La dueña de mi sonrisa (Bakugou X lectora)

Capítulo 11

Habían pasado dos meses exactos desde que descubrí que eras un personaje de anime, sueño varias veces contigo a la semana, pero estos últimos días no te has parecido. Estaba cansado.

Por alguna razón me habían salido ojeras y mi cara estaba algo demacrada debido al sueño, a veces podía sentí mis ojos pesados, tenia ganas de dormirme en medio de la clase; igual estaba muy aburrida. Después de aguantar dos horas de inglés toco entrenamiento físico, me puse el uniforme y salimos al gimnasio.

Estamos haciendo práctica de rescate, teníamos que escalar una pared y tocar la campana que estaba sujeta al techo, luego aparecía un maniquí, debíamos bajarlo como si fuera una persona herida, claro no podíamos usar nuestros quirk's; era mi turno, al llegar a la mitad mire sobre mi hombro el lugar. Gire mi cabeza rápidamente al verte sentada sonriendo y algo alejada de nosotros, sonreí.

—¡T/N! —Grite tratando de llamar tu atención.

—¡BAKUGO!

Por despiste pise mal y termine cayendo, no puede reaccionar a tiempo, cuando sentí que mi espalda chocaba con fuerza contra el suelo; se me escapo un grito de dolor y la respiración se me corto, inhalaba aire con fuerza, mi vista se hacía borrosa y los gritos de los extras se disipaban con los minutos.

—Que patético

Susurré para mi mismo, que estúpido fui en ese momento; como no pude evitar caer como un idiota, después de dejar de escuchar, todo se volvió negro.

Narradora.

Todos los alumnos de U.A miraban con preocupación al rubio que era llevado a enfermería, estaba demasiado distraído aquellos días y todos sabían que eso pasó después de ver el anime. Izuku Midoriya estaba preocupado por la actitud tan cambiante que tenía su “amigo”

Mientras el peliverde murmuraba incoherencia para algunos y estupideces para otros, en la enfermería, Recovery Girl examinaba con atención al rubio; le miro detalladamente.

Bajo sus ojos unas profundas y oscuras ojeras adornaban su mirada, su pecho subía y baja con cierta dificultad, a veces balbuceaba tu nombre para luego sonreír; aquello no le gustó para nada a la viejesita de baja estatura. Algo desconfiada de su diagnóstico mando a llamar a varios de sus compañeros para que le explicaran el comportamiento del rubio.

—¿Sucedió algo Recovery Girl? —Ella asintió ante la pregunta del pelirrojo.

—Quiero saber como se ha comportado el joven Bakugo estos días —Los cinco alumnos presentes se miraron en silencio, dudando entre decirle lo que habían visto o mantener su boca cerrada— ¿Y bien?

—Él a estado actuando extraño —Confesó, el rubio con un rayo negro en su cabello.

—¿Extraño? —Murmuró— ¿Extraño como?

—Pues...

En ese momento un pequeño sollozo se escucho por parte del rubio, los presentes pasaron a mirar al cenizo; las lágrimas se escapaban a borbotones de sus ojos, arrugaba levemente su nariz y balbuceaba.

—(T/N)... No... No me dejes —Murmuró haciendo un puchero con sus labios.

—¿(T/N)? —Se preguntó desconcertado el peliverde.

—¿Quien es (T/N)? —A los cinco les dio un escalofrío por la pregunta— Hablen niños.

El peliverde solo miraba el piso murmurando, el de sonrisa y cabello puntiagudo se hacía el desentendido, el rubio con un rayo negro en su cabeza miraba las paredes como si fueran lo más interesante que vio en su vida, solo había dos chicas que estaban dispuesta hablar; Momo Yaoyoruzu la vicepresidenta de la clase y Mina Ashido.

—(T/N) es un personaje de antiguo y reconocido anime —Aclaró la de cabello negro— Es la segunda personaje principal —La viejesita arrugó su entrecejo disgustada.

—¿Hace cuanto vieron eso?

—Exactamente vimos el anime hace cuatro meses, pero luego hace dos meses salió la quinta temporada y la estamos viendo —Hablo la chica de iris amarillentos.

—Desde que el joven Bakugo vio eso, ¿surgió el cambio? —Todos asintieron, eso alertó más a la ancianita— por favor que me equivoque...

Murmuró preocupada con el diagnóstico que pensaba sacar, apenas despertara el rubio debía hacerle una serie de preguntas y dependiendo de su comportamiento, además de coherencia, ella vería si sus sospechas eran ciertas o se equivocaba; ella rezaba para que fuera la segunda opción.