Prólogo

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  –Mami– llamé pero nadie contestó–mamá ya llegué– ¿Donde estaría?, me pregunté mientras entraba despacio en la casa.

Se suponía que me quedaría con Tita pero había sacado un 10 en un examen y no podía esperar hasta la noche para enseñarle la nota a mami.
Siempre habíamos Sido, mami, Tita y yo desde que nos mudamos de Venezuela y vivíamos ahora en Barcelona.

  –¡Mamá saque 10 en el exámen!– nadie respondió ni salió, sentía una ligera presión en el estómago, mi subconsciente me decía que no debería estar aquí, pero mis piernas seguían caminando adentrándose más a la casa.

Subí las pequeñas escaleras que llevaban al dormitorio de mamá y el mío, las maderas crujían mientras subía despacio, la casa estaba en total silencio y era raro mamá siempre tenía música puesta.

Crucé un esquina y note la puerta de la habitación de mi mamá entreabierta, me moví por inercia hacia ella, y la empuje despacio, mientras se cernía frente a mi una figura grande y cubierta de ropa totalmente negra.

-¿Qué haces en el cuarto de mi mamá?

La persona volteo al escuchar mi voz, me dedicó una sonrisa que hizo que me diera un escalofríos, mi subconsciente pedía a gritos que huyera pero por alguna extraño razón no podía, sus ojos eran grises con un toque verdes en ellos, había visto antes esos ojos pero no recordaba dónde.

–Hola preciosa, mira cuan grande estás– me reparo de arriba a abajo di un paso atrás– eres igual que tú madre.

–¿Conoce a mi madre?.

– Claro preciosa, era la mujer más bella que jamás haya visto, no sabes cuánto me dolió el que haya muerto.

–No entiendo, mi mami no está muerta, ella vive conmigo.

Me volvió a dedicar esa sonrisa y se hizo a un lado, me quedé petrificada al ver el cuerpo de mi madre cubierto de sangre, su sangre, toda su ropa estaba manchada, tenía múltiples cortadas en el estómago y en el cuello.

–¿Te gusta mi obra maestra?.

–¿Qué hizo?– fue lo único que logré decir antes de que me voltear y se me viniera encima, cayendo al suelo bajo su peso.

–Shhhh, no hagas ruido, es lo mejor ella era una mentirosa apartir de ahora entras en el juego preciosa y solamente hay dos formas de salir de el....– respondió, note que sacaba un cuchillo bañado en sangre– pero antes tú también serás mi obra maestra, no te preocupes no terminarás como ella– su cuchillo bajo y sentí como ardía la primera cortada que me hizo en la pierna, chille de dolor y el me hizo otro corte.

Sentía cómo mi sangre manchada la alfombra– Serás mi más bella creación preciosa– me decía mientras me apuñalaba, mis lágrimas empezaron a salír– tranquila después de esto no sentirás más.....

Cuanta razón tenía.

Buscando una salida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora