Familia

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Fueron gritos los que despertaron a la omega, habladurías, lejanas a sus colonias, palabras que no deben importarle en lo más mínimo pero si la lograron inquietar, asustar a la débil omega que se albergaba en su corazón

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Fueron gritos los que despertaron a la omega, habladurías, lejanas a sus colonias, palabras que no deben importarle en lo más mínimo pero si la lograron inquietar, asustar a la débil omega que se albergaba en su corazón. 

Abrió los ojos pero no debía hacerlo para saber que Tzuyu ya no se encontraba a su lado, como si esta fue solo una ilusión. Se movió un poco, mirando los vendajes que llenaban todo su torso y espalda, mismos que su alfa se había encargado de poner luego del baño.

— ¿Chewy? – susurro, algo temerosa – ¿Alfa? 

Pero nadie respondió al llamado. 

¿Qué estaba sucediendo? La pelinegra debió notar el mal estado de su amante, lo erróneo que era dejarla sola justo ahora. No, Sana estaba segura que su alfa no la hubiese abandonado de no ser porque había una gran razón, que Tzuyu volvería en unos minutos para mimarla. 

Intento pararse, fallando al principio por el débil estado de sus piernas pero logrando su propósito al apoyarse contra la fría pared. Su estómago sonaba y la cabeza le dolía, no haber comido nada durante toda su estadía con el seleccionador le estaba cobrando la factura, quedando si energías.

Con cuidado abrió la puerta y sus ojos se sin toparon de inmediato con otros. 

— ¿Desde hace cuanto estas ahí? – murmuró Sana, sorprendida. 

La chica mostró sus pequeñas manos, levantando cuatro de sus deditos.

— ¿Cuatro horas? – Asintió – Pudiste haberme despertado, no me molestaria – Ella se acercó un poco pero un alarido sonó, proveniente del primer piso, provocando que saltara en su lugar. Sana no pudo evitar sonreír, ¿la niña había estado sentada cuatro horas fuera de su recamara por miedo a los gritos de Mina? – ¿Estás asustada? Ellas no te dañarían, son mi familia. 

Menos Somi pero Sana no veía la necesidad de explicar aquello. Con cuidado, la niña abrió la boca pero ninguna palabra salió de esta, modulando silaba por silaba lo que quería decir. 

" Pero ellas están peleando ". 

La omega no reaccionó ante el claro hecho de que la niña era muda al ya haberlo adivinado pero su mente pensó de nuevo en aquello, notando que el seleccionador no lo había mencionado en ningún momento, porque probablemente nadie hubiera apostado por ella de saberlo, a un alfa no le servía una omega que no pudiese ni gemir ni gritar, sin importar que tan virgen fuera. 

— Bueno, eso es porque la familia suele pelear a veces – susurro, acariciando el oscuro cabello de la niña, haciendo que esta se apoye ante el toque, al principio un poco confusa y luego del todo cariñosa – ¿Puedes decirme tu nombre? Me siento un poco maleducada al no habernos presentado antes, soy Minatozaki Sana. 

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓  ┇「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora