Capítulo. 20 | ¿Por qué me haces sentir así?

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Audrey White.

«¿Por qué me haces sentir así, Ryan?

Esa pregunta no deberías hacérmela a mí, sino a él». 

  ♪ ♪ ♪

Esa noche era el Masquerade, la fiesta anual que celebraba la agencia con los integrantes del elenco e invitados internacionales, su prestigio era algo que se extendía a través de revistas, redes sociales y noticias. Al rededor del mundo, muchas personas dedicadas al arte del modelaje deseaban poder ser parte de esta celebración, aunque no todos eran invitados.

—Solo cinco minutos y estoy lista —avisé a Ryan, quién estaba al otro lado de la puerta caminando de un lado a otro inquieto.

Me encontraba algo más calmada después de pasar la tarde a su lado, esas horas se resumieron en abrazos y agradables silencios admirando el atardecer a través del panorámico ventanal.

—Preciosa, solo tenemos diez minutos.

Ryan avisó con un ligero golpe en la puerta.

—¿Solo diez? —cuestioné a la ligera burlonamente—. Acostumbro a llegar siempre media hora tarde a todos los lugares.

Finalicé poniéndome la máscara plateada que tenía en manos, acompañé el momento con un profundo suspiro al mirar mi reflejo en el espejo. Me veía tan distinta, el deslumbrante vestido plateado iluminaba fulgente destacando mi sensual energía femenina.

Avancé hasta la puerta de la habitación lista para presentarme ante Ryan, a pesar de que me sentía preparada y a gusto de hacerlo, por otro lado, dudaba realmente de gustarle; Ryan se estaba convirtiendo en alguien importante en mi vida, empezó a preocuparme que pensaba sobre mí, hasta lo que decía.

Me había inspirado en una de las escenas de "50 shades of Grey" a la hora de decidirme por un traje para la noche. Toqué el pomo de la puerta insegura, temía decepcionarlo y que perdiera el interés de salir conmigo.

—Creo que ya estoy lista, Ry —notifiqué tímida al momento que giré el pomo abriendo la puerta para salir de la habitación.

Ryan alzó ambas cejas al verme, sus ojos me escanearon sorprendidos de arriba hacia abajo.

—¿De qué ángel caíste? —musitó burlón guiñándome un ojo—. Porque pareces un jodido cielo.

Hundió sus manos en su pantalón como si estuviera en busca de algo en específico. Estaba nerviosa, veía sus líneas faciales atenta en busca de un lenguaje corporal claro y sincero.

Sonreí sonrojándome—: Ya basta, Ryan.

Me sentí desmerecida de toda la atención y el cariño que él me dedicaba.

—Creo que no era así el chiste —confesó en una carcajada sacando una pequeña cajetilla de color rojo de sus bolsillos con una dulce sonrisa—: Debo entregarte algo.

Miré sus ojos esperando una respuesta

Fruncí el ceño al verlo titubear mientras que abría la pequeña caja que tenía en sus manos, el resplandor de un diamante zafiro acaparó mi atención al instante, el destello del collar de oro que recién sacó de la caja era deslumbrante.

—¿Puedo ponértelo...? —Solicitó nervioso.

5.999.00 euros. Eso valía el collar que no podía aceptar, era el detalle más gratificante que había recibido esa noche, puesto que, era difícil aceptarlo de su parte. Aún no me explicaba ciertas cosas que había notado en Ryan, como su celular, que era él más deteriorado y que aunque intentara disimular me había percatado de que había dejado la etiqueta en su traje como si estuviera pensado en regresarlo.

—Es del mismo color que tus ojos —añadió en un tono dócil, sacándome de las mil teorías que tenía en mente.

Solté una bocanada de aire, por cierta parte eso me ponía de una manera extraña, nunca antes un chico me había obsequiado un collar de diamantes.

—¿Por qué me haces esto?

—¿De qué hablas? —habló ingenuo.

Di un paso al frente en busca de una de sus manos libres, perdida en el intenso brillo de sus ojos, tomé su mano derecha y con un ritmo cardíaco disparado posé la palma de su mano en mi pecho, justo donde estaba mi corazón.

—Esto... ¿Por qué me haces esto?— jadeé sin poder dejar de mirar sus oscuras y encantadoras esferas. —¿Por qué me haces sentir así, Ryan?

—Esa pregunta no deberías hacérmela a mí, sino a él.

«Él».

Su sonrisa tímida fue el regalo más sincero y agradable que pude recibir esa noche. Me puse de puntillas acercando mis labios a un lado de su mejilla, deposité un tierno beso que hizo que su sonrisa destacara aún más.

—Gracias, Ry.

—¿Por qué?

—¿Por qué? —repetí su pregunta repasando mi respuesta—. Por todo lo que has hecho por mí. Gracias por tanto, Ry, me has dado mucho más de lo que alguna vez esperé.

—Ry... —repitió risueño. Pareció agradarle el apodo que recién le había asignado, sonreía como un niño conteniendo su gran felicidad, sus hoyuelos eran como una dulce trampa a la que debía resistirme.

—Creo que es hora de irnos —sugerí retomando mi postura antipática y melancólica.

—Antes... Quiero pedirte algo —sostuvo el collar con fuerza, envolviéndolo con su puño—, y siendo sincero... Quisiera recibir un sí como respuesta, aunque tal vez no sea así.

Permanecí callada y curiosa durante esos segundos en espera de su petición.

—Audrey White, ¿aceptas este collar como un preciado obsequio, el cual cuidarás en las buenas y las malas?

—Ryan, lo lamento, pero...

Quise negarme a su pedido, pero no me permitió terminar.

—Por favor, es muy importante que lo tengas tú.

—Es muy costoso, Ryan — repliqué. Esa fue la respuesta más hipócrita que mis labios pudieron alegar, era más que obvio que aquello no era una preocupación para mí.

Un ligero sentimiento de placer recorrió mi estómago cuando se detuvo frente a mí—: Preciosa, lo único que me importa es que tú lo tengas.







Enamorada Del Peligro {Libro 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora