Secretos del pasado.

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–Ari por favor despierta– ¿Desde cuándo Tita tenía la voz chillona?– Ari Dios mío, Jhos, Lucas– ¿Por qué había tanto ruido? ¿ Por qué se me haci imposible abrir mis ojos?

– Ari por favor ¿Qué pasa? ¿qué tienes?– esa voz, no era Tita era Juli, ¿Qué hacía Juli en mi casa, en mi habitación?, abrí despacio los ojos al fin algo confundida.

Espera un segundo, está no era mi habitación y tampoco mi casa, ¿Dónde estaba?.

Voltee mi cara hacia un lado, en una placa se leía internado Santa Teresa de la fé, ¿Estoy en un internado?, lleve mis dedos a mi nariz había algo húmedo y viscoso saliendo de ella, ¿ sangre?, Dios ¿Qué había pasado?.

–Oh por Dios Ari gracias al cielo, ¿Estás bien?, Luca, Jhos estoy aquí, Ari se desmayó– ¿me desmayé?, hace mucho que no lo hacía, pero ¿por qué?, entonces lo recordé, mi madre era amiga de Marcela la chica que mataron y no solo eso, ya la había visto antes.

Entonces mi madre ¿estudió aquí?, por esa razón entre tan fácil por eso Tita me dijo que esté sería un lugar seguro, pero, lo que ella no sabía que este era el lugar menos seguro, si yo tenía razón el asesino de Marcela podría ser también el asesino de mi Madre lo sentía y pocas veces me había equivocado con algo.

Mi madre conocía al asesino, lo supe después de salir del shock en el que quedé, ella nunca le abría la puerta a nadie que no conociera, no tenía amigos en esa ciudad y siempre me decía que sus únicos amigos los había conocido en su escuela, y lo entendí.

Él pudo haber Sido uno de esos amigos, Marcela, repetí su nombre en mi cabeza, había Sido asesinada, había discutido, sentí una punzada en el pecho y ¿ si era el mismo?

Me levanté deprisa, limpiando con el dorso de mi mano la sangre que había salido de mi nariz –Estoy bien Juli no te preocupes solo… yo no me sentía bien, tranquila.

–Aria deberías escuchar a Julieta – voltee hacia Luca ya se encontraba arrodillado a mi lado puede ver sus ojos verdes oscuros, porque me parecía que lo conocía– deberían volver a su habitación y así descansar.

Jhos asintió– Aunque odie admitirlo Luckie tiene razón es mejor que vayan a su habitación.

Di un largo suspiro y me levanté asintiendo con la cabeza–Solo necesito dormir fue un día largo estaré bien– Juli, Luca y Jhos se veían preocupados y confundidos, no les explicaría porque me desmayé.

No les diría que el asesino que mató a Marcela podría ser el mismo que mató a mi Madre ya que ambas podrían tener una conexión; pero siendo honestos era algo imposible, ellos de seguro pensarían  que me he vuelto loca o paranoica, estaban tan equivocados…

Los chicos decidieron acompañarnos hasta nuestra habitación, después de eso se fueron, Juli después de tanto rogar hizo que me tomará un calmante, ella creyó  que me lo tomé pero no fue así, aprendes a engañar cuando no quieres seguir dopada y que te tengan alucinada, me tocó aprenderlo.

Cuando se acostó fui al baño y lo vomité, ya estaba acostumbrada hacer eso, varias veces intentaron darme ansiolíticos para cuando tuvieras estás crisis y siempre los terminaba desechando.

¿Pará qué necesitaban que durmiera o me calmará, por qué creían que si me drogaban estaría bien?, no lo entienden en esos momentos de locura veía todo muy claro.

Ya había hecho una posible conexión con el asesino de mi Madre, sola.

Después de lo que viví deje de hablar, pero no solo por el trauma si no porque sabía quién era él, no ví su rostro, pero fue un compañero de mi madre, ¿Cómo lo sé? Sabía de Marcela, toda la historia una noche ví a mi Madre con unas fotos y estaba ella por eso me había parecido conocida, era la mejor amiga de mi mamá.

Recuerdo muy bien esa noche…..

–Mami ¿Por qué lloras?– observaba a mi mami agachada en el armario con varías fotos de una mujer muy bonita.

Levantó su mirada y me mostró la foto– Ella era una amiga nenita, era muy especial para mami la amaba, era muy bonita así como tú, le gustaba investigar y tocar el piano, pero él la mato– por la mejillas de mami caían lágrimas sin cesar, se limpió con el dorso de su mano– pero por lo menos te tengo a ti– me acarició con sus dedos mi mejilla– tienes sus ojos, serás mejor que nosotras dos, él no tendrá oportunidad contra ti mi pequeña terroncito.

–Mami ¿Quién es él? No entiendo.

–Era nuestro amigo o eso pensaba, era nuestro compañero de clase, y es un asesino, y sabes que es lo peor– río– que mientras ella se pudre en un ataúd y es olvidada, él es exitoso y tiene un hijo maravilloso, la vida sin duda es injusta, él debe morir– me sujeto por los hombros y me miró con sus ojos negros– tú debes hacerlo debes matarlo, por ella terroncito, para que puedas ser feliz, para que puedas huir, prométeme lo.

–Lo prometo mami– ella me acerco a su pecho y me abrazo fuerte.

–Eres nuestro pequeño terroncito el de ella y mío…

Todo vino a mi luego que ví esa foto de mi Madre, me levanté de la cama y salí de la habitación de manera silenciosa para no despertar a Juli.

Ya eran las 3:30 de la madrugada, me dirigí al teléfono que utilizaban los estudiantes para llamar a sus padres, y marqué su número, repicó varias veces y la persona al otro lado atendió.

–Este es el internado, estoy adentro, cumpliré la promesa que le hice a mi mamá– silencio, luego oí su voz.

–Has lo que creas conveniente pero que no te descubran– y colgué el teléfono, me apoye en la pared y me deslice hasta el piso.

Lo mataré a él, le haré mucho daño, destruiré a todo lo que tenga a su alrededor.

Levanté el teléfono y realice otra llamada, necesitaba su ayuda...
                        



Aria Dainwort.


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