—¡(T/N)! —Grite tu nombre corriendo detrás de ti.
Mis pulmones ardían con cada nueva respiración, mis ganas de detenerme y mandar todo a la mierda eran más frecuentes; mis lágrimas salían sin mi permiso de mis ojos y yo simplemente no podía dejar de correr detrás ti, con cada paso te veía más lejana, por más que tratará de llegar a ti no podía.
—¡(T/N)! —Te volví a gritar dolido.
Apreté mis puños y seguí corriendo detrás de ti, tu ni siquiera te giraste a mirarme; corrí más rápido al ver que te alejabas y perdidas de mi campo de visión, mi pecho quemaba, cuando no pude dar un paso más me deje caer arrodillado, llorando, dejando escapar mis jadeos y sollozos frustrados.
—¡Lo lamento! —Grite— ¡lamento no poderte darte todo lo que soñamos, lamento no poder hacerte reír, lamento hacerte llorar, lamento no poder despertar a tu lado todas las jodida mañana! —Deje escapar un grito frustrado, apretando mis manos hechas puños sobre mi pantalón con fuerza— ¡Pero por favor no me dejes! —me coloque en posición fetal, mis lágrimas no dejaban de salir y yo simplemente me quería morir— por favor no me dejes en el olvido, por favor no me abandones... Por favor no te vayas...
Susurré llorando, mi pecho dolía demasiado, ¿Que había hecho mal? ¿Por qué te alejaste repentinamente de mi?, una y otra vez me estaba repitiendo que era mi culpa, ¿Acaso fue mi actitud? ¿Fue mi forma de ser? ¿Acaso solo te decepcione? ¿Por qué te alejaste?...
[...]
Desperté alterado y llorando, este había sido uno de los peores sueños había tenido en toda mi vida; busque con mi mirada el reloj y mire la hora, eran las dos de la madrugada. Asustado y sudando tome mi celular, tenia un mensaje extraño nuevamente.
“—Los sueños a veces pueden hacerse realidad, pero siempre será a costa de lágrimas y sufrimiento, mientras más cerca estés de conseguir aquello que anhelas, la sensación de estarte ahogando y no ir a ningún lado se hace presente, encadenandote en lo más profundo de la oscuridad, para que te rindas, pero es cuando más debes correr y luchar, para conseguir aquello, que te da felicidad....”
Me quede mirando el extraño mensaje y tenia razón, mientras más pasaban los días, peor me sentía, me costaba respirar con normalidad luego de ir a terapias; mire la hora y aun era temprano así que preferí seguir durmiendo.
[...]
—Bakugo —le llamo Kirishima, mientras el solo le miro aburrido— ¿Estas bien?
—Claro que estoy bien, Eijiro —Le dijo suavemente mirando a la ventana.
—Bakugo, Midoriya se ha caído de las escaleras.
—Pues que vaya a enfermería.
Sin más el rubio tomo sus cosas para salir, mientras el pelirrojo tenía un clara mueca de preocupación, ¿Desde cuando le llamaba Eijiro y no se reía de las desgracias de Midoriya? Algo estaba muy mal, ese cambio no le gustaba para nada, la verdadera esencia del rubio se estaba perdiendo, sus ojos rubíes comenzaban a verse apagados, sin vida, sin un motivo aparente por el cual brillar verdaderamente.
Kirishima no estaba de acuerdo con que el rubio fuera a terapia, pensaba que le haría más mal que bien y efectivamente aquello es lo que estaba haciendo; tomo sus cosas y salió corriendo a la enfermiza de Recovery gril, entró apresurado mirando como la viejesita ordenaba algunos informes.
—Oh, joven Kirishima ¿Que se le ofrece?
—Recovery gril, vengo a pedirle que cancele las citas de Bakugo en el psicólogo.
—¿Por qué? —Preguntó sentándose en su silla, mirando al pelirrojo.
—¡Por qué está cambiando, eso es lo malo! —Exclamó preocupado— Bakugo ya no grita, ya no insulta, esta siempre tranquilo mirando la ventana... Ya no es Bakugo —Murmuró preocupado.
—Joven Kirishima tengo que decirle algo... Y espero esto no salga de aquí.
—¿Que pasa con Bakugo? —Esta vez el que se sentó fue el pelirrojo.
—Al joven Bakugo se le suministran sedantes, antidepresivos y somnífero en sus comidas —Abrió su boca por la sorpresa.
—¡Ustedes no pueden hacer eso! —Espetó molesto— ¡Están drogando a Katsuki!
—Joven Kirishima, el psicólogo que le asignamos al. Joven Bakugo, nos entregó el informe, detallando que era agresivo, prepotente y con una alta posibilidad de sufrir problemas de iras con violencia —El pelirrojo no dijo nada— El mismo psicólogo nos dijo que lo mejor sería hacerle tratamientos con pastillas, sin decirle a su amigo, de lo contrario se negaría y pondría mucho más agresivo, pudiendo representar un riesgo para la escuela y la ciudad.
—Pero ustedes le están quitando la integridad a una persona, todos sabemos que Bakugo puede ser un hueso duro de roer, pero eso no les da ningún derecho a drogarlo —Su voz expresaba clara molestia y desapruebo— Bakugo no necesita ser medicado contra su voluntad, mucho menos sin que el sepa lo que pasa en su organismo cuando le dan esas pastillas; todas las personas tienen un voz y un voto, deberían pedirle su autorización para ser medicado con todo eso —Apretaba sus manos hechas puños.
—Lo siento joven Kirishima, tenemos el permiso de su madre.
—¿Como la señora Mitsuki, va aprobar tal cosa? —Murmuró entre dientes— ¡Igual no es justo lo que le hacen!
—Nuevamente lo siento joven Kirishima, la decisión está tomada y hasta que el psicólogo del joven Bakugo no dicte la orden, de dejarle de suministrar las pastillas, deberemos darle las pastillas.
El pelirrojo se levantó enojado de la silla y salió de la enfermería, con una duda muy grande en su cabeza, además de un gran sentimiento de culpa dentro suyo, ¿De verdad, era bueno que a Bakugo lo drogaran para mantenerlo de esa manera? No, esa no era la solución, sonaba horrible lo mirara por donde lo mirara, se escuchaba asquerosa la solución que habían dando, solo para mantener a su mejor amigo calmado.
Nadie sabia porque el rubio cambió derrepente en tres semanas, estaba más callado y tranquilo de lo normal, un alivio para muchos de sus compañeros, ya no tenían que soportar aquellos gritos he insultos, porque el rubio se creyera el rey del mundo; comenzaban acostumbrarse aquella paz y ambiente menos pesado, lastima que no supieran la verdad del porqué ese comportamiento, lastima que no fueran capaces de ver más allá del exterior de aquel chico de ojos rubí y melena rubia ceniza.
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La dueña de mi sonrisa (Bakugou X lectora)
Hayran KurguSe enamoro de un alusión, de algo que no existía. Ella no era real solo aparecía en sueños, pero eso le bastaba a él para poder seguir luchando. Pero poco a poco una terrible verdad descubriría, luego de eso estaba seguro que no habría vuelta atrás...