprano que el resto, así que aproveche a salir al patio con mi pijama. Mi pijama=una remera bastante grande y larga, y unas bragas, totalmente comoda. Estaba en el patio bajo el sol que estaba bastante fuerte, solo cerré mis ojos y me quede ahí parada por varios minutos. No me dio pena ya que era bastante temprano y todos dormían así que estaba sola, o eso era lo que yo creía.

-veo que no fui el único que tuvo la idea de descansar un rato bajo el sol.- NO, esa voz, me interrumpió la paz y el trance en el que estaba con los ojos cerrados sintiendo como se calentaba mi cara por el sol. Rápidamente me sostuve la remera impidiendo que se levante por la leve brisa que había y así no se me veía todo el culo. -no te preocupes, no serás el primer culo que vea- imbécil, siempre tenia que ser Berlín quien aparecía, porque no Nairobi o Moscú.

Era una chica que realmente podía ser una hija de puta y solía no importarme nada, pero frente a él, logró que muchas cosas me averguenzen y era algo que solo tenía con él y no entendía por qué.


Pasé totalmente de él, rodé los ojos y le levante el dedo del medio mientras le daba una sonrisita con odio (y si, él dejó escapar una risita) y yo me fui a mi habitación.

Pasó casi un mes ya, el profesor siguió con las clases sobre el plan, aunque varios días practicamos defensa personal y tiro, mi favorita, no falle ni una bala y todos mis compañeros me aplaudían con orgullo.

❤🧡💛💚💙💜

𝗕𝘂𝗲𝗻𝗼 𝗴𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗹𝗶𝗻𝗱𝗮, 𝗮𝗰𝗮 𝘂𝗻𝗮 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗮 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲. 𝗠𝗲 𝗱𝗶 𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘆𝗼 𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗼 𝗹𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗺𝗽𝘁𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮𝗻 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀 𝗼𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗿𝗮𝗳𝗼𝘀 𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗻𝗼 𝘀𝗲 𝗽𝗼𝗱𝗶𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿 𝗽𝗼𝗿 𝘀𝗲𝗽𝗮𝗿𝗮𝗱𝗼. 𝗔𝘀𝗶 𝗾𝘂𝗲 𝘆𝗮 𝗹𝗼 𝗮𝗿𝗿𝗲𝗴𝗹𝗲!

𝗟𝗲𝘀 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗴𝘂𝘀𝘁𝗮𝗻𝗱𝗼?

𝗬𝗼 𝘀𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗻𝗼 𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲 𝗻𝗶 𝘁𝘂 𝘃𝗶𝗲𝗷𝗮 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗰𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝘃𝗼𝘁𝗮 𝗼 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗺𝗲 𝗽𝗼𝗻𝗲 𝘀𝘂𝗽𝗲𝗿 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝘃𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱
𝗟𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼𝗼𝗼𝗼🧡🧡

Eretria || Berlín×Tú×PalermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora