Capítulo 25

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Capítulo 25.

“¿Morir y vivir en una fantasía? O ¿vivir y seguir con una gran agonía”
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—Señora Bakugo —Llamó el doctor encargado del rubio.

—¿Si? ¿Paso algo? —Preguntó alarmada.

—No, No—Negó abrumado— Pero, debemos hablar seriamente.

La rubia le miró preocupada, ¿Que le dirán ahora? Se preguntó, estaba nerviosa, había pasado un mes y medio desde que su hijo estaba internado en el hospital, sin señales de quererse despertar, sin dar una mínima luz o posibilidad de que se pudiera salvar.

El doctor al ver que la mujer no se encontraba en estado óptimo, prefirió dar media vuelta y volver luego; Mitsuki Bakugo abrazo a su esposo llorando, como lo había hecho en todo ese tiempo, estaba tan dolida con lo que ocurría con su hijo que se descuido, sus ojeras crecieron al igual que el hoyo en su corazón, sus apetito desapareció junto a las ganas de vivir y su bienestar se fue a la basura, como la vida de su hijo en esos instantes.

—Masuru me arrepiento de haber firmado ese estúpido permiso —Le confeso desecha.

—Mitsuki... —Susurro, abrazándola— Katsuki estará bien, ten fe —la acerco más a él «Ten la fe que yo ya deje de tener» pensó, reteniendo sus lágrimas.

—Señor y Señora Bakugo —Ambos levantaron las miradas.

La sangre de la rubia estaba comenzando a hervir, como era posible que él se viera tan bien, tan indiferente ante la situación tan devastadora; le miro con odio, ambos se encontraban en un mal momento, no querían hablar con el profesional que le arruino la vida así hijo, solo porque él pensaba que era lo mejor.

—¡¿Que quiere?! —Cuestiono de forma hostil.

—Pedir disculpas... —Susurró, sin quitar su ceño apenado.

—¡¿Pedir disculpas?! ¡¿Pedir disculpas?! —Gritó molesta y al borde de las lágrimas— ¡Hiciste  que perdiera a mi hijo! —Reclamo llorando aferrada a su esposo.

—Lo lamento mucho —Dijo apenado el psicólogo.

—Por favor vayase y respete nuestro dolor —Pidió con educación el padre del rubio, al cual ganas no le faltaban para golpear al zoquete que tenía enfrente.

[...]

El rubio estaba sentado en tu cama, tenía una guitarra acústica, la había conseguido en una subasta a la que fue sin ti; que por cierto no sabía cómo había conseguido ganar, aun no se daba cuenta que aquello sólo era un sueño y no era real. Katsuki comenzó a tocar la guitarra con una sonrisa, mirándote con ternura.

Vengo del futuro —Cantó— Para decirte que estamos juntos —Le miraste divertida negando— y que lo nuestro a válido cada esfuerzo —Bajo la mirada a la guitarra un poco sonrojado— y que te sigues viendo espectacular.

¡Bakugo ya basta! —Pediste riendo, haciendo que él tan bien lo hiciera.

La más pequeña tiene ese brillo que tienen tus ojos y ahora está por empezar a caminar —Siguió cantado con su corazón, cerrando sus ojos dejándose llevar por la canción— y su sonrisa se apodera de mi vida...

—¡Que dices! —Exclamaste, tirándole una almohada.

—¡Hey! —Reclamo riendo— ¡Te estoy cantando una serenata y así te pones!

—Si me ibas a cantar hubieras puesto una pista de Bad Bunny —Dice divertida, levantándote de la cama— ¡No mas Bad Bunny de hielo eh eh! —Cantaste moviendote de lado a lado.

El rubio no tardo en estallar en carcajadas, si que podías hacerle el día con alguna de tus estupideces u ocurrencias, no había día que no soltara una risa sin que tu la provocaras, justo como ahora que te veía imitando pobremente al cantante de Trap.

—¡Cherry tiene un culo de-demasiado grande! —Gritaste y justo antes de que se te ocurriera menear el trasero, el rubio te lanzó la almohada haciendo que te callaras.

—¡Ya! —Pidió entre risas.

Al final terminaron ambos carcajeandose sobre tu cama, el rubio no paraba de sentirse feliz estaba viviendo el sueño que siempre tuvo, la fantasía que siempre deseo hacer realidad; cuando su estrepitoso ataque de risa acabó, se acercó a ti, abrazándote con una pequeña sonrisa.

—Espero esto nunca acabe —Le miraste preocupada, pero aun sin el valor suficiente para decirle la verdad.

[...]

Ahora mismo, los padres del rubio en el pasillo junto al doctor que se encargaba mantener con vida a su hijo; ambos estaban nerviosos y no podían evitar sentí que algo malo se aproximaba, algo que definiría si su heredero vivía o moría.

—Señor Masuro y Señora Mitsuki —Comenzó— Como saben, su hijo a estado más de un mes en terapia intensiva y por más que usemos Quirk's este no tiene la mínima intención de despertar —Los ojos de la rubia se cristalizaron— Deben tomar una decisión, dejarlo quien sabe cuando tiempo más en estado de coma o...

—¿O? —Preguntó con cierta esperanza la pareja.

—O desconectarlo y dejar que su cerebro muera lentamente...

La madre del rubio volvió a romper en llanto, ocultado su cara en el cuello de su esposo, buscando algún consuelo, algo que le ayudara a que el dolor fuera, pero lastimosamente eso no era posible, no había consuelo, patilla, droga u alcohol, que le ayudara en esa situación.

—¡Por favor doctor debe haber otra solución! —Exclamó el castaño, casi en el mismo estado que su esposa.

—No, no hay más opciones.

—Pero.. Pero debe haber algo más —Suplico la rubia, estaba desecha y destrozada.

—No, de verdad lamento informarles, que no ya no hay nada que hacer —Informo el medico retirándose, con mucho pesar.

—¡No, mi hijo! —El mundo de ambos padres se vino encima— ¡MI hijo no!

Chilló la rubia entre sollozos y jadeos, estaba en un estado de negación muy profundo, pero sabía que debía tomar la decisión, si prologaba su sufrimiento un par de años más o acaba con todo aquello de una vez sin pensar en nada más que el descanso eterno de su hijo.

[...]

Estabas nerviosa y te sentías culpable, sentías como la actividad cerebral del rubio disminuía; era ahora o nunca, esto era verdaderamente cuestión de vida o muerte, miraste al rubio con determinación y algo de miedo.

—Katsuki —Llamaste.

—¿Si? —Te miro enternecido.

—En realidad estas muriendo, estas en estado de coma, si no despiertas pronto, morirás —Soltaste sin mucha delicadeza.

La dueña de mi sonrisa (Bakugou X lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora