porque en un mundo donde los omegas eran cazados y asesinados no había espacio para su amor
𝐀 𝐂 𝐋 𝐀 𝐑 𝐀 𝐂 𝐈 𝐎 𝐍 𝐄 𝐒
『⚘』Historia adaptada tengo el permiso de la autora
『⚘』Bttm ¡!Sana¡! Tps ¡!Tzuyu¡!
『⚘』Autora original: ThaliaDeBarnes
『⚘...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El estrepitoso retumbar de la bocina de un auto sonando hizo que de la nada todas dentro de la sala se quedaran en silencio, reconociendo aquel ruido a la perfección.
Antes de que pudiesen detenerla Sana corrió hasta la ventana de la cocina, mirando el cómo la vieja Jeon y Jennie se bajaban del auto.
Tzuyu
Sana podría reconocerla hasta a esa distancia, esa sonrisa peculiar y su cabello negro, los ojos grandes y la piel morena. Aunque ahora estaba diferente, con su cuerpo musculoso, firme e imponente, rostro tenso y mandíbula afilada.
Se veía... se veía igual que una...
— Se ve como toda una alfa – gruño Mina a sus espaldas, diciendo exactamente lo que Sana estaba pensando.
— Sí y yo soy una omega – respondió Sana mirando a la melliza con una frialdad impropia de ella, tratando de ocultar el temblor en sus piernas – Ya capte la indirecta, no necesitas repetirlo.
Tzuyu podía pensar que Sana era un monstruo pero el corazón de la omega también estaba algo corrompido, llegando a odiar a la mayoría de las alfas por lo que le hicieron a su raza, repudiar a cada ciudadano de aquel país ante su hipocresía y maldad.
Sana estaba sorprendida pero no iba a actuar de forma débil, ya había aprendido la lección con Jennie, los alfas eran peligrosos y malvados, no debería confiar en ellos
Cuando era pequeña había albergado la esperanza de que Tzuyu no se convirtiera en lo que debía, que la pelinegra no escuchara las lecciones de Somi y Jennie pero conforme los años pasaron Sana ya no se podía permitir ese tipo de pensamientos, ella no se podía darse cuenta el lujo de ser ilusa.
Y aunque siguiera amando a Tzuyu no podía negar que aquella alfa solo la llevaría a la muerte.
Mina frunció el ceño.
— Solo estaba asegurando que seguíamos en la misma página – se defendió tomando el brazo de la omegapara sacarla de la ventana, notando el cómo Tzuyu buscaba con sus ojos la figura de Sana a la distancia – Sabes que nos preocupamos por ti y no dejaremos que nadie vuelve a herirte.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.