Capítulo 9

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A partir de este momento no se tomará en cuenta ninguno de los arcos de BNHA.

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Estamos en el gimnasio, haríamos una estúpida prueba de dones como la primera vez. Kirishima estaba a mi lado y no dejaba de hablar sobre lo emocionado que estaba de que saliera la nueva temporada de Vida real, no podía negar que yo tan bien estaba ansioso, quería saber que es lo que pasó con esa estúpida pandemia y si ella volví a su vida normal.

Deje de prestarle atención cuando paso una figura que reconocería al instante, estaba vestida con el uniforme de la U.A, abrí mis ojos algo conmocionado.

— ¡OE (T/N) VEN AQUÍ! —Grite furioso, estaba apunto de ir a explotarle el rostro por no hacerme caso cuando mi muñeca fue detenida por el pelos de mierda— ¡¿Que mierda haces?! ¡¿No ves que tengo que ir con (T/N)?! —Él me miro dudoso y con algo de miedo.

— Bakugo, ahí no hay nadie y todos nos están viendo.

Dirigí mi mirada a donde se suponía que estaba ella y de nuevo tenía razón, no había ni rastro de ella; mire de reojo a los bastardos de mi clase, todos tenían puestos sus ojos sobre mi.

Deje de prestarle atención al mundo, me cerré en ni burbuja para pensar en lo que había pasado hace tan solo unos segundos; mire mis manos y las apreté con fuerza confundido, volví mi mirada hacia mi clase, hice una muñeca de disgusto antes de volver a prestar atención y olvidar lo que había pasado.

Después del entrenamiento no dije nada, simplemente fui a los vestidores, me quite mi traje y fui directo a encerrarme en mi habitación como llevaba haciendo hace una semana; me deje caer en mi cama mirando el techo. Solté un grito de frustración acompañado de mis lágrimas, mi mandíbula se tenso para tratar de callar mis intentos de volver a gritar con fuerza.

No tenía la menor idea del porqué lloraba de esa manera; de un momento a otro me sentí tan vacío y perdido como una gota en el mar, sentí la necesidad de que me abrazaran con fuerza pero no cualquiera, si no, un abrazo de ella. Poderla rodear con mis manos, acariciar sus curvas con la yema de mis dedos y hundir mi rostro contra su cuello; apareciendo su delicioso aroma.

—¿Katsuki?

Levante mi mirada, la cual debía estar inundada de lágrimas; mi labio inferior tembló, no se si de ansiedad o felicidad. Me levante con brusquedad y por impulso me fui contra ella, cayendo ambos en el piso; tenía mi cara oculta entre su pecho, mientras lloraba como un niño pequeño, me aferraba a su cuerpo con miedo de que fuera a desaparecer.

—¿Oye estas bien? —La preocupación de hizo presente en su voz.

—¡No me abandones! —Grite lloriqueando, un inminente miedo recorrió cada espacio de mi cuerpo— ¡Cambiare pero no me dejes!

—¡¿Katsuki de que hablas?!

Simplemente me limite a llorar, no sabia que pasaba; pero algo me decía que dentro de unos meses no la volvería a ver a menos que tomará mala decisiones. Sus dedos se enredaron con suavidad en mi cabello, levanto lentamente mi cabeza y me hizo verla; sus ojos (___) estaban brillando con intensidad, su cabello se movía libremente por culpa del viento; una clara mueca de preocupación de inmediato apareció en su rostro.

—¿Katsuki que sucede? —Bajo una de sus manos a mi mejilla y la acaricio con delicadeza.

—No lo sé —Me miro confundida— Algo raro esta pasando, te he visto esta semana en lugares de U.A, me llegan mensajes de un juego otome que ni existe y ahora todos me ven como un bicho raro.

—¿Por qué? —Negué mientras varias lágrimas caían por mis mejillas.

—¿Crees... Que me volví loco?

Ella no dijo nada, solo me observó; pensé que ella me iba a decir que si, que me había vuelto un demente, que había perdido mi jodida cabeza, pero ella solo su otra mano y acaricio mis mejillas con dulzura, quitando todo rastro de lágrimas.

—Cuerdo o desquiciado siempre estaré aquí —Le sonreí— ¡Siempre estaría aquí en tus sueños! No importa que suceda siempre estaré aquí para ti.

Sin evitarlo, la bese; estampe mis labios con los suyos, mis manos fueron a parar a sus mejillas y la sostenía con firmeza. Por ahora no quiera despertar.

La dueña de mi sonrisa (Bakugou X lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora