60. "Los destellos de tus ojos"

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Aryth le lanzó una mirada inquisitoria y negó con la cabeza - ¿Tenía siempre que ser tan caprichosa? - pensó para sí mismo

Kirana notó esa mirada y esos pensamientos necios e hizo un gesto de aprobación, se estaba encaprichando con ese muchacho…

-¡Yo pudiera tener al que quisiera Aryth... pero apenas lo conocí, supe que él tenía un alma apasionada, dispuesta a todo... necesito a alguien aquí, que me ayude, que sea mi todo! - exclamó Kirana extasiada.

-Él vino por Ida, a no ser que hagas algo - refutó su hermano.

-No puedo intervenir en sus designios... le he dispuesto trece días de nuestro mundo... si no lo logra - dijo Kirana tomando un reloj de arena, lleno de piedras preciosas que brillaban incesantemente y lo volteó, comenzando la cuenta - si no lo logra, ella se queda, y él también, pero conmigo.... y elevaré mis oraciones a las profundidades del averno, para que así sea....

Aryth volvió a sonreír - ¿Cuándo no había obtenido ella lo que quería? - murmuró - Pobre humano…

Draco por su parte, hacia el intento de buscar el alma de Hermione, pero lo que le dijera Lady Kirana era cierto, los pasillos con habitaciones, se hacían interminables, y no todas se podían abrir, en alguna ocasión veía escalones para otros pisos, pero cuando dudaba en subir, desaparecían y eso le daba temor ¿y si ya no podía regresar?

Pero tenía fe... fe en que la encontraría y hacía caso a su corazón, y<cuando éste le indicaba el camino que debía seguir entre los laberintos de pasillos y habitaciones.

Sin embargo, Hermione estaba en esos momentos, fuera del castillo, había ido a desechar un puñado de diminutas esmeraldas que cambiaban de color, en uno de los rosales, que de inmediato, las absorbieron, con la mirada perdida y como autómata, se encargaba de sacar algunos asquerosos bichejos que alcanzaban a llegar a las rosas.

-¿Tú eres Hermione? - preguntó de pronto una vocecita y ella se volvió, Hope estaba de pié, con su cabello largo, rubio y enrulado, parecia una muñeca de porcelana, en verdad, era una belleza de niña, claro, Hermione en ese trance, no parecía ni notar lo hermosa que era.

-No - respondió y volvió a sus quehaceres

-Ahora te llaman Ida - dijo la niña insistente y ella se volvió de nuevo, mirándola fríamente.

-Tengo trabajo que hacer, regresa con tu grupo... ustedes no deben estar aquí...

-Yo si puedo entrar - sonrió la pequeña mirándola con una especie de adoración y sus ojos brillaban con una encantadora chispa - ¿sabes? Eres muy bonita... Draco tiene razón al quererte de vuelta con él ...

-¿Draco? - preguntó la castaña

-El humano que vino por ti - dijo la pequeña

-No me iré con él - respondió Hermione - soy de este mundo, a él  no lo recuerdo...

-Pero lo puedes recordar - insistió Hope

-¿Cómo?

-Cuando cruces con él, el Lago de las Almas, rumbo a su mundo...

-Este es mi hogar ahora... si pongo un pie fuera, el mundo de Hades me espera y es terrorífico - dijo Hermione - no me iré de aquí

-¡Pero Draco te ama! - casi gritó la pequeña - Tienes que irte con él…

-Yo no sé lo que es "amar" - respondió la castaña - y tú tampoco - se dio la vuelta y regresó al interior del castillo, dejando a Hope desilusionada.

-¡A estas alturas yo tampoco sabré lo que es amar! - suspiró cabizbaja - ¡Tienes que convencerla Draco, tienes que hacerlo!

Hermione entró al castillo justo cuando Draco por fin encontraba la estancia y al verla, sus ojos brillaron de emoción, tanto que corrió a abrazarla y la llamó - ¡Hermione!

Solo Quédate en Silencio. Primera Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora