Capitulo. 22 | Masquerade.

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Audrey White.

Imagina estar en una ceremonia rodeada de creadores de contenido, modelos y más figuras públicas, donde lo único que se siente en el ambiente es la rivalidad y el ego de cada uno de ellos, donde todos creen ser mejores al resto. Ese era mi caso.

Me localizaba en medio de las celebridades más destacadas de toda Europa, mientras que, de mi parte

Esa noche lo único que quería era relajarme y tener todos mis pensamientos alejados de él, pero fue casi imposible. No podía dejar de pensar en Thiago y en las falsas acusaciones que le hice.

Era increíble la metamorfosis de odiarlo a no poder dejar de pensarlo.

Me atemorizaba la idea de estar enamorada. Estaba consciente de que enamorándome de Thiago solo iba a perder el tiempo, siempre pensé que hombres como él eran cómplices del diablo para incitar a personas como yo a degustar la lujuria y la pasión

—¿Una noche difícil?

Un cigarrillo consumido cayó sobre mis zapatillas, lo examiné por un instante hasta percatarme del hombre que se estaba frente a mí. Tenía una amplia sonrisa y un color de ojos muy inusual, parecía llevar puestos lentes de contacto.

Exhalé dictaminando internamente si era buena idea responder, pero antes de que pudiese decir alguna otra cosa él continuó:

—Lo siento —Descendió lentamente recogiendo su cigarro sin apartar su mirada de la mía. Sus ojos impartían una fría e infame mirada a quién sea que los enfrentara.

—No te preocupes, todo está en orden —aseguré tímida cortando el incómodo contacto visual.

—¿Todo en orden? —vaciló.

—Sí, en orden.

Volvió a dejar caer el cigarrillo en mis zapatillas. Nuevamente, lo miré esperando una explicación, pero en vez de eso solo recibí una jocosa sonrisa.

No sabía quién era o por qué estaba actuando de esa manera, aunque lo que si había notado era su insistencia en llamar mi atención.

Levantó otra vez el cigarrillo sonriente, quise ignorar el suceso, más no pude.

—¿Cuál es tu problema?

Aparentaba estar sereno, sin que nada le importase.

—Tú —respondió con sencillez.

Se sentó a mi lado ocupando el asiento de Ryan.

—¿Estás demente? —Juzgué. —Ni siquiera te conozco.

Amenazó en dejar caer nuevamente el cigarrillo en mis zapatos, sin embargo, no lo hizo. —Tienes razón, no me conoces... Lo divertido es que yo a ti sí, mucho más de lo que me gustaría.

Sujeté mi cartera y rápidamente me levanté de la mesa, alejarme del insistente extraño era un buen plan, me empezaba a incomodar estar a su lado.

—¿Qué haces?

—¿Acaso no es obvio? —bramé. —Intento alejarme de ti.

Soltó una pequeña carcajada. Recordé la noche que Ryan y yo nos conocimos, eran los mismos antecedentes, por lo que ya sabía cómo iba el juego.

—Eso es imposible —confesó.

Lo más preocupante, además de sus palabras, era saber quién se encontraba detrás de esa sombría mascara y lentes de contacto. Hice un esfuerzo por tranquilizarme, no quería demostrar vulnerabilidad.

Enamorada Del Peligro {Libro 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora