Capitulo . 5 | Mentiras y Verdades.

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Audrey White.

Sus palabras aún hacían eco en mi cabeza.

«Tu culo... Ese es el único precio válido aquí»

Cada vez que evocaba sus palabras toda mi armonía se esfumaba, por un lado, el rencor me carcomía mientras que por otro la vergüenza corroía en mí y lo único que me quedaba para disimular aquel sentimiento era continuar consumiendo alcohol. Era vergonzoso recordar como todos me observaron en aquel momento, mis mejillas ruborizadas no pudieron con tanto obligándome a aferrarme a la única opción que tenía en ese instante: Retirarme sin refutar ni media palabra.

«Tu culo... Ese es el único precio válido aquí»

Agh... ¡Maldito gilipollas!

Yo había regresado a mi mesa, con una expresión irascible y la mismísima cara de culo que sabía poner en ese tipo de ocasiones, había decidido ordenar una botella de tequila, para disimular la rabia que tanto contenía en mi interior, mientras que el mismo resentimiento continuaba en mí.

Todos disfrutaban plenamente del jubiloso ambiente, las risas eran incesables y contagiosas, en cambio, yo me encontraba aislada en una mesa, sola, trasegando licor como una alcohólica desquiciada, acompañada únicamente de la frágil botella de tequila que se encontraba a mi lado.

—¿De mal humor, ojitos bonitos?

Escuché con claridad una voz grave y ronca detrás de mí, quedé inmóvil unos segundos intentando reconocer aquel bufido.

Era una voz bastante similar.

—Te ves muy molesta. —Volvió a hablar y esa vez lo reconocí de inmediato.

Me volteé con un sentimiento de incomodidad y aborrecimiento, intentando disfrazarlo en tolerancia, encontrándome con el mismo joven de hacia unas horas. Sus ojos azabaches mostraban una extraña intensidad, como de costumbre su sonrisa continuaba intacta, mientras que sus labios conservaban con ese ligero brillo que daban a relucir lo bien hidratados que se encontraban.

Se aproximó a la mesa donde me encontraba y luego de observar una de las sillas a su lado, tomó asiento frente a mí.

—No, no lo estoy —Mentí depositando la botella de tequila con gran agresividad en la mesa—. Solo me molesta que estés en mi mesa.

Me miró con diversión durante unos minutos, el extraño y profundo aroma de su colonia se coló por mi nariz, fue inevitable fingir que no me agradaba ese aroma.

—¿Acaso no entiendes? —Impugné de manera detestable al no recibir ninguna repuesta de su parte.

—¿Entender qué? —Su actitud pasó a ser un poco más vacilante y provocadora, sabía que fingía no entender mi referencia.

—Entender que quiero que te "largues" de mi mesa —Refuté utilizando y recalcando la misma palabra que Thiago había utilizado conmigo para echarme del segundo nivel.

Pero... ¿Por qué hacía eso con él?

Sencillo.

Él también formó parte del grupo de chicos que se burlaron de mí cuando Thiago me echó del segundo nivel.

Una ligera risita se escapó de sus labios, mantuvo una firme compostura al mismo tiempo que abría la boca para hablar, —Lo que ocurrió entre tú y él, no fue mi culpa, tampoco mi intención... Entiéndelo.

—Claro... Me imagino que tampoco fue tu intención reírte y burlarte de mí con el resto de tus amigos, ¿O sí?

Su sonrisa creció aún más al notar lo rencorosa y resentida que me encontraba.

Enamorada Del Peligro {Libro 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora