Gozo

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Reglas para Sana:

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Reglas para Sana:

1. No salir del territorio, muerte segura. 

2. Tomar todos los días los suspensores, no queremos que te dañes. 

3. No contestar el teléfono por ningún motivo. 

4. No encender la televisión, gente mala habla en ella. 

5. No confiar en ningún alfa y por sobre todo no acercarse de nuevo a Chou Tzuyu. 

De: Sana

Para: Sana

Sana se ponen en el espejo con algo de inseguridad en sus ojos. El invierno había acabado lo que significaba que Mina y Dahyun volverían pronto a la cabaña para molestar un poco, ahora siendo todas unas adultas betas.

La rubia no pudo evitar observar la ventana de su habitación, quería engañarse al decir que mirar hacia ese lugar no la obligaba a recordar a Tzuyu pero no podía, por mas que pasaran los años aun recordaba aun con una pequeña sonrisa el como aquella alfa subió por el viejo árbol frente a su alcoba y entrando igual que una ladrona le robo su primer beso, en una noche que prometía galaxias y regalaba estrellas. 

La omega aun extrañaba a su amiga pero todas aquellas advertencias por parte de Mina y Dahyun junto con la seria charla que tuvo con Amber surtieron efecto, ellas lograron llenar de inseguridades y temores el pequeño corazón de la omega, susurrando palabras que solo lograban herir la  poca esperanza que le quedaba sobre Tzuyu. Los alfas mataban omegas, Sana aun no entendía el porqué pero ellos lo hacían. 

— ¡Sana, recuerda tomar tus pastillas! – gritó la anciana haciendo sonrojar de la vergüenza a la menor.

Las " pastillas " se trataban de nada más y nada menos de píldoras que impedían que le doliera tanto el celo - cosa que comenzó a tener a los dieciséis años - unas píldoras que por lo que había escuchado eran muy difíciles y peligrosas de conseguir pero aquello no impedía que cada cuatro semanas llegará alguna de las mellizas con una caja llenas de estas. Alargo su brazo para obedecer la orden pero el sonido de la puerta abrirse la distrajo. 

— ¡Pero mira lo que tenemos aquí! – La saludo Mina con el rostro chispeando de orgullo, entrando de manera ruidosa a la habitación mientras admiraba – al igual como lo haría una madre – el cuerpo de Sana. 

Notando el claro cambio que provocó la adolescencia en la omega, con los rasgos más marcados y el cuerpo formado.

— Oye, ¿acaso esa no es la misma fea y miedosa omega que encontramos hace ya algunos años? – bromeo Dahyun ganándose un gruñido por parte de Amber. 

— No mientas mocosa, que mi hija siempre ha sido muy linda – afirmó con protección. 

Las presentes rieron, Sana más avergonzada que nadie. 

— Estas hermosa, Shiba – afirmó Mina acariciando el brazo de su menor – Te has vuelto una omega digna de admirar y venerar. 

La sonrisa de Sana se deslizó un poco, nadie podía siquiera pensar en venerar a una omega o al menos no en Corea. 

— Me estas avergonzando, Minari – susurro sacando más risas de por medio.

Tzuyu no pudo evitar sonreír al momento en que los árboles y bosques empezaron a aparecer en el camino, demostrando que estaban llegando a casa

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Tzuyu no pudo evitar sonreír al momento en que los árboles y bosques empezaron a aparecer en el camino, demostrando que estaban llegando a casa.

La pelinegra ya era toda una fuerte y osada muchacha, entrenada día y noche por sus Unnies para convertirla en una alfa digna y respetada, que siguiera las costumbres y tradiciones que cada compatriota de Corea debía tener... fallando estrepitosamente ya que Tzuyu seguía solo seguía pensando en su omega. 

Ella tuvo que fingir, claro está, tuvo que engañar a la señora Jeon y a Jennie, hacerles pensar que sintió un profundo odio injustificado hacia Sana. Tzuyu no sabía si las omegas eran todo lo que la vieja Jeon aseguraba, no tenía ni idea si era verdad seres que manipulaban y hacían que alfas se pelearan contra alfas pero estaba segura de algo y eso era que Sana no era ni cerca nada de lo que Somi Unnie decía. Podría ser que otras omegas si pero no su omega, no su Sana.

— ¿Estás emocionada de volver, Tzuyu? – Pregunto Somi sin quitar sus ojos del camino – Se que te gusto salir hogar a cazar pero el hogar es y en verdad extraño nuestra casa. 

Tzuyu asintió con la cabeza. 

— No se preocupe, Unnie – dijo – También extrañaba nuestro hogar. 

Jennie sonrió. 

— Estamos muy orgullosas de ti, pequeña – confeso – puede que no encontráramos ninguna sucia omega pero estoy segura que te entrenamos bien y aunque tardaste mucho tiempo lograste comprender cuál es el propósito en la vida de cada alfa. 

Tzuyu sintió la culpa golpear su estómago, ¿es posible sentir culpa por no odiar? ¿Sentirse " menos alfa " por querer que Sana viviera?

— Gracias, Unnies – dijo con firmeza, justo como una alfa debería comportarse – trabajaré para ser lo que ustedes esperan de mí. 

La voz de la menor se cortó al notar a la distancia la vieja casa de la señora Amber, alzándose frente sus ojos, cada vez más cerca.

Sintió su pulso acelerarse con exageración, como si su cuerpo entero anticipará el encuentro con la omega, sus oídos zumbaron y sus manos de repente se sintieron heladas, temblando levemente ante la espera.

Sin poder evitarlo bajo la ventana con rapidez, buscando la esencia de Sana. 

No sabía cómo pero siempre pudo distinguir el aroma de la rubia por sobre todos los otros, como si esta la estuviera seduciendo desde la distancia.

Y ahí estaba. El exquisito aroma de lavanda, manzanilla y cananga odorata llegaron a su nariz en cuestión de segundos. Reprimió el primitivo instinto de aullar en reconocimiento y éxtasis, era su omega, su Sana estaba a tan solo a unas millas de distancia. Y esta vez estaba segura que no la iba a dejar ir.

 Y esta vez estaba segura que no la iba a dejar ir

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𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓  ┇「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora