Hace más de una semana había empezado las terapias, para mi era absurdo, no le veía la lógica en; sentarme, hablar de mis problemas y escuchar una estúpida solución. Pasee mi mirada nuevamente por el frío y algo tétrico consultorio de Kenaye, así se llamaba el psicólogo que me habían asignado.
Ciertamente no era para nada de mi agrado, desde que había empezado a ir con el, por obligación y mantener a flote mi teatro, más que nada; no había soñado contigo, tu ausencia en mis sueños era notable, tu presencia en mis fantasías ya no resplandecía. Después de cada consulta me sentía vacío, sin una parte de mi, como si algo importante hubiera dejado allí.
Detuve mis pensamientos al escuchar la puerta ser abierta, mire sobre mi hombro, suspire aburrido al ver quien era; tenía su típica bata blanca y sus gruesos lentes de pasta. Kenaye se acerco con tranquilidad, antes de sentarse en su silla delante de mi. Una sonrisa diminuta adornaba su rostro.
—Es un gusto verte de nuevo, Bakugo.
—Quisiera poder decirte lo mismo —Le sonreí con cinismo.
—¿Como has estado? ¿Bien?
—¿Tú que crees? —No habían pasado ni cinco minutos y la estupidez de Kenaye, ya me había hecho molestar— Vengo todas las malditas tardes a este consultorio, me siento hablar de mis estúpidos problemas, luego tu me das una solución y yo regreso como si nada. ¿A eso se le puede llamar bien?
El no respondió. Suspire molesto antes de cruzarme de brazos, mi teatro debía seguir; tire la poca dignidad que me quedaba en aquel momento y puse mi mejor sonrisa apenada, claramente falsa; si algo había aprendido de vivir en una casa con golpes, es fingir que nada pasaba.
—Yo... Lo siento, me ofusque —Kenaye me vio asombrado, Idiota.
—Bueno esto sin duda es un avance —Tomo nota de mi comportamiento, murmurando algunas cosas; Agh se parece al bastardo de Deku— ¿Como has estado con ese amigo tuyo?... Midoriya, ¿no?
—Kenaye, Deku no es mi amigo —Aclaré entre dientes— El solo es un estúpido que conocí en mi infancia y que seguimos en contacto, por la U.A, repito, no es mi amigo.
—Ya veo... —Siguió anotando— Ahora, había un tema que no quise tomar, pues no sabía como ibas a reaccionar.
—¿Aja? —Le mire raro.
—¿Te sientes frustrado por ser Gay? ¿De ahí viene tanta hostilidad hacia el joven Midoriya? —Si mi mandíbula no estuviera fijada a mi cráneo, estaba seguro que ahora mismo estaría tocando el piso.
—¡¿Pero que dices Kenaye?! —Grite histérico— ¡A mi no me gusta el bastardo de Deku! ¡Ni ningún otro hombre!
—¿Seguro? —Me miro serio— Según tu madre nunca te vio con alguna novia y nunca encontró ningún indicio de que te gustaran la mujeres —Ahora todo cobraba sentido— Según ella, era algo raro el no verte buscar revista de chicas a la edad de trece años.
—¡¿Esa bruja está loca?! —Respire profundamente, tratando de calmarme— Kenaye, puedo asegurarte, que me gustan las tetas ¿feliz? —No podía estar más avergonzado en ese momento.
—Pues como dije antes, es un gran avance.
Durante la siguiente media hora, se derivó en hacerme preguntas y hablar sobre cómo estuvo mi día; sinceramente no me gustaba esto de abrirme alguien que no fueras tú, menos si ese alguien se parecía al bastardo de Deku. Al finalizar la terapia, salí en dirección a U.A, como siempre; esta noche quería soñar contigo y ya sabia como o bueno, tenia una idea de que hacer para soñar contigo.
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La dueña de mi sonrisa (Bakugou X lectora)
FanficSe enamoro de un alusión, de algo que no existía. Ella no era real solo aparecía en sueños, pero eso le bastaba a él para poder seguir luchando. Pero poco a poco una terrible verdad descubriría, luego de eso estaba seguro que no habría vuelta atrás...