Vacío 2/2

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Sana gritó, sin poder quitar la mirada del cuerpo inerte de Sakura

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Sana gritó, sin poder quitar la mirada del cuerpo inerte de Sakura.

Esto era su culpa, ella le había advertido y ella aun asi no hizo caso. 

La sangre escurrió por el suelo sucio, manchando los pies de los presentes y ensuciando todo a su alrededor. 

— Mira, ¡mira lo que has hecho! – grito el seleccionador y sin dudarlo le asentó un golpe a la omega, directo en su mejilla, ya sin rastros de lujuria en su rostro – Esa zorra nos hacía ganar mucho dinero – siseo para luego mirar a la otra alfa, con la rabia marcando cada palabra que decia – Ella vivirá, la venderemos mañana, así que ahora llévala a la yerra y cuando terminen quiero que ella misma venga a limpiar este desastre, necesita aprender cómo hacemos las cosas aquí. 

Claramente no la salvó como un acto de piedad, el hombre sabía que ahora el castigo de Sana recibiría sería algo mucho peor que la misma muerte.

La omega sollozo pero no opuso resistencia, todos sus huesos de repente se sentían demasiado débiles para hacer algo, muy frágiles para luchar. 

— Esto te va a gustar, princesa – habló por primera vez la otra alfa, sacando a Sana de esa sala solo para meterla en otra – Te haré algo que nunca en tu vida olvidaras. 

La rubia miró la sala.

Una correa se encontró pegada contra el suelo de mármol y unos metros de esta dos grandes fierros se erguían, colocados sobre unas brasas de fuego.

En cuanto la menor se dio cuenta lo que le iban a hacer no pudo evitar vomitar, siendo soltada por la mujer cayó directo al suelo, donde regurgito bilis, temblando de pies a cabeza.

— No, no, por favor no lo hagas – susurro.

"Marcar" lo había llamado el seleccionador y era el término más acertado a lo que estaban apunto de hacer. 

— Será mejor que no intentes luchar, chica linda, porque solo lo harás más doloroso – Sin delicadeza la mayor arrastró el cuerpo de Sana hacía el centro de la habitación, donde amarró sus brazos y cuello, inmovilizando de cualquier movimiento – Solo cierra los ojos y respira, todo pasara pronto. 

La mujer tomó los fierros desde el mango y la omega noto que el objeto tenía las puntas alargadas al rojo vivo gracias al calor de las brasas. 

Y sin más miramientos se posiciono detrás de Sana, la espalda de la chica era simplemente bella, con una piel que parecía brillar suavenmente contra la escasa luz de la habitación. La alfa la miro, casi apenada de arruinarla, más ello no la detuvo, y sin cuidado alguno elevo los fierros sobre la omega, enterrando aquellos objetos candentes contra los omoplatos de la menor. 

 

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𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓  ┇「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora