Capítulo. 6 | Una carta por cada una de tus perfecciones.

37.5K 1.7K 360
                                    

Audrey White.

Una brisa fría accedió por la ventana despeinando mi suave y desaliñada cabellera castaña, observaba el cielo con preocupación, había tenido una semana muy dura, luego de haberle fracturado la mano a un chico con una botella de tequila sentía como la culpa me atormentaba, teniendo el crudo recuerdo de aquel momento en mi cabeza, eso había convertido esa semana en la peor de todas, donde lo único bueno que había recibido era que el mismo joven no hubiera levantado cargos contra mí.

Aun así me mantenía pensando en una excusa apropiada para Michael, sentía la desesperante necesidad de ir por más mercancía a su residencia, por tanto, debía tener una mentira algo creíble.

¿Qué creería de mí si me atrevía a confesarle la verdad? La verdad de que había consumido los cinco pequeños sobres de cocaína antes de una semana.

Opinaría que era una drogadicta con serios problemas, algo que no era.

Bueno, si era una drogadicta con problemas... Pero no serios.

Al menos eso yo quería suponer.

*Insertar carita fachera*

—¿Audrey? —Escuché la femenina y despampanante voz de la Sra. Carmina. —¡Audrey!

—¿Aján? —Algo desconcertada me apuré en responder.

Había regresado a mi realidad, volví a dirigir mi vista hacia mis compañeros de clases, quienes me observaban con burla, a excepción de Arianna, mientras que la expresión de la maestra era de total desaprobación, obligándome a retomar mi postura en el pupitre, —Digo, aquí estoy.

—Seguro ya sabes lo que tenemos planeado para el baile de graduación y la graduación, supongo ¿No?

Era obvio que no tenía ni la más mínima idea, pero sabía que su intención era hacerme quedar en ridículo frente a todos.

—No —admití con poco entusiasmo.

—Fantástico, genial ¿No? —Se acercó de manera calmada, expresando seriedad y cruzándose de brazos continuó—: Señorita White, este no es cualquier instituto barato de barrio, en donde entra cualquier... —Hizo una pausa, intentando buscar una palabra adecuada para su discurso. —Lame botas, esta es una de las academias más prestigiosas en toda España, ¿Comprende?

Tragué en seco, apenas pudiendo asentir.

—Esto es "Hastings Royal Academy" una academia para estudiantes prestigiosos, no para perezosos.

Por un lado, la maestra Carmina tenía razón, estudiar en Hastings Royal Academy era un gran privilegio, no todos calificaban para estudiar allí, incluyéndome a mí misma. Por la única razón que era aceptada en dicho instituto era por los miles de euros que mis padres invertían, porque de lo contrario ni siquiera calificaba para recibir una beca, yo era el claro y concreto ejemplo de una estudiante mediocre, lo mío era vivir de la monotonía.

—Y me temo que tendré que citar a sus padres. Nuevamente —prosiguió de vuelta a su escritorio—. Sus calificaciones van de mal en peor, no veo cambio ninguno en su actitud y postura como estudiante de esta academia.

Lancé mi mirada al suelo sin más remedio que continuar escuchando su sermón, y sin hacer reproche alguno me mantuve en silencio como todo el resto del salón de clases.

Unos minutos más tarde el alarmante sonido de la campana resonó por todos los pasillos del ilustre instituto, dándonos el rutinario aviso de que era hora del almuerzo, en lo que al poco tiempo todos se habían levantado de sus asientos desplazándose hacia la salida, dejándonos a Arianna y a mí a solas con la Sra. Carmina, mientras que yo me preparaba para salir junto con mi amiga.

Enamorada Del Peligro {Libro 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora