Sueños y encuentros.

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–Te quiero yo.

–Y tu a mi.

–Somos tus mami hasta el..

–Fin–termine por mi mami.

–Pero mira aquí están mis dos amores–voltee a ver a una mujer.

–Mami, mami, mami Nina y yo estábamos cantando.

–¿Así pequeña, haber la de te quiero yo?.

–Siiii.

Mami río–Hola Nina.

–Marce, ¿Estás bien?–Sonaba preocupada.

–Estoy bien, ella..

–Esta bien– estaban hablando de mi, las observaba mientras coloreaba, pero ¿era yo? Si, solo que más pequeña reconocí a mi madre pero.. ¿Y la otra mujer?– Marce yo....es igual a él– dijo mami Nina, ¿Igual a quién?.

–Eso no es cierto, y ya cállate no quiero oírte hablar de él, ella es mi hija, nuestra hija, él no es nadie ya no nos hará daño.

–Espero que tengas razón–Mi madre salió molesta.

La mujer me miró y me dedicó una mirada llena de dulzura y ternura.

–No eres como él, ni como yo, ni cómo mami Nina– ¿Quién era él?–Tu eres mi pequeña valiente, te amoo Aria, te amo con cada célula de mi vida…

Todo se volvió oscuro…..

Escuché un sonido abajo en la cocina, me asusté, temblaba, mami Nina entro en la habitación.
  –Ari– estaba llorando– debemos… debemos irnos, ¿si?– ¿Por qué estaba llorando?.

Le acaricié la mejilla–Mami Nina, ¿Dónde está?.

–Tranquila ¿Si?, Todo… todo va a estar bien.

Un hombre entro a mi habitación seguido de la mujer que me había dicho que me amaba–¿Mami?– la llamé,¿Por qué la llamaba así?.

Se interpuso entre el hombre y yo–Sacala de aquí Nina, ¡Ya!.

–¿No quieres dejarme verla?– el hombre negó con la cabeza y Vi su rostro, esa sonrisa siniestra, no estaba asustada, ¿Por qué no lo estaba?.

–Me tienes a mi, déjala a ella, por favor te lo suplico

–Siempre has Sido mía Marce, ¿No lo entiendes?, ¿Enserio creiste que te dejaría en Paz, qué me olvidaría de ti?, No quería creer que enserio estabas embarazada, pero… veo que sí.

–Nina saca a la niña ahora, él y yo hablaremos a solas.

Salí con mami Nina, ella estaba temblando, me había dejado en el sofá mientras caminaba nerviosa, abajo se escuchaba la discusión que había en mi habitación.

–Yo no te pertenezco– escuché a la mujer– nunca lo he hecho pero, si dejas a mi hija iré contigo.

–No, las dos vendrán conmigo– él respondio.

No entendí que fue lo que dijo ella, mami Nina empezó a sacar un bolso que había escondido debajo del armaron que había en la cocina.

–Debemos irnos– me dijo, me guío hasta afuera, entramos en el auto, me coloco el cinturón de seguridad,–Bien pequeña nos iremos, nada…– veía como sollozaba– todo estará bien.

–Y ¿Mami?– hablaba de la mujer.

–Ella después nos alcanzará– en eso ví en el balcón de mi habitación a la mujer.

Buscando una salida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora