Enamorada Del Peligro {Libro 1}

Capítulo. 18 | Un beso.

Audrey White.

Él no me miraba como los demás lo hacían, él no me observaba con desprecio, él me admiraba con detenimiento y afición, él en realidad parecía apreciar mi desnudez.

Mis manos temblaron al escucharlo hablar, fue difícil de comprender todo lo que ocurría, era la primera vez que escuchaba a Thiago hablar en Ruso y lo único que podía hacer era asociarlo a las cartas recibidas por parte del admirador secreto. 

—¿Estás bien? —Preguntó sin apartar su mirada de la mía mientras que sus manos acariciaban mi piel. Sus ojos escaneaban mi rostro en busca de una respuesta a mi rápido cambio de ánimo.

En ese momento mi corazón latía con fuerza sin saber qué responder.

«¿Realmente me siento bien?» 

Pensé insegura.

—Yo... 

Una llamada me interrumpió.

Mi móvil vibraba en el bolsillo de mi blaze desde el suelo, siendo esto como una divina señal de que lo mejor era evitar tocar el tema de las cartas. Retiré mis manos de su pecho, estaba lista para levantarme, vestirme e irme, mi consciencia no lograba dejarme en paz regañándome internamente por lo fácil que había caído ante sus encantos.

—¿A dónde vas? —dijo tomando mis caderas. Deteniéndome, desvió su mirada al bulto de su pantalón, que con cada roce que había entre ambos se hacía más duro—, ¿No estarás pensando en dejarme así? 

—Necesito contestar, Thiago. —Me excusé retirándome sus piernas y poniéndome de pie.

Suspiró rindiéndose, no le quedaba otra opción más que tolerar la situación.

—A lo mejor no es tan importante, seguro es Jhoanna —sugirió intentando convencerme de quedarme con él. Sus ojos continuaban fijos en mis movimientos desesperados en busca de mi teléfono, lo que habla dicho me sorprendió debido a la veracidad de sus palabras. La única llamada que esperaba era la de Jhoanna, debido a que teníamos una reunión agendada para esa misma tarde.

—¿Y tú cómo sabes eso? —Interferí dejando de lado lo que estaba por hacer.

—Audrey, tenemos agendada la misma reunión.

Cerré mis ojos frotando mi sien y analizando la escena. No sabía qué estipular ante sus palabras. 

—Dime que estás bromeando —bufé sin aceptar nuestra nueva coincidencia.

—No me gustan las bromas —aclaró poniéndose de pie y acercándose a mí—, Dentro de poco tenemos que estar con Jhoanna en la oficina principal del hotel, yo seré quién firmaré los cheques de tu primer pago.

«Jódeme de una maldita vez».

—¿Entonces no estás jodiéndome? 

—Para nada —aseguró sin más.

Descendí mi espalda para recoger mis prendas manchadas que yacían en el suelo junto con mi celular mientras continuaba con la conversación.

—Pero es que no puedo presentarme así en la oficina...

—¿Así cómo? —indagó curioso.

—Así cómo estoy manchada de café, parezco una servilleta desechable.

Mi celular sonó nuevamente avisándome de otra llamada entrante, miré la pantalla fijándome en las anteriores llamadas perdidas de Jhoanna, así que esa vez sin dudarlo contesté.

—¡Hola Audrey! —Escuché la voz de Jhoanna a través de la línea telefónica. —¿Qué tal estás? 

—Hola Jhoanna —saludé con un entusiasmado tono forzado. —Estoy de maravilla, justo ahora mismo estaba preparándome para ir a la oficina.