Capítulo. 8 | El juego no termina aquí...

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Antes de empezar les recomiendo que se acomoden y tengan algún refrigerio para leer; Porque santa no soy y este capítulo tampoco jejeje. ¡Besos! 🤭❤️⚡

 ¡Besos! 🤭❤️⚡

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Audrey White.

A veces un poco de curiosidad no hace daño.

A veces jugar con el alcohol y universitarios no es un riesgo a tomar.

Pero... ¿Saben lo que realmente es un riesgo? ¿No? ¿Sí? Fantástico, porque yo soy el claro ejemplo de esa acción, en una habitación de huéspedes, ebria y con un extraño acariciándome el clítoris.

Así que por favor, nunca hagan todo lo que yo hice esa noche

22:30 PM - España, Madrid.

Me abalancé con apuro sobre el borde de la sólida y resistente mesa de noche que tenía en frente, estuve a punto de quebrantar la brillante lámpara estribada en la mesa, mientras que un apurado y lógico pensamiento en mi cabeza me gritaba «¡Esconde la carta, esconde la carta!», y créanme que esa vez si le hice caso a mi irrazonable conciencia. Me impacienté aún más cuando escuché a Anna girar el picaporte de la puerta para entrar, tomé el sobre con rusticidad y lo deposité en el primer cajón.

—Audrey, estás... ¿Bien? —Interceptó. Anna había logrado acceder a la habitación, en su rostro pude notar lo confundida que se encontraba, su ceño se marcaba cada vez más, intentando comprender que hacía encima de la mesita de noche.

Detrás le seguían Arianna y Chloe, quienes mantenían la misma postura incomprensible, ambas hermanas me observaban con inquietud en busca de una respuesta.

¿Qué? ¿Ya hoy en día no se permite la paz encima de una mesita de noche?

—Justamente eso iba a preguntar, pero... —Vocalizó Arianna, a la misma vez que me examinaba con intriga. —Prefiero no saber que pasó aquí.

Me apoyé aún más en la mesa, intentando actuar de manera natural, en lo que me preparaba para articular alguna mentira.

—Descuiden, no ocurre absolutamente... —Algo me interrumpió. Claro que algo me debía interrumpir. Porque si no lo hacía, ese momento no iba a ser muy Audrey de mi parte.

El escandaloso ruido de numerosos cristales quebrantándose resaltó, alterándome por completo. Permanecí inmóvil durante unos segundos asimilando lo recién ocurrido: La fina lámpara de tonalidad rosácea estaba hecha pedazos en el suelo, el lugar de la escena era un completo caos, los cristales fragmentados y las piezas de lo que antes era una delicada lámpara reposaban en el suelo. Mientras que yo solo estaba ahí, sentada, admirando el desastre que había ocasionado con un distraído y simple movimiento.

—Sí, eso vemos. Todo va de maravilla. —Después de casi un eterno silencio, Chloe habló. Su tono de voz fue neutro, mientras que examinaba cada una de las piezas destrozadas en el suelo.

Enamorada Del Peligro {Libro 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora