La sala abandonada.

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Aria.

Una semana, casi una semana y Don perfecto no se me había acercado desde lo qué pasó debajo de las escaleras, ya era viernes lo que significaba fin de semana, pero no de fiesta si no de tarea.

¿Quién diría que en el internado se tomaban tan enserio lo de “Formar la nueva generación”?. Pero bueno, quiénes somos nosotros para juzgar.

En mi primera semana en Santa Teresa, quedé varias veces con Juli y Anni para estudiar, Ale, pues en su mundo con su nuevo amor, con respecto a lo de mi madre...

   Sigo igual, luego de decirles unas cuantas mentirillas a Juli sobre porque quería saber más de lo que pasó en el granero, me recomendó que pidiera el anuario de ese año, sonaba fácil, él problema es que al parecer todos los anuarios de ese año habían desaparecido misteriosamente, pero claro no me iba a dar por vencida tan rápido.

Acerca del Don perfecto, pues como les dijo no se me había acercado, supongo que lo asusté, era él, quien Juli me había indicado que podría ayudarme con lo del anuario, y siendo honesta yo no iba a estar detrás de él.

  Hoy era viernes y decidí pasar un rato por la biblioteca a por unos libros, y siendo se había vuelto mi lugar seguro.

  Entre en la gran sala, era enorme, joder me quedaría allí encerrada y sería feliz, era un lugar muy iluminado con más de 50 estanterías, había unas computadoras al fondo, varias mesas con bancos y un poco apartado varios sillones con mesas al lado y una lámpara, en las paredes estaba como siempre, cruces e imágenes del internado antes de ser escuela.

   También estaba un mostrador muy alto dónde estaba Rosa una bibliotecaria de unos 26 o 28 la había conocido en cada una de mis visitas a la biblioteca.

–¿Qué tal Rosa cómo estás?– la saludé.

–Muy bien Ari, vienes a investigar ¿No?– asentí, se me había hecho costumbre venir aquí, era silencio y podía desconectarme de todo y leer un rato, no solo investigar.

–Si, tengo una tarea de historia, me podrás indicar ¿Dónde está esa asignatura?– señaló detrás de mi.

–Sigue derecho luego cruzas a la izquierda la estantería que hay en el fondo cerca de literatura hay verás un letrero que dice Historia.

–Muchas gracias, y ¿Allí también estará la historia del internado, o no habrá un anuario de 1984? Es que mi madre salió en ese año y me gustaría comprobar si me parezco tanto como dicen cuando era jóven.

–Lo siento Ari pero de ese año no tenemos ninguna copia, generalmente quién siempre los tiene son dichos estudiantes, así, ¿por qué no le pides el suyo a tú madre?– respondió mientras me escaneaba con la mirada.

  Rosa tenía unos ojos azules un tanto opacos, supongo que por el estrés, es que la compadecía no era fácil soportar a tantos estudiantes irresponsable e irrespetuosos que no obedecieran las reglas de la biblioteca.

Sonreí un poco–Lo se el problema es que mi madre está muerta.

Vi como su aspecto cambiaba y se revolvía incómoda– Y-Yo lo siento no lo sabía.

Me encogí de hombros–No te preocupes eso pasó hace mucho– ella asintió y seguí mi camino hacia donde me había indicado antes.

Luego de dar varias vueltas por fin conseguí el letrero que decía “Historia”, cogí un libro y lo hojeé, seguí mas adentro buscando los que me hacían falta hasta que llegue al final del último estante me extrañé un poco.

  Los demás pasillos era más largos y generalmente tenían una pequeña sala pero está no había nada me acerque un poco y en realidad el pasillo no terminaba allí, había una especie de cartón o puerta corrediza que cubría el resto del pasillo, lo quite con cuidado y para mí sorpresa encontré una pequeña habitación-sala.

Buscando una salida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora