Capítulo. 23 | El lugar perfecto para esconderme.

23.2K 1.6K 298
                                    

Audrey White.

Un paño húmedo en mi frente y un caldo de pollo pudo ser lo mejor de mi mañana, pero la resaca y el olor impregnado a vómito se apoderó de mis sabanas para darme todo lo contrario.

 Eso sí que fue desagradable.

—¿Te sientes mejor? —La voz de Jhoanna me tomó por sorpresa. Ese fue otro aborrecible momento debido a que esa mañana estaba hecha un desastre.

—No lo creo —suspiré agotada.

—Opino que te sentirías mejor si tomas una ducha y cambiamos esas sabanas —sugirió Ryan avanzando hacia mí con una toalla.

Era una mañana difícil, después de tremenda borrachera que nos habíamos pegado la noche anterior tenía ganas de quedarme como una pegatina adherida a la cama.

Eran las cinco y media de la mañana, era una hora justa para empezar a prepararme para el trabajo de ese día con la agencia y el elenco, únicamente que mi energía no me lo permitía. Tampoco entendía mucho de lo que sucedía a mi alrededor, solo recordaba estar con él... con Peligro. Luego todo fue confuso.

—¿Cuántos minutos tengo para regresar...? —pregunté algo ebria aún.

Intente levantarme de la cama, pero Jhoanna me lo impidió.

—¿De qué hablas? —Pasó su mano suave por mi cabello—. Hoy debes reposar, intentar mejorarte y estudiar.

Por momentos olvidaba que además de trabajar también debía estudiar.

Debía conectarme a mis clases virtuales después de terminar mis secciones junto al elenco. La revista tenía bastante demanda y debía estar lista para una fecha límite, era por ello que teníamos que trabajar sin cesar, sometiéndonos a largas horas de preparación con makeup, fotos, entrevistas y demás.

—Nada de trabajo por el día de hoy.

Escucharla fue como tener una sobredosis de dopamina en mi sistema, pero debido a lo débil que me encontraba no tuve más remedio que ofrecerle una tímida sonrisa de boca cerrada en agradecimiento a su comprensión.

Ryan depositó un beso en mi mejilla para despedirse.

También te quiero, Ry —correspondí somnolienta a su beso.

Cuando se trataba de Ryan buscaba energía de donde fuese para responder a cualquiera de sus afectos.

—Yo mucho más —dejó un beso mucho más húmedo en mi otra mejilla. —Más tarde vendré a ver como sigues.

Minutos después escuché la puerta, dándome a entender que se habían retirado y estaba sola. Volví a cerrar mis ojos, mi cabeza palpitaba adolorida después de la noche tan intensa que había experimentado.

Agotada me preparé para continuar durmiendo acomodándome en la suave almohada de plumas, pero justo antes de poder reconciliar el sueño mi teléfono empezó a vibrar. Estaba casi segura que se trataba de la alarma que siempre programaba para esa misma hora, pero cuando lo tomé y encendí la pantalla me di cuenta de que era una llamada de Arianna.

Extrañada respondí su llamada.

—¿Hola?

—¡No lo voy a creer hasta que me lo digas tu misma! —Chilló a través de la línea telefónica.

Fue un chillido molesto, pero bostezando intenté comprender lo que mi amiga acababa de decir—: ¿Qué no me vas a creer hasta que venga afrodita? ¿Eres consciente de tus palabras, Arianna?

—¡No boba! Te digo que no lo voy a creer hasta que me lo digas tu misma.

—Ahh... Espera un momento —reaccioné. —¿De qué hablas Ari?

Enamorada Del Peligro {Libro 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora